21 abril, 2025

25 preguntas para saber si tienes inflamación crónica o silenciosa


La inflamación silenciosa es asintomática y no presenta manifestaciones evidentes hasta que el proceso no ha avanzado de modo considerable, de hecho puede pasar desapercibida durante años y es como un iceberg porque “una vez detectada solo vemos una pequeña parte y puede causar graves problemas de salud sin que nos demos cuenta”, explica Ángela Quintas, química clínica, experta en nutrición y reparación digestiva, y autora del libro De la salud a tu boca (Planeta). 
A menudo, las primeras manifestaciones son tan sutiles que las normalizamos: 
Cansancio persistente.
 
Problemas digestivos recurrentes.
 
Hinchazón. 
 
Dificultad para perder peso. 
 
Dolores articulares inexplicables. 
 
Cefaleas frecuentes. 
 
Cambios de humor. 
No solemos relacionar estas manifestaciones con la inflamación porque, al no ser síntomas específicos, los atribuimos al estrés, al envejecimiento o a un estilo de vida ajetreado. Pero detrás de estas molestias cotidianas puede estar ocurriendo un proceso inflamatorio que, si no controlamos a tiempo, terminará por pasarnos factura, recalca esta experta.

Factores asociados a la inflamación

Malos hábitos y una dieta inadecuada disparan el riesgo de padecer este tipo de inflamación silenciosa. Alimentos asociados con la inflamación son:
Los ultraprocesados. 
 
Azúcares refinados. 
 
Grasas trans. 
 
Alimentos ricos en omega 6.
Y factores que también aumentan el riesgo de inflamación son:
Falta de actividad física regular. 
 
Estrés crónico. 
 
Desequilibrio de la microbiota intestinal. 
 
Exposición constante a toxinas ambientales, productos químicos y contaminantes.

Consecuencias para la salud

Las consecuencias de padecer inflamación crónica o silenciosa son:
Enfermedades cardiovasculares. 
 
Diabetes tipo 2. 
 
Obesidad. 
 
Cáncer. 
 
Enfermedades autoinmunes. 
 
Infecciones persistentes. 
 
Enfermedades neurodegenerativas. 
 
Apariencia de mayor volumen corporal sin que haya exceso de grasa. 
Una herramienta útil que los médicos utilizan para evaluar la inflamación es el índice neutrófilo-linfocitos, explica esta experta, que se obtiene a partir de un análisis de sangre y se calcula dividiendo el número de neutrófilos (un tipo de glóbulo blanco que responde a infecciones e inflamación) entre el número de linfocitos (otro tipo de glóbulo blanco que forma parte de la respuesta inmunitaria).

Test para sospechar si tienes inflamación

Algunas preguntas, según señala Ángela Quintas, que podemos hacernos para sospechar si podemos estar sufriendo de inflamación son:
¿Tienes dolores articulares frecuentemente? 
¿Sufres de fatiga constante?
¿Tienes hinchazón abdominal a menudo?
¿Sientes que tu peso no se corresponde con tu volumen corporal?
¿Tienes problemas digestivos como diarrea, estreñimiento crónico, ardor de estómago o reflujo gastroesofágico?
¿Sufres de alergias o intolerancias alimentarias?
¿Tienes la piel enrojecida o con manchas?
¿Sufres de dolores de cabeza frecuentes?
¿Tienes celulitis visible en las piernas o los glúteos?
¿Experimentas cambios de humor repentinos?
¿Tienes dificultad para perder peso a pesar de seguir una dieta saludable?
¿Sufres de insomnio?
¿Tienes inflamación en piernas o tobillos?
¿Tu índice neutrófilo-linfocito es superior a 2?
¿Tienes niveles altos de azúcar en sangre?
¿Sufres de ansiedad o depresión?
¿Tienes infecciones recurrentes?
¿Sufres de enfermedades autoinmunes?
¿Tienes presión arterial alta?
¿Consumes alimentos ultraprocesados con frecuencia?
¿Tienes niveles elevados de colesterol LDL?
¿Tienes antecedentes familiares de enfermedades inflamatorias?
¿Sufres de enfermedades cardiacas o riesgo cardiovascular
¿Tienes problemas de memoria o concentración?
¿Experimentas hinchazón o retención de líquidos con frecuencia? 

Interpretación de los resultados

De 0 a 5 respuestas afirmativas reflejan una probabilidad baja de inflamación crónica, de 6 a 10 una probabilidad moderada, de 11 a 15 alta, y de 16 a 26 una probabilidad muy alta de inflamación crónica.
Para quienes estén en el primer grupo Ángela Quintas recomienda seguir una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, grasas saludables y fibra, limitando los ultraprocesados y los azúcares refinados.
Para los que estén en el segundo grupo, esta experta recomienda ajustar la dieta y el estilo de vida, seguir una dieta antiinflamatoria, incorporando suplementos omega 3, práctica de ejercicio regular y control del estrés con técnicas de relación. 
Si el resultado del test ha reflejado de 11 a 15 respuestas afirmativas ya es recomendable consultar a un profesional de la salud y seguir un plan personalizado para bajar la inflamación, que tenga en cuenta alimentación, ejercicio físico y control del estrés, necesidades aún más cruciales en caso de más de 16 respuestas afirmativas.
A través de la dieta podemos tener un control significativo sobre la inflamación en nuestro cuerpo, resalta Ángela Quintas. “Adoptar una alimentación equilibrada y rica en nutrientes antiinflamatorios nos permite reducir y, en algunos casos, revertir los efectos dañinos de la inflamación crónica”. Por eso, es tan importante realizar elecciones alimenticias conscientes, concluye esta experta.

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