30 octubre, 2024

Descanso activo: qué es y qué beneficios tiene


El descanso activo es fundamental para el cuerpo en aquellas personas que practican actividad física de forma regular, no solo para favorecer la recuperación del organismo sino también para aumentar el rendimiento. Analizamos con dos expertas sus beneficios y las claves saber cómo para integrarlo de forma efectiva en una rutina de entrenamiento.
El descanso activo consiste en dejar de realizar durante un periodo de tiempo la rutina de ejercicio habitual pero, al mismo tiempo, seguir entrenando o practicar algún tipo de actividad diferente.
El descanso pasivo supondría “no hacer absolutamente nada, aunque el cuerpo y el organismo sigue funcionando pero en el descanso activo se lleva a cabo algún tipo de actividad, eso sí de menor intensidad y diferente a la acostumbrada”, explica Margarita Alonso, fisioterapeuta de la clínica Emendare, en Oviedo.
“La clave es mantenerse activo pero sin el nivel de desgaste habitual”, señala esta experta, lo cual es necesario para:
Evitar lesiones
 
Aumentar la productividad del entrenamiento.
 
Incrementar el oxígeno en los músculos y aportarles nutrientes, que son esenciales para su recuperación.
 
Mejorar la circulación sanguínea, eliminando la sensación de entumecimiento o pesadez.
 
Reducir el estrés del entrenamiento habitual.
 
Incrementar el rendimiento
Si alguien piensa erróneamente que entrenar todos los días sin descanso y al máximo nivel mejora el rendimiento Margarita Alonso echa mano de la fábula del leñador para ayudar a entender por qué el resultado es el contrario. “Un leñador quería ser el que más árboles talara en el bosque y para ello trabajaba día y noche, sin descanso. Pasado un tiempo comprobó que otro leñador que sí había descansado consiguió talar un número mayor. El primero Iba a tal ritmo que ni siquiera había parado para afilar el hacha. Por eso el que sí lo había hecho, descansando consiguió mejor resultado”.
Esta fisioterapeuta deja claro que “no por llevar a cabo más actividad se es más productivo”, de ahí que sea fundamental integrar el descanso activo en la práctica de entrenamiento habitual, “para dar descanso al músculo sin pararlo de todo, de modo que cuesta mucho menos volver a arrancarlo”.
Por ejemplo, si se están realizando ejercicios de fuerza será necesario trabajar otros grupos musculares, o trabajar de forma diferente para involucrar otras fibras, y con una carga, volumen e intensidad diferentes. “Sería un error ir al gimnasio a realizar bíceps todos los días con los mismos ejercicios y las mismas pesas. Hay que cambiar la forma de trabajar para no agotar el músculo y que todo el organismo trabaje mejor de una forma conjunta”, añade Margarita Alonso.
En la misma línea se expresa Noelia Belando, doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, profesora titular e investigadora en la Universidad Europea de Madrid, además de coach y personal trainer, quien señala que para una práctica de 5 o 6 días de ejercicio a la semana es recomendable incluir uno o dos días de descanso activo.
La elección del tipo de ejercicio para los días de descanso activo dependerá de:
· El estado físico previo de la persona
 
· El tipo de práctica deportiva habitual
 
· La intensidad de la actividad habitual
 
· La cercanía o no de una competición
 
· Las propias preferencias del deportista
Así, para una persona que practica habitualmente algún tipo de actividad aeróbica, como podría ser correr, o que realiza de forma regular entrenamiento de fuerza sería conveniente dedicar uno o dos días a la semana a practicar actividades entre un amplio grupo para elegir y entre las que se incluyen:
· Yoga
 
· Pilates
 
· Realizar hipopresivos
 
· Estiramiento
 
· Caminar, preferentemente y si es posible en contacto con la naturaleza
 
· Salir en bicicleta
 
· Nadar
 
· Bailar
 
· Aquadance
 
· Aquagym
La clave está en trabajar el cuerpo de forma diferente y sin alcanzar la misma frecuencia cardiaca que en los días de práctica habitual para que el gasto de energía sea menor, señala Margarita Alonso.
“Tanto el sistema cardiovascular, como el respiratorio y el músculo esquelético necesitan descanso por eso es necesario una pauta adecuada de descanso intra sesión, inter sesión y a lo largo de la temporada”, añade Noelia Belando.
Esta experta destaca también el beneficio de aprovechar los días de descanso activo para realizar estiramientos, trabajar la técnica y mejorar el gesto deportivo, lo cual ayuda a evitar las temidas sobrecargas, y prestar atención a la zona media del cuerpo.
“El core no es una zona anatómica específica. Implica toda la estructura de la columna vertebral, incluyendo abdomen, pelvis, cadera, músculos posteriores de la espalda, glúteos, cadena posterior de la pierna…lo que hace que intervenga en muchas acciones de la vida diaria, por ejemplo, siempre que estiramos, inclinamos o rotamos el tronco, además de en ejercicios de la práctica deportiva. Y es la zona que nos da estabilidad en multitud de gestos, de ahí la importancia de realizar también un trabajo específico que desafíe esta área”, indica Noelia Belando.

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