Leonardo da Vinci, el icónico del renacimiento, no solo dejó un legado inigualable en el arte y la ciencia, sino también en el ámbito de la nutrición.Su dieta, aunque no fue tan documentada como sus obras maestras, revela prácticas y consejos que siguen siendo relevantes para una vida saludable en la actualidad.Una exposición en Lieja, Bélgica, reveló aspectos sobre su interés en la gastronomía, desde recetas hasta reflexiones sobre la organización de cocinas.Según Jean-Christophe Hubert, comisario de la muestra, Leonardo da Vinci prefería comidas sencillas y naturales. Su dieta incluía una variedad de frutas frescas y verduras. En su cuaderno anotaba las propiedades de diferentes alimentos y cómo influían en el bienestar humano.En una exposición en Lieja, se destacaron platos innovadores que reflejan la inclinación de Da Vinci por las combinaciones raras. En la expo se presentaron platos como burrata con damasco y menta.Este enfoque en la alimentación se alinea con las prácticas modernas de consumir alimentos no procesados para mantener una buena salud.Aunque Leonardo no era estrictamente vegetariano, la carne no era un componente central de su dieta. En su lugar, incorporaba fuentes de proteínas más saludables como pescado o frutos secos, promoviendo un equilibrio nutritivo.Para Leonardo, el agua era la principal fuente de hidratación. Sin embargo, también disfrutaba del vino con moderación. La importancia de una adecuada hidratación y el consumo responsable de alcohol son principios respaldados por las recomendaciones de salud actuales, que destacan su impacto positivo en la función cognitiva y el bienestar general.