5 febrero, 2025

Conjuntivitis: síntomas de alerta, por qué aparece y qué tratamientos hay para una infección tan común en verano


La conjuntivitis es uno de los problemas más habituales y que ocurre en cualquier época del año, tanto en verano como en invierno y esto es así porque es un problema de salud que puede aparecer por diferentes causas. Una de las más frecuentes es la que está relacionada directamente con las infecciones. 
Como informa a CuídatePlus Vanessa Gerena, del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, en Madrid, “una de las principales causas de las conjuntivitis son las infecciones bacterianas, provocadas por bacterias como Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae; y las infecciones virales, a menudo causadas por adenovirus, son frecuentes y pueden estar asociadas con infecciones respiratorias como el resfriado común”.
Estas son las más frecuentes pero también hay otro tipo de conjuntivitis asociada a las alergias estacionales, “provocadas por alérgenos como el polen durante ciertas épocas del año”, o a perennes, “causadas por alérgenos presentes todo el año, como el polvo, los ácaros, el moho o la caspa de animales”.
Por otro lado, también pueden aparecer las conjuntivitis que se producen por irritantes. “Las sustancias químicas, como el cloro en las piscinas o productos de limpieza, pueden irritar los ojos”, informa. Además, “la irritación física, causada por cuerpos extraños en el ojo, humo o polvo, también puede llevar a la inflamación de la conjuntiva”.
Otros factores que pueden producir conjuntivitis son “el uso prolongado de lentes de contacto, especialmente si no se mantienen correctamente, y las reacciones a gotas oculares, que en algunos casos pueden causar una reacción irritante”.

Conjuntivitis en verano

Como señala la experta, la conjuntivitis es un problema de salud mucho más frecuente en verano. ¿Por qué? En primer lugar, señala, “las actividades al aire libre aumentan en verano, lo que expone los ojos a alérgenos ambientales como el polen, el polvo y el humo”, pero también por “el uso frecuente de piscinas y playas, debido a que el cloro de las piscinas y otros productos químicos utilizados para mantener el agua limpia pueden irritar los ojos”.
Además, añade, “el agua contaminada con bacterias o virus puede causar conjuntivitis infecciosa y el aumento de las temperaturas y la mayor exposición al sol pueden hacer que las personas se froten los ojos con más frecuencia debido al sudor o la irritación causada por la luz intensa”.

Síntomas de una conjuntivitis

Antes de tratar este problema de salud ocular que puede llegar a ser muy molesto e incapacitante, es importante saber que no todo es conjuntivitis y que no todas las conjuntivitis se tratan igual. La conjuntivitis “es una inflamación de la conjuntiva, la membrana transparente que recubre el interior del párpado y la parte blanca del globo ocular. Esta condición ocurre cuando los pequeños vasos sanguíneos en la conjuntiva se inflaman e irritan, haciéndose más visibles y causando que la parte blanca del ojo adquiera una apariencia rojiza o rosada”, describe Gerena. 
Uno de los síntomas más evidentes es el “enrojecimiento ocular”. Junto con el enrojecimiento, muchas personas experimentan “picazón o ardor en los ojos, lo que puede resultar en una sensación persistente de incomodidad. Otro síntoma común es el lagrimeo excesivo”. Las lágrimas pueden aumentar en producción, ya sea de manera continua o intermitente, en respuesta a la irritación. Además, puede haber secreción ocular, que varía en consistencia dependiendo de la causa.”La sensación de cuerpo extraño es otro síntoma que muchas personas reportan”. Esta sensación de tener algo en el ojo puede llevar a una tendencia a frotarse los ojos con frecuencia. 
La fotofobia, o sensibilidad a la luz, también es común y puede hacer que los ojos se sientan incómodos en ambientes bien iluminados. En algunos casos, “puede haber hinchazón de los párpados, acompañada de enrojecimiento e irritación ocular.” Aunque menos frecuente, “algunas formas de conjuntivitis pueden causar dolor ocular, que puede variar en intensidad”. 
También puede haber visión borrosa temporal debido al exceso de lágrimas o secreción, sin embargo, ante estos últimos síntomas es importante acudir de forma preferente al oftalmólogo para descartar alteraciones corneales o complicaciones.

¿Conjuntivitis vírica o bacteriana?

Los principales tipos de conjuntivitis son la viral, la bacteriana, la alérgica y la irritativa. La conjuntivitis viral, informa la experta, “es comúnmente causada por adenovirus, aunque otros virus, como el herpes simple, también pueden ser responsables”. Este tipo “suele comenzar en un ojo y extenderse al otro y sus síntomas incluyen enrojecimiento ocular, lagrimeo excesivo y secreción acuosa”. A menudo, señala, “se acompaña de síntomas respiratorios, como dolor de garganta y congestión nasal”.
Por su parte, los síntomas de la conjuntivitis bacteriana incluyen “secreción espesa y purulenta que puede formar costras en los párpados, además de enrojecimiento e hinchazón”. Este tipo de conjuntivitis “puede comenzar en un ojo y rápidamente afectar el otro”.
La conjuntivitis alérgica “es causada por una reacción a alérgenos como polen, ácaros, caspa de animales o moho  y los síntomas principales son enrojecimiento, picazón intensa, secreción acuosa y lagrimeo excesivo”. También puede haber “hinchazón de los párpados y síntomas nasales asociados”. Esta forma de conjuntivitis “suele afectar ambos ojos y su duración varía según la exposición al alérgeno”.
La conjuntivitis irritativa aparece “por la exposición a irritantes como humo, productos químicos, cloro en piscinas o cuerpos extraños en el ojo y se caracteriza por enrojecimiento, picazón y sensación de cuerpo extraño, junto con lagrimeo y secreción acuosa”. Esta forma de conjuntivitis “tiende a desaparecer una vez que el irritante se elimina”, explica. 

Tratamiento de la conjuntivitis

Para recomendar uno u otro tratamiento es importante saber diferenciar el tipo de conjuntivitis que tenemos. Así, para la viral, “el tratamiento se enfoca en aliviar los síntomas mediante compresas frías, lágrimas artificiales y una buena higiene ocular, ya que la infección generalmente se resuelve por sí sola en una o dos semanas”.
En la conjuntivitis bacteriana, por otro lado, “se utilizan antibióticos tópicos, como gotas o pomadas, para eliminar la infección, y es crucial mantener una buena higiene ocular para evitar la propagación”.
La conjuntivitis alérgica “se trata con antihistamínicos orales o gotas oftálmicas específicas, y se recomienda evitar los alérgenos que provocan los síntomas, además de usar lágrimas artificiales para aliviar la irritación”.
Para la conjuntivitis irritativa, “el tratamiento se centra en eliminar la causa del problema, como el humo o productos químicos, utilizando lágrimas artificiales para enjuagar el ojo y aplicar compresas frías para reducir la inflamación”, concluye.

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