La condromalacia rotuliana o síndrome femoropatelar es uno de los problemas más habituales que se ven en las consultas de los traumatólogos. Este término se utiliza para describir “el dolor en la parte delantera de la rodilla que, como informa Juan Arnal, especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología y Miembro de la Junta Europea de Cirugía Ortopédica, “es consecuencia del sufrimiento del cartílago en la superficie posterior de la rótula por un aumento de presión, que no necesariamente tiene que estar dañado”.
Este problema es más habitual en jóvenes deportistas ya que, entre otras cosas, “el síndrome de dolor femoropatelar es ocasionado por actividades físicas repetidas que aumentan la presión de la zona”. Tres son las causas más habituales, según Arnal:
Uso excesivo: En algunos casos, el síndrome de dolor femoropatelar es ocasionado por actividades físicas repetidas que aumentan mucho la presión en la rótula como ocurre en los corredores de fondo o en los cambios de intensidad deportiva. Este cambio suele ser en la frecuencia de la actividad, tal como aumentar el número de días que hace ejercicio cada semana o correr distancias más largas. Es un dolor típico de pretemporada tras un periodo de descanso en el que se pierde musculatura en las piernas.
Falta de Musculación: La carrera sin musculación hace que se pierda el mecanismo de amortiguación de los músculos lo que hace que se libere más fuerza en torno a la rótula. Igualmente “ocurre cuando sobrepasamos la distancia o el tiempo de entrenamiento para la que estamos preparados, sobreviene la fatiga muscular y de nuevo la energía de cada paso se concentra en la rótula”, comenta el doctor. Por tanto, “no será lo mismo correr 15 km al día 3 días (músculos activos) que correr 35 km en un día (fatiga muscular), distancia a la cual comienza el pataleo y las fuerzas en el cartílago suben exponencialmente en cada paso”.
Entrenamiento inadecuado: Entrenar sobre superficies “duras o con calzado inadecuado aumenta la transmisión de fuerzas a la rótula”. Igualmente “a partir de los 90º de flexión de rodilla, las fuerzas en la rótula se disparan”. Esto es debido a que el contacto entre el fémur y la rótula queda limitado a partir de los 90º a dos pequeñas áreas, por lo que la presión aumenta mucho en esos puntos.
Cómo hacer la sentadilla para que no duela la rodilla
Teniendo esto en cuenta, ¿cómo pueden entrenar la fuerza estos deportistas o pacientes? La sentadilla es un ejercicio muy interesante pero muchas personas refieren dolor al hacerla. ¿Por qué? por una mala técnica. Como explica Arnal, “son muchos los deportistas con este problema o que señalan dolor en las rodillas cuando hacen la sentadilla”, uno de los ejercicios estrella en los gimnasios y que es muy interesante para fortalecer las piernas.
Con la sentadilla, señala, “buscamos trabajar la musculatura del cuádriceps con el mínimo sufrimiento de la rodilla”. Para ello, Arnal y su equipo realizaron un estudio entre 2011 y 2017 en la Universidad Politécnica de Madrid en la que estudiaron la sentadilla con métodos de mecánica computacional y vieron que uno de los principales errores que comete la gente y que está relacionado con el dolor de rodilla es la postura que tienen al hacerla.
Como explica, “vimos que al adelantar la rodilla por delante del tobillo por una mala técnica, la presión y la tensión en la rótula se incrementaba disminuyendo la fuerza del trabajo del cuádriceps”.
Además, a la hora de bajar en la sentadilla, entre los 0 y los 90 grados, el cuádriceps trabaja más pero la presión en la rótula se mantiene constante. Sin embargo, a partir de los 90 grados, se produce un drástico incremento de la presión y la tensión en la rótula por lo que hacemos envejecerla, incrementando el esfuerzo del cuádriceps.
Por tanto, la sentadilla ideal para las rodillas, según el traumatólogo es:
Tener una buena técnica y no adelantar la rodilla por delante del tobillo al bajar.
Hacer una sentadilla poco profunda, sin rebasar los 90 grados, aun sabiendo que la musculación es mayor en la sentadilla profunda.
Es mejor más peso y menos profundidad que al revés.