21 noviembre, 2024

Estos son los 10 consejos de los neurólogos para tener un cerebro sano y prevenir un ictus


Primero, los datos preocupantes: las enfermedades neurológicas son responsables del 19% de la mortalidad en España, un porcentaje que crece hasta el 23,5% en las mujeres y disminuye al 14,5% entre los hombres. Segundo, los alentadores: a pesar de que cada año aumenta el número de personas fallecidas por estas patologías, el ictus se libra de formar parte de esta curva ascendente. El avance de la investigación, el acceso a tratamientos eficaces y la prevención son vértices de un triángulo que ha demostrado dar resultados, pero falta aplicarlos a todas las afecciones que conforman el grupo de neurológicas, incluidas las menos visibles.  
“La distribución por España de Unidades de Ictus y las opciones terapéuticas de los pacientes son la principal causa por la que se está reduciendo la mortalidad asociada a esta enfermedad”, ha afirmado Javier Camiña, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN), durante la presentación del informe “Impacto sociosanitario de las enfermedades neurológicas en España”, en la 76ª Reunión Anual de la SEN. Eso sí, el experto ha recordado que el ictus es la causa de hospitalización neurológica más frecuente y la tercera enfermedad por número de ingresos hospitalarios, “una tendencia que es previsible que se mantenga en los últimos años”. 
Durante el encuentro, también se ha presentado el informe “Relación entre las enfermedades neurológicas y la salud cerebral”. De acuerdo con Jesús Porta-Etessam, presidente de la SEN, “desde la OMS y otras instituciones se fomenta la salud del cerebro. Hasta ahora, hemos hablado de enfermedad y discapacidad. Ahora lo vamos a hacer de salud, en positivo, de lo que podemos hacer todos para mantener una capacidad cognitiva adecuada. Con salud cerebral, nos referimos a la salud en general, que incluye la mental y la cerebrovascular”. 
Para ello, “tenemos que prevenir desde la infancia, trabajar con la propia población e impulsar hábitos de vida saludables”, ha recalcado Mar Mendibe, vicepresidenta y responsable del Área Científica de la SEN. En este sentido, la especialista ha expuesto el decálogo que todo individuo ha de tener a mano para mantener un cerebro saludable:
Realizar actividades que estimulen la actividad cerebral, como leer, escribir, participar en juegos de mesa, realizar actividades manuales, completar crucigramas, aprender y practicar un nuevo idioma, etc.
 
Evitar el sobrepeso y realizar algún tipo de ejercicio físico de forma regular, bien mediante la práctica de algún deporte o realizando uno o dos paseos diarios de al menos 30 minutos.
 
Evitar los tóxicos como el alcohol, el tabaco, la contaminación ambiental y cualquier tipo de drogas.
 
Controlar otros factores de riesgo vascular, como la tensión arterial, la diabetes o la hiperglucemia. La hipertensión es el principal factor de riesgo de algunas enfermedades neurológicas.
 
Potenciar las relaciones sociales y afectivas. La soledad tiene un impacto importante sobre el riesgo de deterioro cognitivo. 
 
Seguir una dieta equilibrada, evitando el exceso de grasas animales, azúcar, sal y alimentos procesados y ultraprocesados. Optar por alimentos naturales, como frutas, legumbres y verduras.
 
Tratar de dormir unas ocho horas diarias. Un sueño de calidad es fundamental para la salud del cerebro.
 
 Moderarse en el uso de Internet, pantallas digitales y redes sociales. Un consumo reduce la capacidad de concentración, atención y aprendizaje. Además, utilizar estos dispositivos por la noche genera mayor dificultad para conciliar y mantener el sueño.
 
Proteger el cerebro contra las agresiones físicas del exterior mediante la utilización sistemática del cinturón de seguridad en vehículos y del casco en cualquier actividad que lo requiera (moto, bicicleta, patinete eléctrico, actividades laborales, etc.).
 
Eliminar el estrés en todos los ámbitos de la vida en los que sea posible y tratar de mantener una actitud positiva, pues el buen humor y la risa han demostrado fortalecer el cerebro. 

El impacto de las enfermedades neurológicas en España

Sobre el impacto de este grupo de patologías en la asistencia hospitalaria, Camiña ha aportado una información más: la demencia es la segunda enfermedad que tiene mayor estancia media por paciente, que normalmente es frágil y suma otras afecciones. 
De acuerdo con el documento, entre 21 y 23 millones de personas padecen algún trastorno neurológico en España.  Y no solo en personas mayores, sino también en edades más jóvenes, con patologías de diferente gravedad, pero cuya morbilidad produce un impacto muy significativo en las condiciones de salud, económicas o laborales de las personas que las padecen. “Las enfermedades neurológicas son enfermedades frecuentes y en ocasiones muy incapacitantes como por ejemplo, migraña, esclerosis múltiple o epilepsia o incluso mortales, como la ELA. Y, dado que muchas de estas patologías van asociadas al envejecimiento,  por las características poblacionales de nuestro país, es previsible un incremento de todas estas patologías”, señala Camiña. 
El informe refleja cómo la prevalencia de las enfermedades neurológicas es un 18% superior a la media global, y en concreto un 1,7% por encima de la de otros países de nuestro entorno, lo que se relaciona con las características de nuestra pirámide poblacional así como con la alta esperanza de vida de los españoles.
En este punto, y retomando el dato de que las muertes por ictus han disminuido, el neurólogo alude al reto que supone trabajar más en el acceso a cuidados óptimos de los pacientes con alguna patología neurológica. “A menudo, solo aquellas que implican una discapacidad física evidente son las que se llevan la atención. La mayoría acaba suponiendo la pérdida de muchos años de calidad de vida”, ha lamentado.
Por su parte, Porta-Etessam ha destacado la importancia de impulsar la investigación: “Hay que garantizar las exploraciones necesarias en determinados lugares donde no tienen acceso a terapias avanzadas. Es fundamental seguir investigando para tener un mundo sin demencias ni ictus”. Asimismo, ha reivindicado acortar los tiempos de aprobación de fármacos eficaces para enfermedades huérfanas para que los pacientes tengan un acceso temprano a los mismos. 

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