18 enero, 2025

Estos son los mejores consejos para aliviar la tos por la noche


Bajan las temperaturas y crecen los resfriados. Y con ellos, la tos hace acto de presencia. ‘‘La tos es un reflejo que ayuda a limpiar las vías respiratorias de mocos, secreciones o partículas extrañas. Durante y después de un resfriado, estas vías pueden estar inflamadas o más sensibles. Los síntomas de este cuadro suelen durar entre 7 y 10 días como mucho, pero la tos puede persistir dos o tres semanas desde el inicio y a veces es un poco desesperante’’, cuenta David Martín, médico de familia y miembro de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). 
Según el experto, lo importante en estos casos es observar que ‘‘poco a poco la tos vaya desapareciendo y que no vaya acompañada de síntomas de alarma, como fiebre alta, dificultad para respirar o mucosidad con sangre. Todos ellos son razones para ir al médico’’. Otra razón para consultar es si se prolonga durante más de tres semanas. 
Vale, la tos es, como se ha dicho, desesperante. Pero por la noche, aún más. Acerca del por qué este cuadro se intensifica cuando de dormir se trata, José Luis Quintana, médico de familia, apunta varias causas: ‘‘Por la posición, es más fácil la acumulación de mucosidad en la nariz que cae hacia la faringe (se le llama goteo postnasal) y hace toser. Al obstruirse la nariz, dormimos con la boca abierta. Eso reseca la garganta y favorece la tos. Los mecanismos de la respiración funcionan peor tumbados y la respiración que procede del diafragma es menos eficaz’’. 
Los expertos consultados recuerdan que la tos en estas situaciones debe ser leída como un mecanismo defensivo de limpieza de nuestro aparato respiratorio, por lo que lo ideal es dejar que se produzca. Aun así, respecto a qué se puede hacer para calmarla, recomiendan:
Elevar la cabeza (dormir incorporado o semisentado).
 
Beber abundante cantidad de líquido para que el moco sea más fluido y, por tanto, más sencillo de expulsar. 
 
Realizar un lavado nasal antes de acostarse. 
 
En caso de tener moco en la garganta, hacer gárgaras antes de acostarse. 
 
Tomar algún tipo de antitusígeno (el dextrometorfano es el más eficaz) en caso de que la tos sea muy insistente y el médico lo aconseje. Eso sí, hay que tener en cuenta de que se trata de un proceso autolimitado, que desaparece en pocos días y que no existen medicamentos sin efectos secundarios ni interacciones con otros fármacos. 
 
Recurrir a los ‘‘remedios de la abuela’’: infusiones con cebolla y miel o la manzanilla, o zumo de limón con miel. 

Cuándo consultar con el médico

De acuerdo con Quintana, hay tres síntomas de preocupación:
La presencia de sangre en el esputo (lo conocemos como hemoptisis). 
 
La aparición de dificultad para respirar. 
 
Una fiebre prolongada. ‘‘No hay una definición unánime, pero más de tres o cuatro días’’, advierte el experto. 
‘‘Otros síntomas como la pérdida de peso, una disfonía prolongada, los antecedentes de enfermedad pulmonar, una duración de más de tres o cuatro semanas, los tratamientos o enfermedades que debilitan las defensas, o el tabaco son factores que deben ser tenidos en cuenta’’, subraya el médico de familia, quien insiste en la importancia de hacer una evaluación individualizada. 

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