13 marzo, 2025

Así influyen las bacterias intestinales en la depresión, según Harvard


Cada vez se hace más hincapié en la importancia de tener una microbiota (o flora) intestinal sana, y no es por capricho. Sus alteraciones pueden tener consecuencias en la salud tanto física como mental. Entre las múltiples enfermedades que pueden surgir cuando este conjunto de microorganismos (fundamentalmente, bacterias) que pueblan el intestino no se encuentra en óptimas condiciones se encuentra la depresión. Se han descrito, incluso, algunas de las bacterias posiblemente involucradas. 
Una de ellas es Morganella morganii. Hasta ahora no estaba claro si contribuye directamente al desarrollo de la depresión, si es la depresión la que altera la composición de la microbiota -y en concreto de esta bacteria- o si hay algún otro factor implicado.
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Harvard acaba de hallar una probable conexión causal entre la presencia de este microorganismo en el intestino y la incidencia de trastorno depresivo mayor. ¿Cómo es posible? Se trata de una relación cuyo principal componente es la inflamación.

Impacto de la inflamación en la depresión

Es necesario partir de la base de que la depresión es un trastorno complejo y multifactorial. En los últimos tiempos, múltiples líneas de investigación apuntan hacia la inflamación como un factor crucial. La inflamación del organismo puede afectar al cerebro y, de este modo, alterar el estado de ánimo. Esta constatación abre la puerta a la exploración de nuevas vías terapéuticas, algo especialmente interesante cuando un porcentaje significativo de los pacientes no responden a las opciones actualmente disponibles. Se calcula que la depresión resistente al tratamiento afecta hasta al 30% de los adultos con trastorno depresivo mayor.
Los resultados de la nueva investigación, publicados en la revista Journal of the American Chemical Society, desvelan la implicación de una molécula que promueve la inflamación y ofrecen una nueva diana que podría ser útil para diagnosticar o tratar ciertos casos de depresión. También proporcionan datos muy útiles para seguir tirando del hilo e investigar cómo otros microorganismos intestinales podrían influir en el comportamiento y los trastornos del estado de ánimo.
El estudio muestra que un contaminante ambiental conocido como dietanolamina (DEA) a veces se infiltra en una molécula que produce M. morganii en el intestino (es decir, un metabolito de esta bacteria). Esta molécula alterada activa una respuesta inmune que la molécula normal no pone en marcha, estimulando la liberación de unas proteínas inflamatorias conocidas como citoquinas; en particular, la interleuquina-6 (IL-6). Estudios previos han relacionado IL-6 con la depresión.
En resumen, el metabolito alterado de la bacteria (por la incorporación del microcontaminante DEA en su composición) desencadenaría una reacción inmune que promueve la depresión a través de la liberación de proteínas inflamatorias. 
Los autores de este testudio advierten que sus hallazgos deberán ser corroborados por otras investigaciones. Además de corroborar si M. morganii efectivamente impulsa la depresión, habrá que averiguar qué porcentaje de casos pueden atribuirse a la acción de esta bacteria.

Nuevas armas contra la depresión

Merece la pena seguir investigando porque se avistan varias aplicaciones prácticas a raíz de los resultados obtenidos. Para empezar, el compuesto químico DEA podría pasar a engrosar la creciente lista de biomarcadores que ayudan en mayor o menor medida a detectar algunos casos de depresión mayor. 
El estudio también refuerza la tesis de que el trastorno depresivo, o un subconjunto de casos, podría considerarse una enfermedad autoinflamatoria o autoinmune y tratarse con éxito con fármacos inmunomoduladores (que actúan sobre el sistema inmunitario).
Finalmente, los hallazgos de los investigadores de Harvard pueden servir como punto de partida para la apertura de nuevas líneas de investigación en este campo. Una vez constatado que un producto bacteriano puede alterar la función inmune al incorporar un contaminante, se pueden explorar los efectos de otras bacterias intestinales en la inmunidad y otras funciones biológicas.

Bibliografía

Bang S, Shin YH, Park SM et al. (2025) Unusual Phospholipids from Morganella morganii Linked to Depression. Journal of the American Chemical Society. DOI: 10.1021/jacs.4c15158

Fuente

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