26 diciembre, 2024

Las lunas de Júpiter y Saturno son muy prometedoras. Alguien quiere explorarlas utilizando un viejo conocido: el submarino

A grandes desafíos, grandes esfuerzos. Si queremos explorar y buscar vida en los lugares más remotos del Sistema Solar necesitamos probar nuestra tecnología en laboratorios más grandes que los que puedan gestionar las agencias espaciales. Los responsables de TRIPLE-nanoAUV 2 lo saben y por eso han decidido mirar a las extensas regiones de la Antártida. Allí, en sus aguas, bajo capas de hielo, quieren probar submarinos con los que sondear algún día las lunas Encelado y Europa.

Su objetivo: desvelar los secretos que oculta el hielo.

¿Cómo que bajo el hielo? A lo que aspira TRIPLE-nanoAUV es, efectivamente, a abrirnos una ventana bajo grandes capas heladas como las de las lunas Encelado o Europa. Y aunque el nombre del proyecto quizás suene algo sincrético, describe bien cómo quiere hacerlo. TRIPLE son las siglas en inglés de “Tecnologías para la penetración rápida del hielo y la exploración de lagos subglaciales” y AUV las de “vehículo submarino autónomo”. Su estrategia pasa por lo tanto por crear una tecnología capaz adentrarse en el hielo y desplegar mini robots sumergibles.

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Gráfico que muestra el funcionamiento de la estación, la sonda de fusión y el nanoAUV.

Pero… ¿Cómo quieren hacerlo? Sus responsables están afrontando los desafíos técnicos que tendrán que superar si quieren tener éxito, pero tenemos algunas pinceladas sobre cuál será su estrategia, que continúa otras proyectos, como TRIPLE-nanoAUV1 y TRIPLE-MoDo. Para su objetivo plantean usar tres grandes elementos: una estación, una sonda de fusión capaz de abrirse paso a través de las capas de hielo y el nanosubmarino, pieza crucial de la misión. A mayores incorporará un pequeño sumergible autónomo y un sistema de lanzamiento y recuperación, LRS, que facilitará su labor.

“El LRS permitirá que el nanoAUV se acople a una estación submarina para transmitir los datos recopilados y cargar baterías, lo que le permitirá permanecer bajo el agua durante más tiempo —explican sus impulsores—. Como el vehículo debe ser transportado a través del hielo como carga útil dentro de la sonda de fusión, será mucho más pequeño de lo habitual en los submarinos, con un diámetro de unos 10 y una longitud de unos 50 centímetros”.

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Encédalo, en una imagen obtenida gracias a la nave espacial Cassini de la NASA.

¿Dónde quieren usarla? El proyecto es ambicioso y mira en concreto a Encélado, la luna helada y oceánica de Saturno, y Europa, uno de los satélites de Júpiter, dotada según creen los investigadores de una gruesa capa de hielo de entre 15 y 25 kilómetros de espesor que flota sobre un vasto océano de hasta 150 km de profundidad. Ambas llevan tiempo captando el interés de los científicos.

“Los científicos han asumido que hay océanos de agua debajo de las capas de hielo de las lunas Encélado y Europa. Incluso en el espacio exterior la presencia de agua puede sugerir la posibilidad de vida, incluso cuando se encuentra bajo una capa de hielo”, explican los responsables del proyecto TRIPLE-nanoAUV. Prueba del interés de estos dos satélites naturales es que este mismo verano la NASA ha anunciado hallazgos relevantes relacionados con su composición.

Pero… ¿Qué tiene que ver la Antártida? Bastante. Antes de lanzarse a sondear las profundidades de Encélado o Europa, los científicos quieren poner a prueba su tecnología en un destino mucho más cercano pero no menos fascinante: bajo la plataforma de hielo antártica. De ahí que planeen realizar ya una prueba de campo cerca de la Estación Neumayer III durante la primavera de 2026. La experiencia no servirá solo para mejorar y aprender a usar los nanoAUV.

Dado que se cree que existen ecosistemas desconocidos en los lagos subglaciales bajo el hielo continental de la Antártida, las pruebas tendrán interés tanto desde el punto de vista técnico como estrictamente científico. “Estos nanovehículos pueden ayudar a proporcionar una mejor comprensión general de los ecosistemas marinos”, señala el líder del proyecto, el profesor Ralf Bachmayer.

¿Por qué es importante? Por su potencial. “El nuevo sistema autónomo es único y debería permitir en el futuro estudiar el océano de agua líquida debajo de las superficies heladas de Europa y Encélado. La miniaturización es el principal desafío en su desarrollo, siendo la sonda la que determina el tamaño”, reflexiona Bachmayer. Otro de los técnicos del proyecto, Sebastian Meckel, recuerda que la meta es lograr conocimientos que puedan aplicarse en futuras misiones espaciales. “Las primeras pruebas de campo desplegarán la sonda de fusión con el nanoAUV integrado como carga útil en hielo con un espesor de 100 metros”.

¿Quién está detrás? El encargado de coordinar el proyecto de colaboración TRIPLE-nanoAUV 2 es MARUM-Centro de Ciencias Ambientales Marinas de la Universidad de Bremen, en Alemania. Prueba de su alcace es que en él participan también socios industriales de los sectores aeroespacial y acústico submarino y que está muy lejos de ser una iniciativa aislada. Junto con los proyectos TRIPLE-GNC y TRIPLE-LifeDetect forma parte de las iniciativas DLR Explorer. Otros proyectos se encargan también de desarrollar la sonda de fusión que permitirá penetrar la capa de hielo, el software de navegación y la carga útil del vehículo autónomo.

Imágenes: MARUM y Créditos: NASA/JPL-Caltech/Instituto de Ciencias del Espacio

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