17 febrero, 2025

Adiós a la fatiga: cómo la hidratación correcta puede transformar tu energía diaria


Podemos echar mano de varios hábitos para acabar con esa sensación de fatiga y cansancio con la que cuesta a veces continuar con el día. Entre otros, una alimentación equilibrada, un buen descanso o una correcta hidratación. La teoría se conoce al dedillo, pero ponerla en práctica… eso ya es harina de otro costal. Sobre la importancia de hidratarse para obtener esa necesaria energía se centra en esta ocasión CuídatePlus, que espera de su lector que, tras leer la teoría, la lleve a la práctica. 
Expertos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria recuerdan que toda célula del cuerpo humano necesita agua. La hidratación es el pilar fundamental de las funciones fisiológicas más básicas, como por ejemplo la regulación de la tensión arterial y la temperatura corporal.
‘‘La hidratación del cuerpo es importante para transportar hidratos de carbono, proteínas, vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales, así como oxígeno, a las células. De esta forma, las células son capaces de producir la energía necesaria para un buen funcionamiento del cuerpo”, señalan.
Una excesiva sudoración por calor o practicar una actividad física intensa son causas naturales que pueden llevar a la deshidratación. Sus principales síntomas son la sensación de cansancio, mareos, baja presión arterial, taquicardia y contracturas musculares o calambres. En casos de deshidratación más agravada pueden llegar a aparecer convulsiones, entrada en coma, pérdida total del conocimiento o incluso la muerte.
“Si en condiciones habituales, cada persona pierde por la piel y la respiración más de medio litro de agua, cuando aumenta la temperatura ambiente o realiza ejercicio físico intenso, estas pérdidas pueden elevarse hasta el litro y medio, causando un cuadro de deshidratación que es necesario compensar con la ingesta de agua o líquidos que contengan los electrolitos que suelen perderse con el agua, principalmente sodio y potasio”, advierten desde la Sociedad Española de Cardiología (SEC). 
Es por este motivo, que los expertos recomiendan una ingesta de líquido antes, durante (en cantidades moderadas) y después del ejercicio. Se calcula que con una deshidratación del 2% en nuestro organismo, se reduce un 20% el rendimiento físico, mientras que si la deshidratación alcanza el 5%, disminuye un 50%.
Pero la hidratación no es únicamente imprescindible en los casos de practicar ejercicio físico intenso, también es fundamental para mantener un buen estado de salud, ya que sin realizar actividad física alguna el organismo pierde entre dos y tres litros de líquido al día.
Por otra parte, una buena hidratación influye en la mente. Recientemente, se ha observado que la deshidratación causa una contracción del tejido cerebral que se asocia a un aumento del volumen ventricular, llegando a afectar negativamente en la respuesta del cerebro a una actividad intelectual. En este sentido, procesos mentales como la memoria, el aprendizaje o la capacidad de atención pueden disminuir por la falta de líquidos, sobre todo cuando el cuerpo sufre pérdidas de más del 2%.

Consejos para beber más en el día a día

Desde la Comisión de Salud y Servicios Humanos de Texas apuntan varias recomendaciones para aumentar la ingesta de líquido:
Al comenzar la mañana, beber un vaso de agua o jugo.
 
Con el fin de satisfacer las necesidades del cuerpo y evitar problemas para orinar con frecuencia, es aconsejable beber pequeños tragos frecuentes a lo largo del día, en lugar de varios tragos grandes a la vez. Los problemas de estreñimiento podrían deberse a no beber suficiente agua: nuestro cuerpo necesita agua para equilibrar la ingesta de fibra.
 
Los líquidos se absorben más fácilmente cuando están más fríos. Por eso, se puede guardar  una botella de agua en el frigorífico para beber y rellenarla a diario.
 
Fijarse en el color de la orina como guía para saber si está bien hidratado. Si la orina es de color amarillo claro, es señal de estar bebiendo lo suficiente. En caso de que sea amarillo oscuro, es conveniente aumentar el consumo de líquidos. 
 
Llevar siempre una botella de agua y beber con frecuencia entre las comidas.
 
Ingerir agua antes de tener sed, pues es síntoma de que el organismo ya está deshidratado. 

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