El expresidente Alberto Fernández aportó nuevas pruebas en la causa que lo acusa de violencia de género contra su expareja, Fabiola Yáñez. Reforzando la búsqueda de su defensa, que apunta a desacreditar a la exprimera dama por su salud mental, la presentación incluye 20 fichas médicas y cuadernos manuscritos por la denunciante. El material que aportó Fernández al fiscal Ramiro González fue encontrado por la policía federal el 9 de agosto, durante el allanamiento en su departamento de Puerto Madero, aunque sólo secuestraron dispositivos electrónicos. Los documentos pertenecerían a un tratamiento que hizo Fabiola Yáñez en el Instituto de Neurología Cognitiva (INECO) entre 2016 y 2018. En el escrito de 20 páginas que presentó Yáñez el 12 de agosto hace referencia a dicho tratamiento, pero denunciando que “sentía que me mantenían medicada como modo de controlarme, y que su intención del mismo era hacerme sentir que el problema era yo, que eran todas cosas de mi cabeza, que estaba loca”.
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Hacía referencia a los celos y actitud controladora de Fernández, mientras él la engañaba con numerosas mujeres, tal como atestiguan los videos que han trascendido grabados por el propio expresidente. Testigo de Alberto Fernández confirmó que vio a Yáñez con moretones, pero lo adjudicó a un supuesto alcoholismo “Pero claramente no era así porque incluso un día, llegando a la reunión del grupo, manejando mi auto, me llama una amiga desde México, y me dice ‘me acaba de escribir Alberto’, primero le mandó un punto, y luego le dijo: ‘Te tengo acá en mi teléfono pero no sé cómo, que linda sos’. Ni siquiera recordaba que la tenía guardada en sus contactos porque era amiga mía. Yo lo llamé, le gritaba y él me decía que estaba loca, que eran pavadas. Así estuve, en tratamiento pagado por él en INECO durante más de un año, hasta que no fui más”, completó. Los títulos de las fichas sugieren un supuesto “desorden de la intensidad emocional”, tratado en el instituto dirigido por el diputado radical Facundo Manes, donde fue atendida por un psicólogo, un psiquiatra y acudió a un grupo de ayuda. “Tenían una patología que nada tenía que ver conmigo, yo solo quería ir a decir lo que vivía por este hombre”, declaró Yáñez en una audiencia desde Madrid. Además, las anotaciones manuscritas de la exprimera dama (acompañadas por un informe pericial caligráfico) apuntan a reforzar la teoría de su inestabilidad.
Que declaró la Testigo A”
La abogada de Alberto Fernández aportó este miércoles el primer testimonio para la defensa del expresidente. La persona, identificada como “Testigo A”, expuso ante un escribano público y aseguró que nunca vio agresiones del exfuncionario hacia Fabiola Yañez, sino que describió el trato como “cariñoso”. En un acta de cinco carillas, la testigo aseguró que la exprimera dama “tomaba alcohol de manera habitual”, a la par que describió que en una oportunidad la encontró tirada a un costado de la pileta de Olivos. “Yañez había quedado hasta muy tarde con sus amistades y cuando la fue a buscar la encontró tirada en el piso en medio de las plantas en la zona de la pileta”, indicó ante un escribano, reforzando la desacreditación de la defensa hacia la denunciante. Además, afirmó que “se ocupaba de limpiar y ocultar todas las bebidas y vasos para que el doctor Fernández no se enterara”. En esa línea, explicó que las bebidas se guardaban en la casa de huéspedes en un armario con llaves, luego de ser ingresadas por dos personas: un peluquero, al que no identifica con nombre y apellido, y Sofía Pacchi, la amiga de la exprimera dama que fue citada a declarar. Causa Seguros: Alberto Fernández dijo que la denuncia es “ambigua y vacía de fundamento” Respecto a los moretones en el cuerpo de Yáñez, la testigo sostuvo que los vio, pero los adjudicó a “caídas” en estado de ebriedad: “Le salían los golpes luego de las caídas que sufría por la ingesta de alcohol”. Asimismo, ante una consulta en específico, contó que también acompañaba a Yañez cuando iban a la residencia oficial de Chapadmalal. En ese lugar, según relató, a la exprimera dama se le habría caído su bebé Francisco, luego de consumir alcohol “hasta el amanecer”. “Por suerte el niño solo sufrió un chichón en la cabeza nada más”, describió. La testigo, cuya identidad se mantiene bajo reserva, es una empleada doméstica que trabajó en el departamento de Puerto Madero hasta que Fernández fue electo y se mudó a la quinta de Olivos, donde se desempeñó durante los últimos cuatro años. Además, conoce al exmandatario desde hace tiempo, pero recién comenzó a tener vínculo frecuente con la exprimera dama en la residencia presidencial. La mujer trabajaba allí siete días seguidos, con cama adentro, y luego descansaba una semana. ML