12 marzo, 2025

Así es la enfermedad que puede dejarte ciego


El glaucoma es una enfermedad que, sin un diagnóstico precoz, puede llevar a la pérdida total de la visión. Esta patología ocular “se caracteriza por la pérdida de visión como consecuencia de un daño en el nervio óptico provocado, generalmente, por un aumento de la presión intraocular (PIO) y es la segunda causa de ceguera en los países industrializados después de la diabetes”, señalan fuentes de Clínica Baviera.
En España, actualmente afecta a un millón de personas, lo que equivale al 3% de la población. Sin embargo, se espera que para 2030 esta cifra supere el millón y medio, según datos de la Sociedad Española de Oftalmología. El gran problema de esta enfermedad de la vista es que no da síntomas por lo que su diagnóstico, lamentablemente, suele ser tardío, lo que retrasa el tratamiento y eleva el riesgo de ceguera.
“El problema del glaucoma no es solo su alta prevalencia, sino el desconocimiento de los pacientes. La mitad de las personas afectadas no sabe que tiene la enfermedad hasta que han perdido parte de su visión de forma irreversible. La detección precoz es la mejor herramienta para preservar la calidad de vida y evitar complicaciones graves”, explica Sara Hernández, oftalmóloga y experta en glaucoma del Hospital Sanitas CIMA.Y es que, hasta un 90% de los casos de ceguera causados por el glaucoma se podrían evitar con una detección precoz que permitiese el inicio de un tratamiento para frenar su evolución, señalan expertos de Clínica Baviera quienes insisten en la importancia de realizarse una revisión oftalmológica anual a partir de los 40 años. 

Por qué aparece el glaucoma

Las causas del glaucoma no son muy conocidas, aunque todos los estudios apuntan a que puede deberse a una elevación de la tensión o presión intraocular. También pueden intervenir otros factores que incrementan el riesgo: 

Edad avanzada 

Tener miopía magna o miopía patológica 

Antecedentes familiares 

Tener diabetes

Predisposición anatómica

Tomar esteroides

Fármacos vasoconstrictores de manera prolongada

A estos factores de riesgo, desde Sanitas añaden:
Por ello, los expertos aconsejan que las personas con antecedentes familiares, miopía alta o presión intraocular elevada se sometan a controles oftalmológicos antes de los 40 años.

Cómo se hace el diagnóstico

El diagnóstico temprano requiere pruebas especializadas como la tomografía de coherencia óptica, el campo visual y la paquimetría, que permiten evaluar el estado del nervio óptico y la presión intraocular. Afortunadamente, los avances en el tratamiento han abierto nuevas opciones para los pacientes. Técnicas como el láser SLT y las cirugías mínimamente invasivas han demostrado ser eficaces para reducir la dependencia de los colirios y mejorar la adherencia al tratamiento.
“El avance en las opciones terapéuticas es una gran noticia para los pacientes, ya que permite un control más eficaz de la enfermedad con menos efectos secundarios y complicaciones. Sin embargo, el éxito del tratamiento sigue dependiendo de una detección precoz”, añade Hernández.

Tipos y síntomas del glaucoma

Existen distintos tipos de glaucoma, siendo el más común el de ángulo abierto, “que evoluciona lentamente y sin síntomas hasta que la visión está seriamente comprometida”, informa la experta de Sanitas. Por otro lado, el glaucoma de ángulo cerrado puede desarrollarse de forma repentina y provocar un aumento brusco de la presión intraocular, causando dolor intenso, visión borrosa y enrojecimiento ocular”. 
Esta falta de síntomas  que pueden alertar de la progresión de la enfermedad es uno de los grandes problemas de esta dolencia. En el caso “del glaucoma de ángulo abierto cuando el paciente nota pérdida de visión, la enfermedad está muy avanzada y ha producido un daño irreversible y profundo del campo visual”, explica al SMC España Francisco J. Muñoz Negrete, presidente de la Sociedad Española de Glaucoma (SEG) y jefe del servicio de Oftalmología del Hospital Ramón y Cajal. Esta ausencia de señales tempranas hace que se le conozca como ‘ceguera silenciosa’. Además, la pérdida de visión afecta a la parte periférica del campo visual y de manera progresiva va avanzando hacia la parte central, lo que también dificulta su diagnóstico temprano.  
“Solo cuando la presión intraocular (PIO) excede en gran medida a las cifras consideradas normales, entre 10-21 milímetros de mercurio (mmHg), puede dar algún síntoma inespecífico. También en casos de extremo dolor, cuando la PIO supera los 40 mmHg”, comenta María Isabel Canut Jornada, vicepresidenta de la Sociedad Española de Glaucoma (SEG) y presidenta de la Societat Catalana d’Oftalmología. 

Qué se puede hacer para prevenir

En cuanto a su prevención, “sólo puede prevenirse con un diagnóstico temprano, realizando chequeos oftalmológicos periódicos, especialmente en poblaciones de riesgo”, afirma el Muñoz Negrete. Lo que sí se puede hacer es, en cierta medida, reducir el riesgo a través de hábitos de vida saludables que contribuyan a la salud ocular.
Entre los principales consejos están:

Seguir una alimentación equilibrada rica en antioxidantes y ácidos grasos omega-3. 

Realizar ejercicio físico regularmente para favorecer la circulación sanguínea ocular.

Evitar el consumo de tabaco, que puede afectar negativamente al nervio óptico.

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