21 abril, 2025

Atención a los alérgicos a esta planta: en cuanto deje de llover, su polen será muy alto


La cuenta de días con lluvias hace tiempo que se perdió. Aunque oficialmente la primavera empezó el pasado 20 de marzo, la sensación general es que el pistoletazo de salida no lo puede dar otro que el sol. Y cuando las nubes lo destapen, ahí sí, ahí ya es primavera y, con ella, las flores, las mariposas, las abejitas y (lo sentimos) también las alergias. 
Lo cierto es que las lluvias de marzo han retrasado la polinización de ciertas plantas. Entre ellas, hay una, muy común en los parques y jardines de las ciudades, que empezará a polinizar una vez se diga adiós a las precipitaciones. Se trata del plátano de sombra, un árbol que puede superar los 30 metros de altura. “Cabe esperar que en cuanto terminen las lluvias, aparezca este polen. Las personas alérgicas a él deben estar precavidas porque es inminente el hecho de que empiecen a sufrir sintomatología”, destaca Juan José Zapata, presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
Según ha comentado el experto sobre el nivel de precipitaciones en el último año, “ha sido normal, a excepción del sureste y Canarias, donde se ha visto que ha sido seco”. Sin embargo, “las lluvias de marzo van a hacer que esa normalidad sea suficientemente interesante como para que pueda haber un escenario de aumento de la polinización, tanto alargando el periodo, como intensificando los picos”. 
Acerca de los síntomas que puede tener una persona con alergia al plátano de sombra, destacan los siguientes:
Rinitis: picor o congestión nasal, estornudos o presencia de moco líquido.
 
Conjuntivitis: picor y enrojecimiento de los ojos. 
 
Picor en el paladar, en la faringe o en los oídos. 
 
Tos.
 
Asma, aunque este cuadro es menos frecuente. 

Los fenómenos meteorológicos extremos, como las sequías, los fuertes vientos, las calimas o las tormentas eléctricas también desempeñan un papel clave en la dispersión de aeroalérgenos. Por ejemplo, algunos estudios han demostrado que las tormentas eléctricas pueden fragmentar los granos de polen en partículas microscópicas que penetran con mayor facilidad en las vías respiratorias, aumentando el riesgo de crisis asmáticas graves. 
“Estamos viendo cómo los cambios en el clima están generando un entorno más hostil para los pacientes alérgicos. Las temporadas de polen no sólo son más largas, sino que los niveles son más elevados, lo que agrava los síntomas”, subraya Darío Antolín, vicepresidente de la SEAIC y miembro del Grupo de Trabajo de Alergia sobre Medio Ambiente, Contaminación y Cambio Climático. 
Por otra parte, la contaminación del aire agrava la sensibilidad a los alérgenos y potencia sus efectos en la salud respiratoria. En este sentido, un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que la exposición a contaminantes como el dióxido de nitrógeno y las partículas en suspensión altera la barrera protectora de la mucosa nasal, la piel y la conjuntiva ocular, facilitando la penetración del polen y otros aeroalérgenos. 
Asimismo, tras eventos climáticos extremos, se ha observado un aumento de la contaminación del aire, lo que refuerza el impacto negativo sobre la salud de las personas con alergias. 

Cómo prevenir o aliviar los síntomas de la alergia

Lo más importante, resalta Zapata, es contar con un buen diagnóstico para que, una vez que empiecen los síntomas, tomar los medicamentos indicados. Más allá del tratamiento farmacológico, se pueden llevar a cabo algunas medidas de control ambiental. El alergólogo apunta las siguientes:
 Ventilar la casa diez minutos por la mañana y otros diez por la noche para que no se produzcan grandes cantidades de humedad y temperatura en el interior. Eso sí, también hay que saber aislarse del exterior en los días con picos altos de polinización. 
 
No dejar la ropa seca en la terraza o en la azotea, pues estos tejidos son “cazadores de polen”. 
 
No hacer ejercicio en aquellas zonas con alto impacto de polen. En caso de realizarlo, quitarse la ropa nada más llegar a casa y darse una ducha, ya que puede quedar polen en el pelo y se pueden reavivar los síntomas. 
 
Cambiar los filtros de aire acondicionado. 

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