Tener un corazón sano no solo depende de la alimentación que llevemos sino también de otras acciones o hábitos que hacemos a diario. Aurelio Rojas, cardiólogo en Hospital Regional Universitario de Málaga y divulgador, nos explica qué hace él para tener un corazón sano y qué no haría nunca para lograrlo.
En primer lugar, “nunca empezaría a hacer ejercicio físico sin asegurarme de que mi corazón está en perfectas condiciones”. ¿Por qué? “Porque aunque es poco frecuente, la causa más común de muerte súbita durante el ejercicio es el infarto agudo de miocardio”. Esto, informa, “puede ocurrir debido a un esfuerzo importante, ya que esas pequeñas placas de ateroma que tenemos en las arterias —y que no suelen dar síntomas— pueden romperse”.
Por ello, el cardiólogo aconseja que, “si tienes factores de riesgo cardiovascular, o antecedentes personales o familiares de problemas cardíacos o muerte súbita, es fundamental que un médico evalúe tu corazón antes de comenzar cualquier rutina deportiva, aunque te sientas perfectamente bien”.
No dormir bien aumenta el riesgo de problemas de corazón (Foto Shutterstock)
El descanso es clave
Otra de las cosas fundamentales para tener un corazón sano y evitar infartos, entre otros problemas cardiovasculares, es el descanso. “Dormir menos de 6 horas por noche perjudica la salud”. Y esto es así porque, como comenta, “durante la noche se segregan la mayor parte de las hormonas que contrarrestar el cortisol y se activan los procesos de regeneración celular”. Así, apunta, “ell estrés que genera dormir poco puede elevar los niveles de cortisol, lo que afecta directamente a la salud del corazón”. Por eso “sabemos que la falta de sueño aumenta el riesgo de hipertensión, enfermedades cardiovasculares y arritmias”
Ejercicio de fuerza
El último consejo Rojas está relacionado, sin duda, con el ejercicio físico. Es clave para tener un corazón fuerte y estar saludable hacer ejercicio de fuerza ya que, como explica, “el órgano endocrino metabólico más poderoso de nuestro organismo es el músculo”.
El ejercicio de fuerza “ha demostrado que no solo mejora la masa muscular y aumenta la densidad ósea, sino que también ayuda a controlar la presión arterial, reduce los niveles de colesterol y triglicéridos, y mejora la sensibilidad a la insulina que es el principal causante de enfermedad cardiovascular en el siglo XXI”.
Además, “mantener una buena masa muscular es esencial para tener un metabolismo activo, prevenir la obesidad y reducir la grasa visceral, que es la más peligrosa para el corazón”.
Dicho esto, el consejo del cardiólogo es que “si aún no has integrado los ejercicios de fuerza en tu vida, este es el momento, no importa tu edad ni tu nivel físico ya que todos podemos beneficiarnos de incluir ejercicios de fuerza adaptados a nuestras necesidades”.
En el caso de las personas mayores, diversos estudios han demostrado que el ejercicio de fuerza puede contrarrestar estas deficiencias relacionadas con la edad. De hecho, informa a CuídatePlus Miguel Del Valle, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte, “se ha puesto de manifiesto que incluso las personas mayores de 90 años pueden aumentar su acondicionamiento muscular mediante el entrenamiento de la fuerza”.
También se ha demostrado que los trabajos de fuerza “ayudan a prevenir muchas enfermedades crónicas como la diabetes (los trabajos de fuerza incrementan la sensibilidad a la insulina), mejoran el perfil lipídico, previenen la osteoporosis e incluso algunos tipos de cáncer”.