14 septiembre, 2024

Beso negro o rimming: qué es, cómo se hace y qué riesgos conlleva esta práctica sexual


El sexo oral es una de las prácticas sexuales más extendidas. De hecho, según los datos del estudio El mapa del sexo en España, el 97% de las personas encuestadas reconoce practicarlo. Dentro de esta práctica sexual, el más conocido es el cunilingus que es la variante del sexo oral que consiste en lamer y chupar los órganos genitales femeninos (labios de la vulva, el clítoris y la entrada de la vagina) con los labios y la lengua, pero no es la única forma de practicar sexo oral. De hecho, el anilingus o beso negro cada vez está tomando más importancia en las relaciones sexuales.
Como informa a CuídatePlus Valérie Tasso, escritora, sexóloga y embajadora para España de la marca de juegos eróticos Lelo, “el anilingus es la estimulación del ano y zonas adyacentes con la boca y la lengua”. “También se le conoce coloquialmente como “rimming”, aporta Jesús Rodríguez, director del Instituto Sexológico Murciano. 

Cómo se realiza el anilingus, beso negro o rimming

Para llevar a cabo esta práctica, se aconseja en primer lugar que “las partes implicadas estén cómodas y relajadas”, indica Rodríguez. En cuanto a la forma, “se puede hacer de muchas maneras y usando varias posturas ya que dependerá de los gustos de cada persona”, afirma Tasso. Una forma es que el que realiza el acto “puede arrodillarse o inclinarse sobre el que lo recibe y este último puede adoptar una posición cómoda, como acostarse boca arriba con las piernas ligeramente flexionadas”, describe Rodríguez.
En cuanto a las técnicas, “existen varias para estimular el ano”, recuerda Tasso ya que “se puede besar, lamer, chupar. La lengua se puede mover alrededor del ano, o directamente encima, ir incluso hacia arriba y abajo entre las nalgas. La lengua también puede penetrar el ano”.
Eso sí, en todo caso, “es recomendable mantener una buena higiene personal, comunicarse abierta y claramente con la pareja sobre preferencias y límites, y empezar suavemente para que el receptor se relaje rodeando la zona primero y según las reacciones estimular el orificio más directamente”, indica Rodríguez.

Placer del anilingus o beso negro 

Para la persona que hace el anilingus, “el placer reside en el simple acto”, indica Tasso. En su opinión, esta práctica “no deja de ser, todavía, a la fecha de hoy y para muchos, algo transgresora por tener como protagonista a una parte del cuerpo que siempre se ha considerado sucia”. Por tanto, el placer, “dependerá, obviamente, de la escala de valores de cada uno de nosotros”. Y es que, para muchos, “esta misma transgresión genera morbo, y el morbo, placer”.
En cuanto a la persona que recibe el anilingus, “hay que decir que el ano y las zonas de alrededor tienen muchas terminaciones nerviosas y es una zona altamente erógena pero que también puede ser errónea, es decir, que puede producir dolor si se hace mal y a destiempo”. Básicamente, señala la sexóloga, “es sumamente placentera para el receptor del beso negro, pero con la excitación adecuada y con la misma lubricación de la lengua, las personas suelen disfrutar muchísimo de esta práctica”.

Riesgos del anilingus, beso negro o rimming

Como todas las prácticas sexuales, el anilingus o beso negro puede conllevar un riesgo de infecciones.
“Hay que saber que el ano y/o recto pueden tener bacterias, virus o parásitos (dentro o alrededor del ano) que pueden acarrear riesgos de infección como puede ser el caso del Virus del Papiloma Humano (VPH), el herpes, la clamidia, la hepatitis B, entre otras infecciones/enfermedades de transmisión sexual”, informa Tasso.
También “hay que tener especial cuidado si acercamos la boca a los genitales justo después de haber hecho un anilingus por la presencia de las bacterias Escherichia coli (“E. coli”) que pueden causar una infección del tracto urinario en la uretra”. 
Respecto al VIH/SIDA, “los expertos afirman que existe cierto nivel de contagio sobre todo si el receptor y dador de la práctica tiene heridas y/o llagas/fisuras abiertas en boca y genitales”, advierte Tasso. 
Aunque es importante incidir en los riesgos que se corren practicando el anilingus, la sexóloga también cree necesario “recalcar que la parte más “sucia” del cuerpo (o con más bacterias, por decirlo de otra manera, no es el ano o el recto, como muchas personas puedan pensar, sino la boca”. Por lo que “si tenemos una buena y adecuada higiene, el ano no es sucio”. La boca, en cambio, “por mucho que nos la limpiemos, usemos enjuagues bucales y nos cepillamos los dientes, siempre seguirá teniendo bacterias”.

Consejos para reducir los riesgos

La mejor forma de reducir los riesgos del beso negro es “tener una higiene óptima por parte de ambas partes”, insiste Tasso. La higiene es fundamental siempre pero “en esta práctica más”.
Otra recomendación de la sexóloga es “usar las barreras de látex que se suelen utilizar cuando se practica el cunnilingus y que se pueden comprar en farmacias o en tiendas eróticas o recortar un preservativo”.

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