21 enero, 2025

Blue Monday: sencillas estrategias para lidiar con la tristeza temporal, según los psicólogos


Hace unos años, la agencia de viajes Sky Travel pidió al psicólogo Cliff Arnall que averiguara cuál era el día más triste del año. No vamos a profundizar en la fórmula por la que se guio el experto, ni qué se escondía detrás de este interés. Nos vamos a quedar con que el Blue Monday nació cuando Arnall determinó que la tristeza sería la protagonista de cada tercer lunes de enero. “La realidad es que no existe ninguna evidencia psicológica que sustente que este lunes sea más triste que otros días del año. No obstante, lo que sí ocurre es que circunstancias como la falta de luz en invierno o el estrés provocado por la situación económica afectan el estado de ánimo, pero esto es algo que puede suceder en cualquier momento”, aclara María Calle, psicóloga de Blua de Sanitas.
Según Irene Rodrigo, psicóloga clínica del Hospital 12 de Octubre, “la tristeza es esa emoción incómoda que muchas veces queremos eliminar o intentar quitarnos de encima, pero que, como cualquier otra emoción, es útil y cumple con una función informativa”. Sobre esta, la experta detalla que la tristeza “nos habla de cosas que nos pueden estar pasando y doliendo, como una pérdida o un cambio que nos está costando enfrentar. Nos sirve para descubrir las razones y ver si tenemos que hacer cambios en nuestra vida que nos permitan estar un poco mejor”.

Estrategias para convivir con la tristeza de forma temporal

Siempre que sea una tristeza temporal y no patológica, los expertos recomiendan una serie de técnicas para lidiar con este sentimiento: 
Propósitos realistas y alcanzables. Es crucial plantear objetivos que puedan lograrse paso a paso, ya que esto contribuye a generar una sensación de logro y evita la frustración, fomentando la motivación a largo plazo.
 
Fomentar hobbies creativos. Actividades como pintar, cocinar o tocar un instrumento posibilitan expresar emociones y canalizar la energía de forma constructiva. Por otra parte, con el paso del tiempo generan una sensación de logro que contribuye a mejorar la autoestima al colaborar en el autoconocimiento y en el cuidado individual general.
 
Realizar deporte regular al aire libre. Practicar ejercicio físico de manera constante no solo mejora la salud cardiovascular, sino que también libera endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, que ayudan a mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés. Asimismo, es recomendable hacerlo al aire libre, ya que la luz natural es fundamental para la regulación del reloj biológico y la producción de serotonina, neurotransmisor encargado de la regulación emocional.
 
Establecer límites personales. Establecer límites implica identificar y comunicar claramente lo que resulta aceptable y lo que no en las relaciones interpersonales y en el entorno laboral. Aprender a decir no, cuando sea necesario, permite proteger el tiempo y la energía personal, evitando el agotamiento físico y emocional.
 
Incorporar alimentos ricos en triptófano. Este aminoácido es clave en la producción de serotonina. En este punto, alimentos como el salmón, las nueces y los huevos no solo son nutritivos, sino que también impulsan un buen estado de ánimo. En general, una dieta equilibrada, rica en vitaminas y minerales, también contribuye a mantener el equilibrio emocional al mejorar el funcionamiento general del cerebro.
 
Establecer una rutina de sueño regular. Dormir lo suficiente y en horarios consistentes es primordial para la regeneración del cerebro y el equilibrio emocional. Cabe señalar que una buena higiene del sueño incluye evitar pantallas, comidas pesadas, bebidas alcohólicas y excitantes antes de acostarse y mantener el dormitorio oscuro y tranquilo.
 
Reducir el consumo de noticias negativas. En ocasiones, la sobreexposición a información negativa genera ansiedad y pesimismo. Por ello, es recomendable limitar el tiempo dedicado a las noticias y centrarse en fuentes positivas para conservar una perspectiva equilibrada.
“Estas técnicas nos sirven para afrontar de manera temporal una tristeza que no sea patológica. Si vemos que la tristeza perdura, se cronifica o llega a un nivel de interferencia en nuestro día a día que no nos permite funcionar, tenemos que consultar a un especialista que nos ayude a afrontar una realidad mucho más compleja, como es la depresión”, subraya Rodrigo. 

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