Muchas personas toman agua con gas para hidratarse, como bebida en las comidas, porque les gusta o porque buscan sustituir el consumo de bebidas carbonatadas por una opción más saludable. Sin embargo, también hay muchos mitos que giran en torno a este agua y que la señalan como poco saludable. ¿Daña los dientes?¿es perjudicial para los huesos? ¿engorda? ¿sube la tensión?
El agua con gas es un agua con ácido anhídrido carbónico, “el responsable de sus burbujas”, explica Marian García, doctora en Farmacia y más conocida como Boticaria Garcia. Este agua puede tener burbujas de manera natural (ciertos manantiales) o ser artificialmente con gas (añadiendo gas a presión).
En cuanto a las diferencias con el agua normal, sin gas, “la composición nutricional del agua con gas contiene algo más de minerales (magnesio, calcio, hierro, sodio, …) y bicarbonato que el agua normal”, señala Cristina Colina, nutricionista, pero sus funciones son las mismas: hidratar al organismo y aportar parte de las sales minerales que necesita para un correcto funcionamiento. Precisamente por esto Boticaria García recomienda su uso para hidratarnos: “Es una gran opción para garantizar la hidratación”.
Además, la doctora en Farmacia desmiente que dañe los huesos o que sea perjudicial para los dientes. “El ácido carbónico no tiene nada de mano para los huesos y no estropea los dientes ni produce caries”, apunta. Y una de las razone de que esto sea así es que “no tiene azúcar”.
Beneficios del agua con gas
Entre los beneficios de tomar agua con gas se encuentran:
Facilita las digestiones.
No tiene calorías: el agua con gas no es otra cosa que agua natural con ácido carbónico añadido. Por esta razón, no aporta absolutamente ninguna caloría. Sin embargo, las burbujas generan una sensación refrescante que la convierten en una alternativa natural a los refrescos tradicionales. Además, ofrece infinitas posibilidades de personalización, permitiendo añadir frutas y aromáticos diferentes cada día.
Es saciante. El agua con gas contribuye al control de las ingestas al generar cierta presión en las paredes del estómago lo que distiende más que el agua lo cual genera una sensación de saciedad calmando y controlando nuestro apetito.
Hidrata: el agua con gas tiene las mismas propiedades que el agua natural, por lo que aporta un gran nivel de hidratación, favoreciendo el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Esto es especialmente importante en verano, época en la que nuestro cuerpo necesita reponer frecuentemente la cantidad de líquido corporal debido a las altas temperaturas.
Podría (todavía en estudio) mejorar la diabetes
Los autores del trabajo Una intervención con agua mineral reduce los biomarcadores de riesgo cardiometabólico. Un ensayo controlado, aleatorizado y cruzado con dos aguas minerales en adultos con hipercolesterolemia moderada, realizado por un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dirigido por Pilar Vaquero, concluyen que “el consumo de 1 L/día de ambas aguas minerales (con gas o sin gas), independientemente de su composición, en las principales comidas por adultos moderadamente hipercolesterolémicos, hombres y mujeres, mejora el perfil lipídico y reduce la glucemia”. Esto se atribuye a la sustitución de los refrescos.
En cuanto a si el agua con gas puede aumentar la presión arterial y estar contraindicada para los hipertensos, los autores de este trabajo señalan que a diferencia de lo que se piensa, “el agua mineral con bicarbonato sódico, que aporta 1 g de sodio y 2 g de bicarbonato por litro, no afecta a la presión arterial”.