4 febrero, 2025

Bruselas advierte de la “situación crítica” del agua en la UE y pide una mejor protección de un bien clave | Clima y Medio Ambiente


Bruselas ha identificado la protección de las reservas de agua como una de las prioridades de la Unión Europea en el futuro tanto inmediato como lejano. Tanto, que incluso la nueva comisaria de Medio Ambiente, Jessika Roswall, tiene también a cargo la cartera de nueva creación para la Resiliencia Hídrica, además de la de Economía Circular Competitiva. Pero el punto de partida es malo: las aguas de superficie europeas no están en buen estado, ampliamente contaminadas por productos tóxicos como el mercurio, según advierten varios informes publicados este martes.A este problema se añaden las cada vez más frecuentes sequías y escasez de agua —países como España tienen hasta el 74% de su territorio bajo riesgo de desertificación— y otros riesgos asociados al cambio climático como son las inundaciones, otra catástrofe cuyas terribles consecuencias vivió España con la dana que destrozó Valencia en octubre de 2024.“España debe hacer frente a la contaminación e invertir en soluciones basadas en a naturaleza y en resiliencia climática, así como en una mayor transparencia y una mejor coordinación”, ha resumido Roswall en rueda de prensa las tareas principales de España, a la que también pide “un mayor esfuerzo transfronterizo” en la gestión del agua.En líneas generales, los recursos hídricos de la UE están sometidos a una “presión significativa” debido a un uso no sostenible de las tierras, a cambios hidromorfológicos, la contaminación, cambio climático, una creciente demanda de agua, los procesos de urbanización y poblaciones en aumento, resume la Comisión el estado de este recurso que, como ha advertido Roswall repetidas veces, “no puede seguir dándose por sentado” que el agua es un recurso sin límites.“Es hora de cambiar de mentalidad” y asumir la gestión del agua como una “cuestión política” porque “el coste de no hacer nada es demasiado alto”, ha advertido la comisaria sueca, que tiene previsto presentar esta primavera una “estrategia de resistencia hídrica” para garantizar este recurso a largo plazo. “No podemos seguir dando el agua por sentada, así que tenemos mucho trabajo por delante para construir nuestra resistencia hídrica para 2050”, ha insistido Roswall. Parte de ese trabajo pasa por hacer un repaso al estado del agua de manera regular, algo que la Comisión ha hecho este martes, publicando varios informes que alertan precisamente de que, aunque hay algunos avances tanto en protección de este recurso como en mitigación de algunos riesgos vinculados, como sequías o inundaciones, todavía falta mucho para bajar la guardia.“Hace falta un trabajo significativo para cumplir los objetivos de calidad y cantidad del agua dulce”, subraya la Comisión en un resumen de sus conclusiones, en el que destaca que el estado de salud medio del agua en superficie (ríos, lagos o aguas costeras) es “crítico”: solo el 39,5% de estas aguas tienen un estado ecológico bueno y solo el 26,8% califican como buen estado químico, un retroceso del 33,5% que se recogía en 2015. Una situación que se debe sobre todo a una “extendida contaminación por mercurio y otros contaminantes tóxicos”.En España, la situación es levemente mejor y Bruselas espera que, para 2027 el país haya logrado tener el 97,7% de sus masas de agua en buen estado ecológico y el 98% en buen estado químico.Aun así, la UE insta a todos los países a mejorar la gestión del agua para 2027 centrándose en varios aspectos: por un lado, mejorar el cumplimiento de las normas europeas sobre el agua respetando los límites de contaminación, especialmente la de nutrientes procedentes de la agricultura, un aspecto en el que también llama específicamente la atención española.Los países también deben tomar medidas adicionales para combatir desafíos medioambientales “persistentes” como la contaminación química, así como garantizar suficientes fondos para atender los “déficits de financiación” de la gestión de las aguas y promover la reutilización del agua y la circularidad para prevenir una sobreexplotación acuífera, la extracción ilegal de agua —otro de los problemas identificados en España— y mitigar sequías.

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