18 octubre, 2024

Combinar el calor extremo con estos medicamentos podría ser perjudicial para tu salud


Los principales grupos de población en situaciones de calor extremo son los ancianos, los lactantes y los niños, las personas con una afección crónica que estén tomando medicamentos y las personas dependientes.
Factores de riesgo como la edad o patologías crónicas pueden incrementar los efectos nocivos de temperaturas muy altas. Y es necesario tener en cuenta que en caso de ola de calor algunos medicamentos, entre los que se encuentran muchos de uso común, pueden agravar el síndrome de agotamiento–deshidratación o de golpe de calor, que son algunos de los efectos graves para la salud que pueden derivarse de la exposición a temperaturas muy altas.
Inmaculada Castillo, doctora en Farmacia y coordinadora de Proyectos de Colegiados del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, explica que dichos medicamentos agrupados según su efecto son:
Medicamentos que provocan alteraciones en la hidratación y / o trastornos electrolíticos.
 
Medicamentos que pueden afectar la función renal.
 
Medicamentos cuyo perfil farmacocinético puede ser afectado por la deshidratación.
 
Medicamentos que pueden alterar la termorregulación central o periférica.

Deshidratación y medicamentos

En el grupo de medicamentos que provocan alteraciones de la hidratación y/o trastornos electrolíticos se incluyen:
Los diuréticos, en particular los diuréticos del asa (furosemida, torasemida, etc), ya que favorecen la deshidratación, facilitando la pérdida de líquidos.
 
Laxantes: Porque pueden producir diarrea, especialmente aquellos que contienen sales de magnesio.
 
Antiácidos: Debido a que en algunos existe presencia de sales de magnesio también pueden provocar diarrea osmótica.
 
Antibióticos: Aumentan el riesgo de diarrea.

Medicamentos y función renal

Ejemplo de medicamentos que alteran la función renal son:
· Todos los antinflamatorios no esteroideos (AINE) incluidos los salicilatos a dosis superiores a 500 mg/día y los inhibidores selectivos de COX-2 (celecoxib, etoricoxib, etc).
 
· Los inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina (IECA; captopril, enalapril, etc). Además, bajan la presión arterial.
 
· Los antagonistas de los receptores de la angiotensina II (losartan, irbesartan, candesartan, etc).
 
· Algunos antibióticos (principalmente las sulfamidas).
 
· Algunos antivirales (principalmente indinavir).
 
· Inhibidores de la renina (aliskireno).
 
· Antagonistas de la aldosterona (espironolactona, eplerenona).
 
· En general todos los medicamentos conocidos por su nefrotoxicidad (como aminoglucósidos, ciclosporina, tacrólimus, productos de contraste yodado, etc).
En el grupo de medicamentos que tienen un perfil farmacocinético que puede ser alterado por la deshidratación (por modificación de su distribución o de su eliminación) se incluyen principalmente:
Las sales de litio (carbonato de litio).
 
Los antiarrítmicos.
 
La digoxina.
 
Los antiepilépticos (topiramato, zonisamida, etc).
 
Algunos antidiabéticos orales (biguanidas y sulfamidas hipoglucemiantes).
 
· Los hipocolesterolemiantes (estatinas y fibratos).
También es necesario conocer, añade Inmaculada Castillo, que las hormonas tiroideas aumentan el metabolismo basal, induciendo la producción endógena de calor (levotiroxina, liotironina) y que algunos medicamentos pueden inducir una hipertermia derivada de acontecimientos adversos, como sucede con los neurolépticos o antipsicóticos (síndrome neuroléptico maligno), o los ISRS que se utilizan en el abordaje del síndrome serotoninérgico.
Y algunos medicamentos pueden agravar indirectamente los efectos del calor como son los que se utilizan para bajar la presión arterial y por consiguiente inducir una hipoperfusión de ciertos órganos (SNC), caso de los medicamentos antihipertensivos y los antianginosos.
Es necesario igualmente tener precaución cuando se está tomando cualquier medicamento que actúa sobre el estado de vigilia porque pueden alterar las facultades de defenderse contra el calor.
Si quienes están tomando alguno de los medicamentos citados son ancianos los riesgos se multiplican porque constituyen un grupo de población particularmente vulnerable a causa del deterioro de la capacidad que nos hace sentir sed y, en consecuencia, hidratarnos. Y es que los ancianos tienen un menor control de la homeostasia del metabolismo hidro-sódico y también una disminución de su capacidad de termorregulación mediante la transpiración.
Es importante que todas las personas que estén tomando alguno de los medicamentos citados conozcan sus efectos sobre la termorregulación para poder tomar precauciones en caso de ola de calor

Consejos

Algunos consejos están especialmente destinados al cuidado de personas mayores, niños, lactantes, embarazadas o personas con enfermedades crónicas. Y entre ellos la Agencia Española del Medicamentos y Productos Sanitarios incluye:
Informar al paciente y/o familiares de los posibles efectos de su medicación con el calor.
 
Beber agua, aunque no se tenga sed.
 
Saber identificar los síntomas de golpe de calor.
 
Medidas para prevenir el calor intenso, (sombra, ropa ligera, evitar exposición, alimentación sana, evitar alcohol, etc)
 
No interrumpir su medicación habitual, sin supervisión de su médico.
 
La adaptación de un tratamiento con medicamentos en curso debe considerarse caso a caso. En ningún caso está justificado considerar desde el principio, y sistemáticamente, una reducción o interrupción de los fármacos que pueden interactuar con la adaptación al calor del propio organismo.
 
En todo caso, los pacientes, ante cualquier duda sobre sus tratamientos deben consultar siempre a su farmacéutico o médico para que, en caso de que sea necesario, adapte su terapia habitual a las posibles interacciones de las altas temperaturas.

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