Desde pequeños siempre nos han dicho que el desayuno, el almuerzo y la cena son las tres comidas principales del día, sin embargo, en los últimos años han surgido tendencias de dietas dirigidas precisamente a reducir esas comidas y a restringir las ingestas con el fin de perder peso.
La verdad es que, según apunta Victoria Belda, miembro de la Comisión de Educación Alimentaria del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad Valenciana (CODiNuCoVa) y dietista-nutricionista, “no existe un número estandarizado para saber cuántas comidas se deben realizar a lo largo del día” y esto es así porque “es necesario entender que las necesidades tanto energéticas como de número de ingestas se deben de individualizar en coherencia con los objetivos y con las necesidades que tenga cada persona”.
Una de las pautas dietéticas que más interés ha despertado en los últimos años es la del ayuno intermitente que tiene ciertos beneficios para la salud y la pérdida de peso, siempre que la persona lo haga bien y con supervisión de un especialista.
Sin embargo, hay otras dietas que parecen poco dañinas pero que no lo son tanto, es la conocida como dieta OMAD, que se ha hecho popular por rostros conocidos como Bruce Springsteen o Chris Martin, de Coldplay.
La dieta OMAD, explica a CuídatePlus Estefanía Ramos, dietista-nutricionista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), “significa comer una comida al día”. En ella “no se especifica qué es lo que se come ni tampoco a qué hora se come. Se trata de la forma más larga de una alimentación con una ventana de tiempo restringido, equivalente a un ayuno de 23 horas y una ingesta de 1 hora”.
Según esta explicación ¿es posible y saludable seguir esta dieta y comer sólo una vez al día? En opinión de Ramos, en este tipo de dieta “no se especifica qué es lo que se come” por lo que “durante 1 hora al día es muy complicado ingerir toda la cantidad de nutrientes que el organismo necesita, tanto macro como micronutrientes”. Esto, informa, “produce, a corto plazo, una deficiencia nutricional”.
Además, “ingerir alimentos sólo durante 1 hora al día puede originar o agravar estados de ansiedad relacionados con la comida (mayor impulso descontrolado hacia los alimentos durante esa hora o trastorno por atracón)” y, a diferencia de lo que se piensa, “de obesidad”. De hecho, según un estudio publicado en el National Library of Medicine (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17413096/) “las personas que hacen solo una comida al día, tienen un aumento significativo del hambre, así como una modificación importante de la composición corporal”. En este estudio también se demostró “un significativo aumento de la presión arterial, y el colesterol total, LDL y HDL”.
Esto es así porque, según detalla Belda:
El metabolismo necesita energía y, con ello, calorías para que nuestro cuerpo pueda funcionar de forma correcta. Si solo se come una vez al día, provocaremos un ralentizamiento del metabolismo, pudiendo acarrear dificultades para la pérdida de peso o inclusive, llevar a una ganancia de peso en algunos sujetos.
Comer una vez al día puede provocar que tengamos picos de energía, afectando al rendimiento diario y a la capacidad de realizar cualquier actividad cotidiana, tanto psíquica como mental.
Puede generar una sensación de hambre continua, llevando a provocar cuadros de atracones o a elegir opciones menos saludables por la necesidad de comer con la mayor brevedad.
Al comer una única comida al día se va a limitar la ingesta de nutrientes en la dieta. Provocando un déficit general de nutrientes esenciales necesarios para que nuestro metabolismo funciones correctamente.
Las digestiones se pueden ver afectadas por estas circunstancias, al sobrecargar el sistema digestivo y causar cuadros de problemas gastrointestinales importantes.
¿Comer una vez al día ayudaría a adelgazar?
Tras conocer los riesgos para la salud que supone hacer este tipo de dietas, es importante saber si sirven o no para adelgazar. Por su parte, Inmaculada Luengo, del IMEO, no la recomendaría nunca “como forma de bajar el porcentaje de grasa corporal debido a todos los riesgos y alteraciones que puede llegar a ocasionar”. Es cierto que se podría bajar de peso con una sola ingesta “por la evidente reducción de alimentos”, informa, “pero a un precio muy elevado”. Y es que, como se ha visto, este tipo de alimentación “presenta una larga lista de riesgos asociados tanto a nivel bioquímico como mental”.
Por un lado, “no se puede garantizar un aporte adecuado de micronutrientes, proteínas, grasas antiinflamatorias, etc. Ya que el cuerpo no lo puede asimilar adecuadamente”.
Por otro lado, “fomentan la mala relación con la comida y la aparición de trastorno de la conducta alimentaria (TCA). Al tener una restricción muy severa se relaciona directamente con ansiedad y hambre emocional”.
Ramos va más allá. En su opinión, este tipo de “dieta extrema no va a ayudar en absoluto en la pérdida de peso del paciente” y esto es así porque con ella, “no se va a conseguir lo que realmente se quiere en un tratamiento de pérdida de peso que es reeducación alimentaria, adquisición de hábitos, identificar-gestionar hambre físico y emocional, comer despacio, reparto de ingestas en varias tomas pequeñas a lo largo del día para lograr esa ingesta de nutrientes necesaria de forma más fácil”. Para ella, “no es un tipo de dieta que se pueda hacer ni a corto ni a largo plazo”.
Además, por otro lado, “promueve llegar a esa única ingesta con bastante ansiedad, puede hacer que la persona que la haga, coma de forma compulsiva, sin control ni de cantidades ni calidad de alimentos originando un trastorno por atracón, además un más que probable déficit nutricional”. A largo plazo no sólo no ayudaría a adelgazar, sino que podría llegar a “promover la obesidad”, ya que promueve la ingesta compulsiva de cualquier tipo de alimentos en 1 hora. Tras haber probado esta dieta y querer abandonarla, la persona haya “adquirido hábitos de comida compulsiva que favorecen la obesidad”.
Qué debería incluir esa única comida
Si, a pesar de los riesgos que supone seguir este tipo de dieta para adelgazar, la persona decide seguirla, debería conocer cuáles son los alimentos que debe incluir ese “plato único” para garantizar, de alguna manera, la energía que necesitará durante el día.
En primer lugar, según señala Belda, se debe tener en cuenta que “las necesidades nutricionales varían en función de la edad, el género, el nivel de actividad física y otros factores propios de cada individuo”. En base a esto, lo esencial sería que “la dieta se adapte a las necesidades específicas de cada uno y que sea equilibrada”.
Como el resto de alimentaciones, Luengo recuerda que hay que seguir una base nutricional de calidad. Para ello, hay que seleccionar “alimentos frescos como vegetales, fruta, carne, pescado, huevo, legumbres, etc y priorizar, y sobre todo con este tipo de alimentación, que la ingesta que se va a realizar (en este caso única) sea de la mayor calidad posible; y evitar aquellos alimentos procesados ricos en nutrientes proinflamatorios como son los azúcares simples, grasas saturadas y harinas refinadas”.
¿Qué hora sería la más indicada para hacer esta comida única?
En cuanto a la hora de hacer esta única comida, Luengo indica que será preferible hacerlo “por las mañanas o en aquellas horas del día que coincidan con ciclos de luz”. Tal y como expone, “este es el mejor momento ya que nuestro cuerpo sigue una crononutrición en la que metabolizamos mejor los nutrientes cuando coinciden en periodos de luz; mientras que en los periodos de oscuridad nuestro metabolismo se enlentece”.
Diferencias con el ayuno intermitente
Antes se ha mencionado el ayuno intermitente como una forma de alimentación que cada vez realiza más gente. En este sentido, ¿qué diferencias hay entre el ayuno intermitente y comer sólo una vez al día? “Comer una vez al día o hacer ayuno son dos enfoques distintos de patrón alimentario y de frecuencia en la alimentación”, señala Belda.
Comer una vez al día “implica consumir todas la calorías y nutrientes en una sola comida, por tanto, esta comida debería de ser más grande y abarcar un periodo suficientemente grande para asegurar la obtención de todos los nutrientes y la energía para el día”, explica. Por otro lado, “los ayunos intermitentes (entre 16 y 20 horas), permiten alternar periodos en donde se consume alimentos a lo largo del día”.
En el ayuno, informa Luengo, “al individuo le da tiempo a metabolizar mejor los nutrientes que ingiere y puede variar y diversificar los mismos”. Por el contrario, en el caso de hacer solo una comida al día, “el hecho de hacer una única ingesta en gran cantidad puede ocasionar problemas digestivos “como obstrucción intestinal, hinchazón, gases o digestión pesada”; muy diferente, señala, “que con el ayuno de 16h, que ayuda y tiene un efecto beneficioso al fraccionar las ingestas”. De esta forma, “al tracto digestivo le da tiempo a trabajar de forma progresiva”.