14 marzo, 2025

¿Cómo influye el grupo sanguíneo en el riesgo de ictus?


Sí, algunos grupos sanguíneos se han relacionado con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular o ictus y se ha visto que otros podrían ejercer un papel protector, pero los resultados de los estudios que apuntan en este sentido no siempre se han interpretado de forma correcta, dando lugar a un excesivo e injustificado alarmismo.
Es bien conocida la importancia del grupo sanguíneo en las transfusiones, ya que las personas con determinados tipos no pueden recibir la sangre de individuos con otros grupos porque su organismo reaccionaría de una forma que pondría en riesgo su vida. En cambio, está mucho menos difundida la noción de que el grupo sanguíneo con el que nace una persona puede influir en su salud de diversas maneras. 

Qué es el grupo sanguíneo y cuál es su impacto en la salud

Los grupos sanguíneos constituyen una forma de clasificar la sangre según las características de la capa exterior de los glóbulos rojos y, en concreto, la presencia de unas moléculas conocidas como antígenos, que son proteínas. Las dos clasificaciones más importantes son la de los antígenos AB0 y el factor Rh (positivo o negativo, + o -). Por ejemplo, si una persona es A negativo (A-), significa que sus glóbulos rojos tienen el antígeno A y carecen de factor Rh. El sistema inmune de esa persona fabricará anticuerpos para defenderse de los antígenos del grupo B, del mismo modo que el sistema de defensa de alguien del grupo B creará anticuerpos frente al A. También generará anticuerpos frente al factor Rh,. Por lo tanto, solo podrá recibir sangre de los grupos A- y 0-.
Además de estas moléculas, la sangre contiene otros antígenos (más de 300) que están en la superficie de los glóbulos rojos. Y todas estas proteínas, que son codificadas por genes que heredamos de nuestros padres, no solo afectan a la compatibilidad de la sangre entre unas personas y otras, sino también a otras características como la capacidad de coagulación, lo que incide en el riesgo de sufrir coágulos (trombos) o hemorragias.
Asimismo, se han relacionado tanto las moléculas AB0 como otros antígenos sanguíneos con la hipertensión, la formación de cálculos renales y muchas otras patologías.

Grupo sanguíneo y riesgo de ictus

Cuando se investiga el impacto en el desarrollo de diversos problemas de salud, los grupos sanguíneos AB0 se asocian principalmente con complicaciones cardiovasculares, según un estudio publicado en la revista Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology. Esta investigación reveló que, en comparación con las personas del grupo sanguíneo 0, los grupos sanguíneos A y B se asociaron con un aumento de la probabilidad de eventos tromboembólicos (formación de coágulos sanguíneos) y una disminución de la probabilidad de hipertensión.

También hay trabajos que asocian el grupo sanguíneo a un mayor o menor riesgo de ictus. Por ejemplo, un estudio que se publicó hace unos años en la revista Neurology, que tuvo una gran repercusión mediática. Los autores de esta investigación llevaron a cabo una evaluación (metaanálisis) de 48 estudios sobre genética y ictus isquémico, en la que se incluyó a 17.000 pacientes con ictus y a casi 600.000 controles sanos que nunca habían sufrido un accidente cerebrovascular. Cuando analizaron las variantes genéticas asociadas con el ictus, hallaron una relación entre el ictus de inicio temprano (antes de los 60 años de edad) y los genes que determinan si un grupo sanguíneo es A, AB, B o 0.
El estudio reveló que las personas con un ictus temprano tenían una mayor probabilidad de presentar el grupo sanguíneo A y menor probabilidad de poseer el tipo de sangre 0 (el más común), en comparación con las personas con un ictus tardío y las personas que nunca habían sufrido un ictus. Tanto los ictus tempranos como los tardíos también se asociaban en mayor medida al grupo B cuando se comparaban con los controles sanos. Tras ajustar factores como el sexo, los investigadores constataron que quienes tenían el tipo de sangre A presentaban un 16 % más de riesgo de sufrir un ictus temprano que las personas con otros tipos de sangre. Por el contrario, quienes tenían el tipo de sangre 0 mostraban un 12% menos de riesgo de sufrir un ictus que las personas con otros tipos de sangre.

Un aumento del riesgo de ictus muy pequeño

Los propios autores del estudio sobre la influencia del grupo sanguíneo en el riesgo de ictus hacen un llamamiento a la prudencia, ya que el aumento del riesgo apreciado fue muy leve, por lo que las personas del grupo sanguíneo A no deberían preocuparse por la posibilidad de sufrir un ictus de aparición temprana ni realizar pruebas de detección o exámenes médicos adicionales basándose en estos resultados.
En el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular influyen diversos factores modificables y no modificables. Entre estos últimos, destacan la genética, la edad y la etnia. En cuanto a los que sí pueden modificarse, los más importantes son:
 

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