“De tal palo, tal astilla”, asegura un popular refrán para referirse a un hijo o una hija que se parece bastante o mucho a su padre o a su madre.Si bien el psicólogo Albert Bandura (1925-2001) demostró hace varias décadas que la conducta está determinada, más que nada, por un componente ambiental más que por la herencia genética, el dicho sigue planteando la cuestión.Para muchos expertos, tal como señala un artículo publicado en The Conversation, este es un falso dilema.Mirá también
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Sin embargo, algunos estudios revelan que, en efecto, los genes de los padres tienen algo que ver en la conducta de sus hijos.
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El artículo de The Conversation admite que “no se sabe al 100 % qué proporción de nuestro sistema de valores y de nuestras características psicológicas, como la inteligencia, la personalidad y la conducta, viene determinado por nuestra herencia genética, y cuánto tiene que ver con la cultura, lo aprendido, el contexto social y temporal que nos envuelve y modela”.¿Cuál es el peso de la herencia en la personalidad? La ciencia plantea distintas respuestas. Foto: Shutterstock.Luego cita al investigador Nathan Gillespie, quien fijó en el 60% la importancia del peso de la herencia en la personalidad. De todas formas, Gillespie destaca, al igual que muchos otros, la influencia de los factores ambientales.Una prueba de ello, según The Conversation, es que los hermanos gemelos (idénticos desde el punto de vista genético) suelen tener personalidades bastante diferentes. Las coincidencias fluctúan entre el 40 y el 33%.Mirá también
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Agrega que “ciertas variantes genéticas aumentan el riesgo, mientras que otras lo disminuyen, por lo que su tendencia natural con relación a cada dimensión de la conducta será la suma de todos los genes de riesgo o protección que porte y que influyan en ella”.Pero Danielle Dick coincide con lo dicho al principio: la genético no es la única responsable de la formación del carácter, sino que se trata de una mezcla entre la herencia y el ambiente donde se desarrolla el niño o la niña.