17 abril, 2025

Crecen las intoxicaciones por gominolas de cannabis: estos son sus peligros


El Hospital Clínic de Barcelona acaba de presentar el informe de casos de personas intoxicadas atendidas en su servicio de urgencias en 2024, que han aumentado un 14% en 5 años. Entre otros datos preocupantes, como el crecimiento de pacientes atendidos por consumo de cocaína rosa o tusi (mezcla de MDMA y ketamina), destacan los 24 casos confirmados de intoxicaciones con golosinas de cannabis, una cifra que se ha duplicado en dos años.
Se trata de un fenómeno relativamente nuevo que se basa en buena parte en la venta a través de internet. Los comestibles con cannabis pueden contener THC (tetrahidrocannabinol, que es el principal componente activo del cannabis), o bien cannabinoides sintéticos o semisintéticos. Entre estos últimos se encuentra el hexahidrocannabinol (HHC), que se ha vuelto muy popular como alternativa al THC.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) difundió el año pasado varias alertas por la presencia de HHC en gominolas procedentes de distintos países, como Malta o República Checa. “El consumo de alimentos con HHC en su composición implica un riesgo grave para la salud”, advirtió.

Qué son los cannabinoides sintéticos y semisintéticos

Los cannabinoides sintéticos son una clase de sustancias fabricadas en el laboratorio que son químicamente similares a las sustancias químicas que se encuentran en la planta del cannabis (Cannabis sativa), aunque suelen producir efectos muy diferentes.
Los cannabinoides semisintéticos se denominan así porque se supone que se fabrican a partir de cannabinoides naturales. Sin embargo, algunas de sus propiedades estructurales indican que no todas las drogas de este grupo se derivan del cannabidiol (CBD) o del THC.
El mayor peligro de estas drogas es que algunos de los cannabinoides que se han desarrollado en el laboratorio son mucho más potentes que el THC.

Por qué se han popularizado las gominolas de THC

El centro de desintoxicación CITA (Centro de Investigación y Tratamiento de Adicciones) explica en su web los motivos por los que muchos consumidores de sustancias de abuso se decantan por las gominolas de THC y otros cannabinoides en vez de los tradicionales porros:
Menos riesgo respiratorio. Fumar cannabis implica inhalar sustancias tóxicas que pueden causar inflamación pulmonar y bronquitis. En cambio, el consumo de gominolas evita estos problemas, reduciendo los riesgos asociados al sistema respiratorio.
 
Mayor discreción. Las gominolas de THC no generan olores perceptibles, lo que permite consumirlas sin llamar la atención. Esto las hace más cómodas para quienes buscan discreción en su consumo.
 
Accesibilidad. A pesar de ser ilegales en muchos países, estas golosinas se comercializan a través de internet y redes sociales y son enviadas de manera discreta mediante servicios de mensajería.
 
Mayor duración del efecto. Los efectos de los comestibles de THC pueden durar hasta 12 horas, en comparación con las 4 horas promedio del consumo fumado. Esto hace que muchos prefieran las galletas o gominolas para prolongar la sensación de euforia.

Peligros de las gominolas con cannabinoides

Los riesgos más destacados de estas golosinas son los bastante relevantes, según exponen los expertos de CITA: 
Deterioro cognitivo y depresión. El consumo frecuente de altas dosis de THC puede afectar la memoria y la concentración. Diversos estudios vinculan su uso prolongado con depresión, ansiedad e ideación suicida.
 
Síntomas psicóticos. Las dosis elevadas de THC pueden exacerbar problemas de salud mental como paranoia, ansiedad y alucinaciones. En casos graves, su consumo prolongado puede inducir episodios de psicosis.
 
Riesgo de ingesta accidental. Las gominolas de THC pueden confundirse fácilmente con caramelos comunes, lo que representa un peligro para los niños. De hecho, se han dado casos de consumo accidental en población pediátrica.
 
Inicio tardío de los efectos y riesgo de sobredosis. A diferencia del cannabis fumado, cuyos efectos son casi inmediatos, los comestibles pueden tardar entre 30 minutos y 2 horas en hacer efecto. Esto puede llevar a una sobredosis involuntaria si el consumidor ingiere más de la dosis recomendada antes de sentir los efectos iniciales.
 

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