8 octubre, 2024

Cuáles son los síntomas de un desprendimiento de retina, como el sufrido por Feijóo


El desprendimiento de retina es una enfermedad ocular grave que en muchos casos se produce sin previo aviso, si bien habitualmente presenta unos síntomas que es importante reconocer para acudir al oftalmólogo. Al ser un proceso indoloro, un diagnóstico precoz es fundamental para tratarlo con éxito. Te explicamos cuáles son las señales de alerta.

¿Qué ocurre en el desprendimiento de retina?

El desprendimiento de retina consiste en una separación espontánea de la retina neurosensorial (capas internas) y el epitelio pigmentario (capa externa) que provoca, como consecuencia, que la primera se quede sin riego y se produzca la pérdida de visión.
Podemos imaginar el ojo como un globo compuesto por tres capas, en el que la retina sería la capa interna. Las otras dos son la intermedia o coroides y la externa o esclera.
La retina neurosensorial es una estructura nerviosa, delgada y transparente formada por una serie de fibras y células fotosensibles, según explican desde el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, en Oviedo, centro dónde se recupera de la intervención por desprendimiento de retina a la que fue sometido ayer el presidente del Partido Popular Alberto Núñez Feijóo. 
La retina neurosensorial recubre la capa interna del ojo de la misma manera que el papel de una habitación recubre las paredes y su función es parecida a la realizada por una película fotográfica. La luz pasa a través de la córnea y del cristalino y se focaliza sobre la retina, estimulando las células responsables de capturar la imagen y transmitirla al cerebro a través del nervio óptico, indican desde dicho centro.
Bajo la retina neurosensorial y separado de la misma por un espacio virtual, se encuentra el epitelio pigmentario, responsable de la nutrición de la retina y de la eliminación de las sustancias de desecho.

¿Quién puede sufrir un desprendimiento de retina?

La frecuencia de esta patología en la población es difícil de precisar, pero se calcula que afecta a una de cada 10.000 personas por año, señalan desde el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega. Si asumimos una expectativa de vida de aproximadamente 74 años, la prevalencia resulta de 0,7%. 
Hay grupos de riesgo que deben tomarse en cuenta, puesto que en ellos se agrupan la mayoría de los casos: altos miopes, por encima de las siete dioptrías, aquellos que presentan zonas débiles en la retina o degeneraciones periféricas, pacientes con cirugías oculares previas y los traumatismos oculares.
El desprendimiento de retina puede ocurrir a cualquier edad, pero es más frecuente que se presente entre los 40 y los 80 años, siendo levemente más habitual en hombres que en mujeres, 60% versus 40%. El antecedente de esta patología en un ojo es también importante, puesto que la incidencia de compromiso posterior del otro ojo es de aproximadamente un 15%. Existe también una predisposición hereditaria, sobre todo por la presencia de zonas débiles en la retina. Por ello, aunque la mayoría de los casos son esporádicos, el antecedente familiar es un importante factor de riesgo.
Casi todos los desprendimientos son causados por desgarros en la retina, es el desprendimiento de retina regmatógeno (que proviene del griego rhegma, que significa fisura o ruptura).

¿Cómo se producen estos desgarros?

En el interior del ojo se encuentra el humor vítreo, firmemente adherido a la retina en algunos puntos concretos. Cuando éste degenera por la edad se produce una pérdida de su volumen y, finalmente su separación de la pared ocular y la retina, es el desprendimiento del vítreo posterior. Esta pérdida de volumen implica condensaciones en su interior que el paciente puede notar como moscas volantes, manchas o hilitos (el nombre técnico de estas alteraciones es miodesopsias) y la tracción en la zona de adherencias, que casi siempre es la periférica, constituyendo una posibilidad de desgarro de la retina. Cuando la tracción del vítreo sobre la retina es patente, el paciente puede ver como destellos o relámpagos (fotopsias).
Si se produce un desgarro, el fluido que compone el vítreo penetra bajo la retina, facilitando su separación y el posterior desprendimiento. La zona desprendida no puede funcionar correctamente y producirá visión borrosa o una zona de ceguera.
Sin embargo, debemos recordar que el desprendimiento de vítreo es un proceso vital que sucede en todos los individuos en algún momento de su vida y, en la gran mayoría de los casos, no genera ninguna rotura retiniana, aunque se aprecian las miodesopsias o moscas volantes. Esto quiere decir que la visión de puntos negros, sombras o hilitos en general no tiene que asustar. Habitualmente se perciben más acusadas sobre fondos claro o en días de mucha luminosidad. Además, es frecuente percibir las fotopsias en habitaciones oscuras o con los ojos cerrados. Solamente cuando acontece en las mismas un cambio brusco, el paciente debe acudir a su oftalmólogo para una revisión del fondo del ojo.

Síntomas de alerta del desprendimiento de retina

Los síntomas de alerta de un desprendimiento de retina son los siguientes: 
Aparición brusca de moscas volantes en el campo visual o la aparición de luces centelleantes. 
Percepción de una ondulación o velo en su visión. 
Apariencia de una sombra en las zonas laterales del campo visual que progresa hacia la zona central. 
El desarrollo de un desprendimiento ocasionará una borrosidad en la visión central y creará una pérdida significativa de visión si no se trata de forma rápida y eficaz, indican desde el Instituto Fernández-Vega.
En raras ocasiones puede suceder de forma repentina y el paciente puede experimentar una pérdida total de la visión de un ojo. Un efecto similar también puede ser causado por una hemorragia en el vítreo, asociada a veces a un desgarro o a un desprendimiento de retina.
El desprendimiento de retina no duele porque en la retina no hay terminaciones nerviosas para el dolor. Por esta razón, en escasas ocasiones, puede ser asintomático y no percibirlo hasta tiempo después.
Si el desprendimiento de retina es reciente, no hay una importante pérdida de visión central, solo del campo visual. Es cuando avanza hacia la parte posterior del ojo (el centro de la retina) cuando se produce la máxima limitación visual.

¿Cómo prevenir un desprendimiento de retina?

Es importante que las personas de riesgo se sometan a revisiones periódicas al menos una vez al año. Debemos también proteger todas aquellas lesiones o desgarros que puedan desembocar en un desprendimiento de retina. La fotocoagulación consiste en dar una serie de impactos con láser en todas las lesiones susceptibles de derivar en esta patología, ya que el láser sellará la retina en aquellas zonas en donde se encuentra debilitada creando una fuerte adherencia entre las capas retinianas. Es un proceso indoloro y se realiza ambulatoriamente a través de la pupila.

Tratamiento del desprendimiento de retina

Las opciones actualmente disponibles para el tratamiento del desprendimiento de retina son diferentes y puede ser necesario combinar varias de ellas:
Fotocoagulación con láser. Los desgarros producidos en la retina se aíslan cauterizando con un láser la zona afectada, lo que se realiza a través de la pupila de forma ambulatoria.
Crioterapia. También se realiza a través de la pupila y se utiliza el frío para cauterizar la rotura de la retina.
Retinopexia neumática. Consiste en aplicar una sección de retina desprendida mediante la inclusión de una burbuja de gas en el interior del ojo. Después suele aplicarse láser o frío. El gas hace presión y recoloca la retina desprendida. Este gas se reabsorberá por sí solo.
Cirugía escleral. La reparación de la rotura de la retina se realiza aplicando una presión externa sobre el globo ocular, mediante la colocación de una banda de silicona (explante) en torno a la esclera, que es la capa de tejido más externa del ojo. De esta manera aproximamos la pared del globo ocular a la retina desprendida. Esta técnica suele combinarse con un drenaje trasescleral, por punción, del líquido subrretiniano. Asimismo, precisa asociación de láser o frío para sellar los desgarros que originaron el desprendimiento de retina.
Vitrectomía. Consiste en vaciar el vítreo del interior del globo ocular liberando fracciones internas y dando elasticidad a la retina desprendida. Después se drena el fluido que ha desprendido la retina y se sustituye el vítreo por gas aceite silicona que mantendrán la retina en contacto con la pared del globo ocular. Esta técnica también requiere la aplicación de láser o frío sobre los desgarros. Puede combinarse con una cirugía escleral.

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