5 julio, 2024

Cuándo un hormigueo puede ser síntoma preocupante y debemos acudir al médico


Una parestesia se define como una sensación anormal en la piel, como un hormigueo o adormecimiento, con pinchazos e incluso un ardor o entumecimiento que se pueden experimentar en distintas partes del cuerpo, siendo más comunes en manos, brazos, pies y piernas y que generalmente ocurre sin una causa física visible, explica Antoni Plana, médico de familia en el CAPBalafià-Pardinyes-Secà, de Lleida, y coordinador del grupo de trabajo de Neurología de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC).
El hormigueo está causado por una irritación en la comunicación nerviosa, debido a una saturación que dificulta o impide la discriminación adecuada de sensaciones. Algunas de las situaciones más frecuentes que pueden causar hormigueo sin mayores consecuencias son dormir en una mala postura o permanecer sentados con las piernas cruzadas durante un largo período de tiempo. “Al desenredarlas, podemos sentir un hormigueo y una sensación de adormecimiento en el pie. Esa sensación o molestia sería una forma de parestesia desencadenada por la compresión de uno de los nervios que nos da sensibilidad cutánea, lo que provoca un atrapamiento nervioso que hace que al despertar tengamos un tacto incorrecto”, indica Plana.
Algunos de los factores que ayudan a distinguir cuando el hormigueo es un fenómeno sin importancia de situaciones en las que puede estar relacionado con una patología grave son la duración y la frecuencia con la que aparece, así como la intensidad con la que se manifiesta, señala Plana. “No es lo mismo una molestia pasajera que una sensación que se repite a lo largo del tiempo y que empieza a limitar nuestra calidad de vida habitual”, matiza.
Otro de los elementos que puede resultar determinante para decidirse a consultar al médico es que no sólo se trate solo de una sensación cutánea, sino que además se acompañe de una pérdida de fuerza. “A modo de ejemplo para un mayor entendimiento podríamos describir que nuestros nervios son como una especie de cable eléctrico en el que si se encuentra afectado externamente (compresión) se produce una pérdida temporal de sensibilidad cutánea pero cuando está dañado el interior, el cobre que conduce la electricidad que consumimos es la función motora la deficitaria, y esto se traduce en que cuando queremos coger un objeto se puede caer fácilmente al suelo”, según explica gráficamente Plana. 

Patologías que pueden causar hormigueo

Algunas de las patologías que pueden causar hormigueo son:

Neuropatías

Neuropatía diabética: Que es un daño a los nervios a causa de la diabetes.
 
Neuropatía periférica: Daño a los nervios periféricos por diversas causas, como deficiencias vitamínicas, infecciones o exposición a toxinas.

Enfermedades del Sistema Nervioso Central

Esclerosis múltiple: Enfermedad autoinmune que afecta al sistema nervioso central.
 
Accidente vascular cerebral (ictus): Puede causar pérdida de sensación o movimientos anormales.

Compresión Nerviosa

Síndrome del túnel carpiano: Compresión del nervio mediano en la muñeca.
 
Hernia discal: Compresión de raíces nerviosas en la columna vertebral.

Enfermedades Autoinmunes

Lupus eritematoso sistémico.
 
Síndrome de Guillain-Barré.

Trastornos metabólicos

Hipotiroidismo: Función tiroidea baja puede causar entumecimiento y hormigueo.

Deficiencias nutricionales

Deficiencia de vitamina B12: Puede provocar daño a los nervios.

Otras condiciones

Infecciones: Como la enfermedad de Lyme, VIH/sida.
 
Exposición a toxinas: Alcoholismo, exposición a metales pesados.
 
Causadas por algunos medicamentos: Algunos quimioterápicos o medicamentos para el sida.

Factores a tener en cuenta para consultar

En algunas situaciones es muy importante consultar a un médico de familia cuando se presentan parestesias para descartar que podamos encontrarnos ante una patología que puede resultar grave. Los factores a tener en cuenta, según explica Plana, y que pueden requerir visitar un centro de salud son:

Duración y persistencia

Si las parestesias persisten durante un período prolongado sin una causa evidente.
 
Si las sensaciones son constantes y no desaparecen.

Gravedad e intensidad

Si las sensaciones son muy intensas o dolorosas.

Afectación funcional

Si las parestesias interfieren con las actividades diarias o la capacidad de mover las extremidades afectadas.

Síntomas asociados

Si se presentan otros síntomas como debilidad muscular, parálisis, pérdida de control del intestino o vejiga, confusión, problemas de visión o problemas de habla.

Historia clínica

Si existen antecedentes familiares de enfermedades neurológicas.
 
Si existen condiciones médicas preexistentes, como diabetes, que podrían aumentar el riesgo de neuropatía.

Localización y patrón

Si las parestesias son unilaterales (afectan sólo a un lado del cuerpo) o siguen un patrón específico que podría indicar compresión nerviosa.

Presencia de determinados factores de riesgo

Si existe exposición reciente a toxinas, infecciones o medicamentos que pueden causar daño nervioso.
En función de estos factores de alarma puede ser necesaria una evaluación más exhaustiva del caso, incluso con derivación a un especialista hospitalario, sea de neurología o traumatología, para un diagnóstico y tratamiento más específicos y concretos. 

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