Una de cada tres personas en nuestro país fallecen por una enfermedad cardiovascular. A ello contribuye nuestro estilo de vida, que, según los expertos, influye en gran medida en el riesgo cardiovascular. Sin embargo, si logramos mantener controlados los factores de riesgo, las posibilidades de desarrollar una enfermedad relacionada con el corazón disminuyen considerablemente.
Para prevenir las muertes prematuras por enfermedad cardiovascular son fundamentales pequeños cambios en nuestro estilo de vida, según explica Manuel Anguita, del servicio de cardiología del Hospital Reina Sofía, de Córdoba, y portavoz y expresidente de la Sociedad Española de Cardiología.
Un aspecto básico es el ejercicio físico. Según un estudio de la Universidad de Iowa, en Estados Unidos, es necesario realizar un mínimo de entre 3.000 y 4.000 pasos al día para conseguir una reducción de un 7% del riesgo de mortalidad cardiovascular, lo que equivale a caminar entre 30 y 45 minutos diarios, explica Anguita.
Y por cada 1.000 pasos más que se caminen se obtiene una reducción añadida de otro 7%, según resalta el especialista, de modo que “realizar 5.000 pasos es mejor que 1.000 y 10.000 mejor que 5.000 y así hasta 20.000 pasos pero sabemos que con 3.000 ya se obtiene un beneficio importante”.
Qué comer para tener una buena salud cardiovascular
Otro capítulo fundamental para mejorar nuestra salud cardiovascular y ganar al mismo tiempo calidad de vida es la alimentación. “Es importante evitar el sobrepeso y la obesidad y llevar una dieta sana, basada en los principios de la dieta mediterránea”, resume este cardiólogo.
La alimentación debe estar basada en el consumo de:
Frutas, verduras y legumbres diariamente.
Pescado, tres o cuatro veces por semana.
Aceite de oliva.
Frutos secos: unos 20-30 gramos diarios.
Lácteos de forma diaria, sin abusar.
Carne: uno o dos días a la semana, preferiblemente carne blanca.
“Y es importante evitar los alimentos ultraprocesados y reducir el consumo de sal y azúcares libres”, añade Manuel Anguita.
Otro pilar fundamental es evitar el consumo de tóxicos, como el tabaco, que acelera la ateroesclerosis, conocida como la enfermedad de las arterias, un proceso de degeneración que ocurre con el paso del tiempo pero que se acelera y adelanta por factores como el tabaco.
También es importante vigilar la salud emocional y evitar el estrés, tanto laboral como acústico, dado que se ha visto que la contaminación y el ruido también aumentan el riesgo de infarto y de enfermedad cardiovascular. Además, se ha constatado la relación entre el insomnio y la privación de sueño y el riesgo de infarto, de modo que dormir bien entre 7 y 8 horas es otro factor que ayuda a mantener un corazón sano.