14 septiembre, 2024

Cuántos kilos pierden Alonso y Sainz en carrera y cómo afecta el calor a los pilotos de F1


Los pilotos de Fórmula 1 son uno de los deportistas más preparados a nivel físico y mental y no sólo porque tienen que conducir durante horas a grandes velocidades sino también para afrontar con éxito circunstancias complejas como las altas temperaturas que hay dentro de los monoplazas.Y es que, aunque no se puede generalizar, “los pilotos de Fórmula 1 cuando compiten en ambientes calurosos y húmedos están expuestos a mucho calor y eso se complica más debido a la ropa de protección ignífuga que utilizan como traje, casco, guantes, botas, etc.”, informa a CuídatePlus Miguel del Valle Soto, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte y catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo. Es más, el calor extremo en el interior de los vehículos de F1 con temperaturas “que llegan a los 50°C puede hacer que los pilotos tengan que abandonar por el calor y la deshidratación como ocurrió en el GP de Qatar en 2023. De hecho, desde entonces los coches incluyen mejores sistemas de refrigeración”, señala el experto.
¿Qué repercusiones tiene esto? Para empezar, esto puede repercutir en el peso y en la pérdida de líquido. Como explica a CuídatePlus José Francisco Tornero-Aguilera, profesor titular de la Universidad Europea de Madrid, “un piloto de Fórmula 1 puede perder entre 2 a 3 litros de agua durante una carrera debido a la combinación de esfuerzo físico extremo, altas temperaturas dentro del habitáculo y el uso de ropa ignífuga que no permite una adecuada ventilación”. Esto ocurre porque “el principal mecanismo que tenemos para bajar la temperatura corporal es la sudoración que tiene el inconveniente de que provoca una pérdida de agua y electrolitos, especialmente sodio y cloruro, con cantidades más pequeñas de potasio y cantidades aún más pequeñas de calcio, magnesio, hierro y otros minerales. Pero eso puede conducir a que el deportista sufra una deshidratación”, señala Del Valle.
“Durante una competición, un piloto puede perder alrededor de 2 a 3 Kg de peso (» 2% del peso corporal), pudiendo llegar hasta 5 Kg (» 3-4% del peso corporal) en algunos casos (debido a la deshidratación y el esfuerzo físico intenso). Esas pérdidas de 2-3 kg suponen una deshidratación de 2-3 (hasta 5) litros de líquido junto con la pérdida de electrolitos (fundamentalmente sodio)”, señala Del Valle.
La cantidad exacta de pérdida de agua “puede variar considerablemente dependiendo de factores como la temperatura ambiente, la duración de la carrera y las condiciones climáticas específicas del lugar”, explica Torrero-Aguilera. 
Por ejemplo, “en carreras realizadas en climas muy cálidos y húmedos, como en Malasia, la pérdida de líquidos puede ser aún mayor debido a la intensidad del calor y la humedad que dificultan la evaporación del sudor”. 
Además, las carreras en altitudes elevadas, como en algunas ubicaciones de América del Sur, “también pueden alterar la hidratación normal debido a la menor presión atmosférica, lo que afecta la respiración y aumenta la demanda de oxígeno y líquidos”. Estos factores hacen que la gestión de la hidratación sea un desafío crítico y esencial para el rendimiento y la seguridad del piloto.

Consecuencias para los pilotos 

Si no se hace una reposición de líquidos y electrolitos adecuada antes y durante la carrera, “se puede producir una deshidratación e hiponatremia que, si es lo suficientemente grave, puede afectar mucho al rendimiento físico y mental de los pilotos y también a su salud”, advierte Del Valle. 
Los síntomas de una deshidratación marcada son “una reducción progresiva del volumen latido (cantidad de sangre que bombea el corazón cada vez que late), del flujo sanguíneo muscular y cerebral (secundario a hipotensión), una reducción de la disponibilidad de oxígeno, muscular y cerebral y un progresivo aumento de la temperatura corporal central y cerebral”, detalla el experto en Medicina Deportiva.
En deshidrataciones leves, aparecen “calambres y, según se van agravando, se puede presentar agotamiento por calor (incapacidad para seguir en la competición), síncope por calor, desmayos y si esta situación prosigue puede desencadenarse un golpe de calor por esfuerzo que puede ser letal”. A estos signos Tornero añade “fatiga, disminución de la concentración y una reducción en el rendimiento físico ya que puede afectar a la capacidad del piloto para manejar reacciones rápidas y tomar decisiones críticas durante la carrera”.
En casos severos, añade el profesor de la Universidad Europea, “la deshidratación puede provocar golpe de calor, mareos y confusión mental, situaciones que, sin duda, ponen en riesgo tanto la salud del piloto como su capacidad para conducir de manera segura”. Esto se produce porque “disminuye la obtención de energía aeróbica por el músculo, limita la eliminación de ácido láctico y disminuye la fuerza”, explica Del Valle.
Para que nos hagamos una idea, “una pérdida del 3% del peso corporal, además de afectar al rendimiento provoca calambres, mareos, aumenta el riesgo de sufrir lipotimias e incremento de la temperatura corporal hasta 38 °C”. Si la pérdida es mayor, de entre un 4 y un 6% del peso corporal, esto “puede provocar disminución de la fuerza muscular, contracturas, cefaleas y un aumento de la temperatura corporal hasta los 39 grados”, señala Del Valle. Como si estuviéramos conduciendo con fiebre. Pérdidas superiores producen agotamiento, parestesias, golpe de calor y fallo orgánico.

¿Cómo sabemos que nos estamos deshidratando? 

La deshidratación, indica Del Valle, se caracteriza por presentar:
Sed
 
Sequedad de boca
 
Malestar general
 
Irritabilidad
 
Cefalea
 
Calambres
 
Debilidad
 
Descenso del rendimiento
 
En casos más graves mareo, escalofríos y náuseas
La reposición de fluidos y electrolitos antes, durante y después de la carrera es fundamental para prevenir estos riesgos y asegurar el mantenimiento del rendimiento óptimo y la seguridad del piloto.

Cómo se hidratan los pilotos

Las necesidades son las mismas que para cualquier otro deporte cuando se compite en ambientes calurosos. La máxima es que “el líquido perdido a través del sudor durante el ejercicio debe ser reemplazado”, informa Del Valle.
Antes de las carreras hay que conseguir que el piloto se encuentre bien hidratado, para lo que debe ingerir suficientes bebidas con las comidas, especialmente 24 horas antes de la competición. Antes de la carrera, especialmente en ambientes calurosos y húmedos “se recomienda beber 5-7 ml/kg de peso (en torno a medio litro) de agua con sales minerales en las 4 horas anteriores”.
Teniendo en cuenta que, por término medio, “una carrera suele durar 90 minutos (a los que habría que sumar toda la fase previa) la hidratación durante la carrera es también imprescindible para mantener el balance hidroelectrolítico y el volumen plasmático adecuados”. A partir de los 20-30 minutos del inicio de la prueba, “empieza a ser necesario compensar la pérdida de líquidos, y después de una hora esto se hace imprescindible. Se recomienda beber unos 8 ml de una bebida de reposición por kg de peso y hora de ejercicio (200 ml cada 15-20 minutos)”, detalla Del Valle.
Después de la carrera hay que restablecer la función cardiovascular, muscular y metabólica, reponiendo las pérdidas de líquidos que se hayan producido; por tanto, la rehidratación está influenciada por la cantidad de líquido que se ha perdido.
Si la disminución de peso durante el esfuerzo ha sido superior al 2%, “conviene tomar bebidas de reposición y se recomienda ingerir como mínimo un 150% de la pérdida de peso en las primeras 6 horas tras el ejercicio para recuperar el equilibrio hídrico”.
Para recuperar el líquido y los elementos perdidos después del esfuerzo se recomienda utilizar bebidas de reposición con niveles altos de energía (300-350 kcal/L) que, además contenga sodio (900-1150mg/L) y algo de potasio (2-6 mmol/L).
Después de la carrera, indica Tornero “se recomienda que los pilotos consuman 1.5 veces el peso del líquido perdido durante la carrera en las siguientes horas. Esto significa que si un piloto pierde 2 kg durante la carrera, debe ingerir al menos 3 litros de líquidos en las horas posteriores. Las bebidas deportivas que contienen electrolitos y carbohidratos son ideales para esta fase de rehidratación”.
Como destaca este experto, “todo depende de las características del piloto por lo que es muy importante saber cuánto líquido pierde cada piloto para determinar cuánto hay que reponer”. 

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