11 diciembre, 2024

Del espacio a la Tierra


Debido a su imprevisibilidad y a los efectos adversos que pueden tener los eventos más extremos, la humanidad siempre ha tenido un ojo puesto en la meteorología. Gracias a los avances tecnológicos, especialmente en el campo de la teledetección, la predicción, detección y respuesta ante diferentes situaciones climatológicas ha mejorado de forma notoria, permitiendo reducir su impacto y cómo afrontar el momento. La mayor disponibilidad de datos satelitales, sumado a mejoras en el procesamiento de datos, y el uso de índices de vegetación tienen gran parte del mérito de contar con un sistema cada vez más robusto y fiable, incluso ante la incertidumbre que provoca el cambio climático.

Ventajas de los datos satelitales en la predicción meteorológica

El aspecto más importante relacionado con la meteorología es su constante evolución. Nuestros dispositivos, como ordenadores o teléfonos inteligentes, tienden a mostrar de forma simple y efectiva mediante iconos y números un proceso de cálculo que es realmente complejo. De hecho, uno de los problemas más comunes antes del uso general de los satélites era la enorme discrepancia en la precisión de las previsiones entre los hemisferios norte y sur, puesto que este último no tenía un número suficiente de observaciones.La asimilación de los datos satelitales no solo ha contribuido a cerrar esa brecha entre hemisferios, también ha incrementado la precisión general. Aunque el uso de herramientas de medición ya se usaba en el pasado, las actuales incorporadas en los satélites proporcionan una calidad de datos mayor, más constante y solventando problemas relacionados con la ubicación de dichas herramientas.Los satélites meteorológicos actuales cuentan con instrumentos como sensores de temperatura y humedad, cámaras para captar imágenes satelitales de alta resolución, radiómetros, difusómetros, altímetros y otras herramientas de medición de las condiciones atmosféricas, como la velocidad del viento y las precipitaciones. Aunque muchos de los satélites están diseñados para ser multifuncionales, algunos de ellos pueden estar diseñados para un fin específico, como los satélites de la misión de Mediciones de Precipitación Global (GPM, Global Precipitation Measurement) de la NASA. Otro punto a favor de los satélites, en combinación con otras tecnologías, es su capacidad para transmitir y procesar los datos recogidos. Donde antes había que recopilar diferentes tipos de datos, transferirlos a un lugar especializado que fuese capaz de procesarlos adecuadamente y aplicar las herramientas requeridas, ahora basta con descargar imágenes satelitales de alta resolución y empezar a usar alguna de las múltiples herramientas de software disponibles para obtener información relevante y útil.

Tipos de satélites usados en la predicción meteorológica

Más allá de las capacidades de cada satélite, los utilizados en la predicción meteorológica se dividen en 2 grupos, en función de las órbitas que realizan alrededor de la Tierra: satélites geoestacionarios y satélites polares.Los satélites geoestacionarios o GOES (Geostationary Orbiting Environmental Satellites) son satélites que orbitan a una altura cercana a los 36.000 kilómetros de altura sobre el ecuador terrestre y se desplazan con la misma velocidad orbital que la Tierra, haciendo que parezcan inmóviles sobre el mismo punto del planeta. A su favor, los satélites geoestacionarios son capaces de proporcionar imágenes de forma continua las 24 horas del día; sin embargo, debido a la enorme distancia respecto al planeta, es más difícil para ellos el tomar imágenes de alta resolución y el retardo en la propagación es mayor. Estos satélites son útiles durante emergencias meteorológicas en tiempo real y para ayudar en la creación de modelos meteorológicos basados en la ubicación.Por otro lado, los satélites polares o POES (Polar Orbiting Environmental Satellites) realizan una órbita casi heliosincrónica de polo a polo a una menor altura que los geoestacionarios. Estos satélites recogen datos de los lugares por debajo de su trayectoria, consiguiendo datos de todo el planeta dos veces en un periodo de 24 horas. En algunos casos, las órbitas de estos satélites están configuradas para permanecer bajo la luz solar en todo momento. Entre sus ventajas están sus imágenes más nítidas, pero no son tan útiles para observar el tiempo y los datos dependen del paso del satélite por el área en cuestión.

Catástrofes naturales y datos satelitales

El uso de datos satelitales en las catástrofes naturales juega un doble papel: primero, prevención; segundo, gestión posterior de la catástrofe. En lo relativo a la prevención, los datos satelitales forman parte del desarrollo de los sistemas de alerta temprana, por ejemplo, para monitorizar la formación y trayectoria de los huracanes o la dirección de una tormenta con fuertes precipitaciones. Asimismo, la detección de cambios en el terreno o la monitorización de las zonas costeras son de gran ayuda para mantenerse alerta ante posibles amenazas y actuar de acuerdo a la situación.La mayoría de catástrofes no se pueden evitar, aunque como hemos visto si se puede minimizar su impacto. La gestión posterior de la catástrofe puede marcar la diferencia respecto al número de muertos y heridos, así como en cuánto tiempo volverá a estar habitable una zona. Uno de los problemas principales tras una catástrofe está en la inaccesibilidad, por lo que los satélites son una herramienta clave para detectar accesos al área afectada para los equipos de emergencia. En esta misma línea, una rápida evaluación de daños con datos satelitales permite a las autoridades tener un conocimiento exhaustivo de los daños en tiempo real para que puedan solicitar ayuda y recursos de forma acorde.La meteorología, especialmente los fenómenos meteorológicos extremos, no pueden ser totalmente detenida o evitada, pero al predecirla con antelación es posible aislar a la población de las zonas vulnerables y planificar la gestión posterior de la catástrofe. Con la descarga y análisis de las imágenes satelitales de alta resolución, reducir los daños y mejorar la respuesta ante estos fenómenos meteorológicos es posible.

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