Dormir es un proceso vital para el organismo, más de lo que en ocasiones podemos pensar. Su importancia va mucho más allá de permitirnos estar descansados durante el día y es que a lo largo del sueño se desarrollan funciones esenciales, como limpieza cerebral, consolidación de recuerdos, eliminación de información irrelevante o recuperación de tejidos, entre otras muchas, por lo que necesitamos dormir regularmente un mínimo de horas para poder funcionar con normalidad.
El sueño es reparador para todo el organismo, en general, y para el corazón, en particular, hasta el punto de que se ha visto dormir menos horas de las aconsejadas no solo causa cansancio y afecta al funcionamiento óptimo general del organismo sino que impacta sobre la salud del corazón.
Es uno de los hallazgos de una investigación publicada en la revista Circulation y que concluye que las personas que padecen insomnio tienen mayor riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio. El trabajo, llevado a cabo por miembros de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología en Trondheim, analizó los datos de 52.610 hombres y mujeres de ese país.
Los resultados del estudio mostraron que aquellas personas que tuvieron problemas para conciliar el sueño casi a diario tenían un 45% más de riesgo de padecer un infarto; quienes tuvieron problemas para permanecer dormidos casi todas las noches, un 30%; y aquellos que se despertaban con la sensación de no haber descansado más de una vez a la semana, un 27% más de riesgo.
Qué ocurre durante el sueño
“Durante el sueño el organismo se repara del estrés acumulado durante el día. Es una fase en la que se producen cambios hormonales, de modo que se activa el tono parasimpático, es decir, todo aquello que predispone al organismo para el descaso, y se desactiva el sistema nervioso simpático, que responde a los estímulos del estrés con la liberación de catecolaminas, es decir, de todo aquello que prepara al organismo para el trabajo y la alerta”, explica Manuel Anguita, cardiólogo del Hospital Reina Sofía, de Córdoba, portavoz y ex presidente de la Sociedad Española de Cardiología.
Qué sucede cuando se produce privación de descanso
El tiempo recomendado de sueño se sitúa de modo general entre 7 y 8 horas. Y si se produce una privación de sueño los mecanismos de reparación son menos eficientes, así como la recuperación energética de las células, con menor tiempo de descanso para la descarga de las hormonas estimulantes, “y esto hace que el corazón sufra y no se recupere adecuadamente”, explica el doctor Anguita.
Así, las personas que además de llevar unos hábitos de vida saludables (realizar actividad física de forma regular, mantener una dieta equilibrada, moderar el consumo de alcohol y no fumar), duermen un mínimo de siete horas al día, reducen hasta en un 65% el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y hasta un 83% el riesgo de morir por enfermedad cardiovascular en comparación con aquellas personas que no siguen ningún hábito de vida saludable, según datos destacados por la Fundación Española del Corazón.
Un estudio publicado en European Journal of Preventive Cardiology, tras analizar los hábitos de vida de 6.672 hombres y 7.967 mujeres, así lo refleja. Tras 12 años de seguimiento, se produjeron 607 eventos cardiovasculares (129 muertes por enfermedad cardiovascular, 367 infartos de miocardio no mortales y 111 ictus) y se observó que las personas que mantenían una alimentación equilibrada, realizaban ejercicio físico, moderaban el consumo de alcohol y no fumaban reducían el riesgo cardiovascular en un 57% y el riesgo a morir por enfermedades del corazón en un 67%. Lo novedoso del estudio fue que estos porcentajes se incrementaban en un 14% y en un 22% respectivamente cuando los sujetos, además, dormían un mínimo de siete horas diarias.
El estudio también reveló que, por el contrario, dormir poco se asocia a una mayor incidencia de sobrepeso, obesidad, hipertensión, colesterol y triglicéridos.
¿Se puede recuperar beneficio el fin de semana?
Es posible recuperar beneficio el fin de seY otra investigación lo que ha encontrado es que es posible recuperar el fin de semana parte de los beneficios perdidos por un sueño insuficiente el resto de la semana. Así se ha visto en un estudio presentado en el marco del congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, según el cual quienes prolongan el descanso el fin de semana pueden ver reducido en una quinta parte su riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.
El estudio se ha realizado con datos de 90.903 sujetos participantes en el proyecto Biobanco del Reino Unido. El coautor del trabajo Zechen Liu, del Hospital Fuwai y del Centro Nacional de Enfermedades Cardiovasculares de Pekín, en China, concluye que sus resultados demuestran que, para la proporción significativa de la población de la sociedad moderna que sufre privación de sueño, los que tienen el sueño más compensatorio los fines de semana presentan tasas de cardiopatías significativamente menores que los que tienen menos.
No solo cantidad sino calidad de sueño
Anguita añade además que no solo es importante la cantidad de sueño sino también la calidad del mismo y que si ésta no es adecuada, aunque se alcance ese mínimo de siete horas, también aumenta el riesgo cardiovascular, en particular de arritmias y de un peor control de la presión arterial.
Es lo que sucede en el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), que conlleva pausas ventilatorias con una duración importante, con lo que se genera una menor oxigenación durante la noche y retención de anhídrido carbónico, y no solo con cansancio al día siguiente, sino que a largo plazo también se asocia a más enfermedad cardiovascular, por aumento de la hipertensión arterial, arritmias e incluso insuficiencia cardiaca”.
Todos estos datos llevan a Manuel Anguita a destacar la necesidad de remarcar la importancia del sueño, junto con la alimentación, el ejercicio físico y evitar hábitos tóxicos, como pilares básicos para preservar la salud del corazón.