¿Hasta qué punto es bueno decir siempre que sí y decir que no? Vivimos en una sociedad demasiado servicial y en la que nos cuesta decir que no a cosas. Esto, según los expertos en psicología, a un plazo muy corto, las consecuencias de esto son muy positivas ya que nos sentimos muy bien ayudando al otro y haciendo lo que consideramos que es nuestra obligación. Sin embargo, apuntan, “en cuanto salimos de este plazo aparece el malestar que se transforma en baja autoestima, sentimiento de soledad y de vacío, debido a que priorizamos los deseos y necesidades de los demás, dejando los nuestros aparcados”. Por esto es tan importante decir no cuando no queremos hacer algo.
Mario Alonso Puig, médico y divulgador, lo tiene claro: “No sabemos decir que no y es necesario”. Y esto, a la larga, es un problema que nos impide ser felices y estar menos estresados. En opinión del experto, “no podemos decir que sí a todo y no puede ser todo una prioridad y no es un tema de tiempo sino de prioridades”. Y es que, está claro que si decimos a algo que sí, a otras cosas deberemos decir no, el problema es que “tenemos pavor al no” y hay que ser conscientes de esto ya que si no lo somos y no aprenderemos a decir que no “será peor para nosotros”, declara.
En EE.UU. informa Alonso Puig, “se han hecho estudios y se ha visto que la mayor parte de las personas dedican todo el tiempo a lo importante y a lo urgente, lógicamente, pero también a lo que no es importante para ellos pero sí urgente y esto”, afirma “acarrea un alto nivel de tensión en la persona”.
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Cómo decir que no de una forma fácil
Alonso Puig es consciente de que decir que no no es fácil y que “no es fácil gestionarlo”, pero también cree que el primer paso para lograrlo es “reconciliarnos con nosotros mismos y con nuestra fragilidad y vulnerabilidad”. Y es que, insiste, “no podemos ser personas perfectas todo el tiempo, eso genera angustia y tensión”.
Si eres de los que les cuesta decir que no sin sentirte culpable (Ie ocurre al 90% de la población), existe un truco o una técnica que puede ayudarte a lograrlo. Se trata de la técnica del sandwich. Aunque es bueno y sano decir que no cuando no queremos hacer algo y priorizarnos a nosotros por encima del resto, la realidad es que no siempre es tan fácil como pensamos. Según indica Ana Belén Medialdea, psicóloga, “una de las claves para cuidar nuestra salud mental y evitar que el estrés nos invada es pensar en nosotros, aunque sea un ratito al día”. Su primer consejo para lograrlo es “buscar cinco minutos para sentarnos en el sofá y dejar de hacer cosas productivas durante ese tiempo”. Al principio, asegura, “es difícil pero luego nos damos cuenta de que es algo necesario en nuestro día a día”. Tanto o más como aprender a decir que no.
Por otro lado, aprender a decir que no nos ayuda a estar mejor con nosotros mismos porque nos damos prioridad pero “muchas veces nos cuesta hacerlo y dar el paso”. Para lograrlo Medialdea tiene un truco muy sencillo que es utilizar la “técnica del sándwich”.
Esta técnica es tan sencilla como decir que no pero de una forma elegante a alguien que te importa, “de forma que la persona que recibe el no no se siente rechazada”. Esta técnica es como un sándwich, es decir, que tiene dos panes y el relleno. “La idea es empezar la frase con un mensaje positivo, en medio dar la negativa y terminar con otro mensaje positivo”. Así, a modo de ejemplo, “si alguien te invita a merendar puedes comenzar diciendo que agradeces el ofrecimiento pero que hoy no puedes y continuar diciendo que en otra ocasión te encantaría volver a retomar la cita”.
Esta es una forma sutil de decir que no ya que hace que la persona que recibe el no, no se sienta rechazada. Además, asegura la psicóloga, “hace que nosotros nos sintamos bien también”. La idea es “empezar y terminar en positivo”.