15 enero, 2025

El efecto de tomar kéfir todos los días: “Ayuda a absorber mejor el calcio”


Hace unos años, los yogures kéfir llegaron para quedarse. Sinónimo de salud, con su “boom” raro fue el frigorífico que no acogió este alimento. Aunque ahora se ha normalizado más su uso, aún se habla de las bondades de su consumo. Como producto lácteo que es, está más que recomendado por los expertos. Eso sí, teniendo en cuenta que todo es sano en su justa medida. 
El kéfir es una bebida consumida principalmente en la zona del Cáucaso que se obtiene tras la fermentación de un hongo, de apariencia similar a la de la coliflor, con leche, agua o té. El de leche es el tipo más conocido y el que más se toma. En este caso, el hongo del kéfir se nutre de la leche fresca (puede ser procedente de la cabra o de la vaca), provocando su fermentación.
Beatriz Robles, dietista y nutricionista, explica en su canal de Youtube que se diferencia de otras leches fermentadas (como el yogur) en el tipo de microorganismo que se encarga de su fermentación. Además, entre las levaduras que contiene, algunas son las mismas que se emplean para la fermentación que da lugar a la cerveza. “Finalmente, conseguimos una fermentación láctico alcohólica y un líquido agrio y espeso con menos acidez que el yogur y con una pequeñísima cantidad de alcohol, más o menos un 0,1%”, explica.
Desde el punto de vista nutricional, destaca por su contenido en proteínas de alto valor biológico y por su aporte de calcio con una alta biodisponibilidad, es decir, “que lo absorbemos muy bien”, aclara Robles. Por otra parte, subraya que como los microorganismos de los gránulos del kéfir utilizan la lactosa en sus fermentaciones, “el contenido de este azúcar es pequeño y puede ser apto para personas intolerantes a la lactosa, pero siempre dependiendo de su sensibilidad individual”. 
Al igual que los productos lácteos fermentados, el kéfir constituye un vehículo importante de probióticos (microorganismos que ejercen efectos beneficiosos sobre la salud), que favorecen una microbiota intestinal más saludable y la digestión de los lácteos. 
Desde la Fundación Española de la Nutrición (FEN), se recuerda que en el marco de una dieta variada y equilibrada, se recomienda un consumo de dos a cuatro raciones diarias de leche y derivados lácteos, dependiendo de la edad y situación fisiológica. En este sentido, es conveniente que los niños tomen tres raciones al día; en adolescentes, cuatro; y en adultos, de dos a tres. Para mujeres embarazadas y personas de edad avanzada, la cantidad recomendada por los expertos es de tres a cuatro raciones diarias.
Sin embargo, siempre viene bien tomar ciertas precauciones. El consumo de kéfir debe hacerse con moderación, pues una ingesta excesiva puede ser responsable de problemas gastrointestinales y provocar diarrea, hinchazón abdominal o vómitos. Tampoco es aconsejable comerlo si se observan cambios de olor, sabor o textura. 

(Foto: Alamy/Cordonpress)

Otros beneficios del kéfir

Los beneficios más conocidos que se le atribuyen a este producto son: 
Regenera parcialmente la flora intestinal por lo que facilita la digestión y elimina los problemas de estreñimiento.
 
Potencia la regeneración de la mucosa del estómago. Puede contribuir al tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal.
 
Reduce los síntomas de los eccemas.
 
Tiene propiedades antifúngicas y antibióticas.
 
Ejerce como protector ante la entrada de microorganismos patógenos en el organismo.
 
Descompone mejor la lactosa reduciendo la aparición de intolerancias alimentarias y trastornos intestinales.
 
Refuerza el sistema inmune ante posibles infecciones.
 
Ayuda en el tratamiento de la anemia leve.
 
Parece colaborar en la reducción del colesterol y en la regulación de la presión arterial.
 
Si el kéfir es suave, puede actuar como laxante.

Bibliografía

Fuente

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