Fumar impacta de forma muy negativa en el rendimiento deportivo, según constatan diversos estudios y experimentan en sus propias carnes muchos deportistas. Es una poderosa razón para abandonar los cigarrillos que se añade a los múltiples riesgos que representa el tabaco: diversos tipos de cáncer (y no solo de pulmón), enfermedades cardiovasculares, patologías digestivas, reumáticas, mentales…
Los efectos de fumar sobre la salud se aprecian a corto, medio y largo plazo. Sin embargo, muchas de las campañas no llegan a calar en las personas jóvenes porque piensan que queda muy lejos el momento en el que empiecen a experimentar alguna enfermedad derivada del tabaquismo y tienen tiempo de sobra para dejar el hábito. Esto no es así en lo que se refiere al ejercicio físico y el rendimiento deportivo.
Compuestos del tabaco perjudiciales para el rendimiento
Dos de los compuestos del tabaco resultan especialmente perjudiciales de cara al rendimiento deportivo, según informan los expertos de la Clínica Universidad de Navarra.
Monóxido de Carbono (CO)
El monóxido de carbono se une a la hemoglobina de la sangre formando carboxihemoglobina (COHb), lo que disminuye la capacidad de la sangre de transportar oxígeno a los músculos y demás tejidos del organismo. Este hecho hace que el músculo se fatigue antes y también se recupere más tarde. Después de dejar de fumar se puede tardar más de un día en eliminar la COHb de la sangre.
Nicotina
La nicotina, además de ser una de las drogas más adictivas que existen, provoca la liberación de sustancias estimulantes con unos efectos cardiovasculares y neurovegetativos que a la hora de hacer ejercicio se plasman aumentando la frecuencia cardiaca y la presión arterial. “El resultado es que, para las mismas cargas de trabajo que cuando no se ha fumado previamente, el corazón trabaja más durante el ejercicio”, informan desde el citado centro sanitario.
Problemas respiratorios y cardiovasculares que afectan al rendimiento
Fumar provoca problemas respiratorios y cardiovasculares que inciden en el rendimiento deportivo y pueden agravarse con el paso de los tiempos si no se abandona el tabaco. Pero también produce otros tipos de alteraciones.
Síntomas respiratorios
Puede generar disnea (dificultad para respirar), sibilancias o tos, empeorando la respiración durante la práctica de ejercicio.
Síntomas cardiovasculares
Reduce el rendimiento porque aumenta el ritmo cardiaco y empeora la circulación sanguínea, lo que tiene indudables consecuencias negativas en los resultados de la práctica deportiva.
Otros problemas
Fumar prolonga el tiempo de recuperación de las lesiones al afectar a la producción de colágeno del organismo, por lo que, tras una lesión, los tendones y ligamentos necesitarán más tiempo para curarse.
Actividad física para dejar de fumar
El tabaco es uno de los peores enemigos de la práctica deportiva, pero esta constituye uno de los mejores aliados para dejar de fumar. La actividad física ayuda a eliminar la ansiedad que generan las ganas no satisfechas de encender un cigarrillo.
Según informa la Universidad de Sevilla, las endorfinas que produce el cerebro cuando practicamos ejercicio generan “una estimulación similar a la nicotina”. Además, el deporte ayuda a “aumentar la presencia de oxígeno frente a la del dióxido de carbono gracias a que favorece la vasodilatación y, además, nos ayuda a incrementar la tasa metabólica”. La nicotina aumenta la frecuencia cardíaca lo que hace que el metabolismo funcione más rápido y haya un mayor gasto calórico, pero al dejar de fumar “este aumento se ve alterado, disminuye y lo podemos incrementar con la actividad física”.
Además, hay que tener en cuenta que quienes dejan de fumar suelen aumentar, generalmente, algunos kilos de peso. Una manera contrarrestar este efecto es realizar actividad física para quemar las calorías de más que se están ingiriendo.