Más de cinco millones de personas en España no realizan un acto básico para la higiene bucal: lavarse los dientes a diario. Eso supone un 14 por ciento de la población.
Una mala salud bucodental no solo se relaciona con la aparición de caries o de enfermedad periodontal (de las encías), y de otras enfermedades graves, sino que también se asocia con un agravamiento de la diabetes cuando ya se padece o un mayor riesgo de infarto. Además, en el caso de mujeres embarazadas una mala salud bucodental puede provocar una serie de complicaciones.
Según explica Óscar Castro, presidente del Consejo de Dentistas y de la Fundación Dental Española (FDE), hay que fomentar hábitos de vida saludable desde la infancia que incluyan una dieta saludable, sin dulces, y una higiene del cuerpo y de la boca. “España es uno de los países de Europa donde hay más problemas de caries y de encías”.
Para paliarlo, se trata de crear una cultura de la salud donde estos hábitos, que hay que inculcar desde la familia, ayudarán a “evitar patologías asociadas. Si tenemos un foco de infección en la boca esto provoca que no haya un crecimiento adecuado del niño, afecta al corazón, al cerebro y a todo el organismo. Por lo tanto es una cuestión cultural y una necesidad de educación”, apunta Castro.
Hábitos a tener en cuenta
Para tener una buena salud, Castro apunta que hay que llevar una vida sana en la que se haga ejercicio, se siga una dieta equilibrada y unas pautas de higiéne. “Así es más difícil que aparezca cualquier tipo de patología, sistémicas y bucodentales. Es verdad que a veces las patologías de la boca son insidiosas y debutan con inflamación y dolor agudo. Por eso la importancia de acudir una vez al año al dentista porque no es lo mismo detectar una caries incipiente que una con afectación pulpar (nervio)”.
Para concienciar a la población sobre la importancia de mantener una adecuada higiene bucodental, el Consejo General de Dentistas y la FDE han organizado, con la colaboración de Oral B, un taller educativo para explicar cómo usar correctamente los cepillos manuales y eléctricos, y otros elementos indispensables para la salud bucodental.
¿Cómo hay que lavarse los dientes?
Para tener una buena salud bucodental hay que hacer una buena higiéne dental. ¿Cómo se hace esto? Carolina Escudero, presidenta del Colegio de Dentistas de Melilla y patrona de la FDE, explica que el objetivo es eliminar la placa bacteriana o biofilm. “Es la principal causa de las enfermedades de la boca. Por eso hay que eliminarla”. Para ello podemos utilizar varias herramientas y siempre en este orden.
Cepillado con cepillo eléctrico o manual
Dicen Escudero y Castro que el cepillo eléctrico es mucho más eficaz a la hora de limpiar los dientes y mantener limpias y sanas las encías. “El eléctrico tiene una tecnología oscilante rotacional que permite hacer una mayor limpieza de los dientes a la vez que tiene un sensor de presión que no daña las encías”.
Según explica Escudero, eliminan más placa bacteriana que el cepillo manual, por lo que reduce entre un 20% y un 60% el riesgo de padecer gingivitis.
Para hacer un buen cepillado hay que dividir la boca en cuatro cuadrantes y dedicar a cada parte unos 30 segundos. Se debe colocar el cepillo en un ángulo de 45 grados hacia las encías y guiar al cepillo por todas las superficies. “El cepillo eléctrico permite acceder mejor a zonas difíciles, como la parte posterior de la boca. Y no hay que olvidar la parte interior de los dientes”.
En el caso del cepillo manual, dice Escudero que hay que utilizar un cabezal normal -sólo elegirlo blando si nos lo recomienda nuestro dentista- y de cabezal pequeño para llegar a todas las zonas de la boca.
En ambos casos los cabezales deben sustituirse cada tres meses. En el supuesto de que estemos enfermos también conviene cambiarlo para evitar que permanezcan patógenos en las cerdas.
Pasta fluorada
Cuando elijamos la pasta para lavarnos los dientes hay que asegurarse de que contiene flúor, que ayuda a remineralizar el esmalte y a combatir la placa. Las recomendaciones de cantidad de flúor varían en función de la edad:
1.000 partes por millón hasta los seis años.
1.450 partes por millón (ppm) a partir de los 7 años en adultos.
En determinados casos el dentista podrá prescribir concentraciones mayores de flúor, incluso hasta 5.000 ppm.
En cuanto a la cantidad de pasta a utilizar, Escudero aconseja el equivalente a:
Un granito de arroz de 0 a 3 años.
Un guisante a partir de los 3 años.
Un garbanzo a partir de los 6 años.
Cepillo interdental o interproximal
Para completar la limpieza bucal, Escudero recomienda los cepillos interproximales que alcanzan allí donde un cepillo normal no puede llegar. “Si no limpiamos los espacios entre los dientes, que acumulan hasta el 35% de las bacterias, aumenta el riesgo de caries al aumentar la placa dental”.
Por eso, y siempre que haya espacio entre los dientes, Escudero aconseja utilizar estos cepillos, en el cepillado nocturno y especialmente en personas con coronas, puentes o implantes, ya que ayuda a prevenir la acumulación de placa.
Seda dental
Si no tenemos el espacio suficiente entre los dientes para un cepillo interdental, la seda es nuestra herramienta para eliminar la placa y los restos de alimentos que se acumulan entre los dientes y debajo de la línea de las encías. Debemos usarla por la noche.
Para utilizarla adecuadamente, se corta un trozo de aproximadamente 45 cm, se enrollan los extremos en los dedos medios de ambas manos, y los pulgares e índices guían la seda entre los dientes, con cuidado de no lastimar las encías.
Colutorios
Estos líquidos ayudan a complementar la limpieza dental. Su indicación dependerá de las necesidades de cada paciente, y los hay antisépticos, con flúor o para combatir la halitosis.
Irrigadores bucales
Ayudan también a complementar la higiene bucal. Utilizan un chorro de agua a presión regulable para limpiar entre los dientes y debajo de la línea de las encías. Es ideal para personas con ortodoncia, implantes o puentes, ya que facilita la limpieza en áreas complicadas.
Limpiador o raspador lingual
Según Escudero, tras el cepillado algunas de las bacterias de la boca se depositan en la lengua. Por eso el raspador lingual puede ayudar a terminar la limpieza eliminando la placa bacteriana y los restos de alimentos de la superficie de la lengua. Con una presión suave, se arrastra el limpiador hacia la punta de la lengua. Es aconsejable utilizarlo una vez al día, preferiblemente, después del último cepillado nocturno.