El descanso es clave para una buena salud en general sin embargo no todo el mundo duerme bien por las noches y cada vez son más los que tienen problemas para conciliar el sueño. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN) se estima que entre un 20 y un 48% de la población adulta sufre en algún momento dificultad para iniciar o mantener el sueño y que en al menos un 10% de los casos es debido a algún trastorno de sueño crónico y grave, una cifra que incluso podría ser mayor por el alto número de pacientes que no están diagnosticados. Y es que, aunque muchos trastornos del sueño son tratables o prevenibles, menos de un tercio de los pacientes buscan ayuda profesional.
“El sueño es un proceso fisiológico de vital importancia para la salud integral de los seres humanos, para la supervivencia del individuo y para el correcto funcionamiento del sistema nervioso. Si no conseguimos dormir bien se reduce la calidad de vida, aumenta el riesgo de hipertensión y, por tanto, de sufrir un accidente cerebrovascular, y se pueden agravar otras enfermedades que parezcamos”.
Pero además “nuestras funciones cognitivas se ven afectadas: baja la concentración y la capacidad de atención, el tiempo de reacción aumenta, se pueden producir fallos de memoria, cambios bruscos de humor y alteraciones en el proceso de toma de decisiones, problemas de aprendizaje, etc. Por lo tanto, tener una buena calidad de sueño es fundamental”, señalan los expertos de la Sociedad Española de Neurología.
Rutinas que ayudan a dormir
Aunque no hay una fórmula secreta para conciliar el sueño, si es posible seguir una serie de recomendaciones para lograrlo. En este sentido, Mario Alonso Puig, médico y divulgador, recomienda seguir una serie de estrategias:
El primer consejo es no irse a la cama a la hora que queremos dormirnos. Si queremos dormirnos a las 23, no podemos irnos a la cama a las 23, deberemos hacerlo a las 22 o 22.30 como pronto.
Dejar el móvil, las tablets, el ordenador al menos dos horas antes de irnos a dormir.
Comer mucho antes de irnos a la cama ya que el aparato digestivo debe estar en reposo.
No hacer ejercicio de alta intensidad antes de dormir.
Practicar sesiones de body scan. Esto hace que nuestra musculatura se relaje poco a poco y que nuestra mente se concentre en esto en lugar de en los pensamientos.
Una ducha caliente antes de dormir.
Que la habituación no esté caliente ya que dormir con algo de frío en la habitación ayudará a que descansemos mejor.
Sin embargo, hay ocasiones en las que, incluso haciendo esto, es imposible conciliar el sueño porque no dejamos de dar vueltas a la cabeza. En este caso Alonso Puig tiene un truco. “Si tenemos preocupaciones, el mejor consejo es escribir lo que nos preocupa en un papel muy pequeño”. ¿Por qué? Como explica el experto, “cuando haces esto, el cerebro entiende que si tu problema cabe en un papel tan pequeño no es un problema tan grande e, indirectamente, trabajará para que no te preocupe tanto y puedas dormir mejor”.