30 octubre, 2024

Enfermedad inflamatoria intestinal: ¿qué debes saber?


La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) engloba diferentes patologías crónicas que comparten algunos rasgos: presentan inflamación intestinal crónica y están provocadas por factores inmunológicos, genéticos y ambientales. En concreto, la EII agrupa dos afecciones: la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Sobre la primera, se caracteriza por afectar de manera difusa, y prácticamente en exclusiva, a la mucosa del colon. El síntoma más habitual es la presencia de sangre en las heces. 
Acerca de la enfermedad de Crohn, se trata de un proceso inflamatorio en el tracto intestinal, aunque puede producirse en cualquier parte del tracto digestivo, desde la boca hasta el ano e, incluso, a otros órganos. Sus signos digestivos más frecuentes son el dolor abdominal, la diarrea, el cansancio y la pérdida de peso. 
Según la Confederación de Asociaciones de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa de España (ACCU), se calcula que alrededor del 0,7% de la población tiene EII en nuestro país, lo que equivale a unas 360.000 personas. Esta incidencia aumenta en 10.000 nuevos casos al año. En cuanto a las causas, se desconoce con exactitud el origen de estas enfermedades. Se cree que podría ser algún agente causal de tipo vírico, dietético o ambiental el que genera cambios en el intestino de algunos pacientes y que, debido a condiciones genéticas e inmunitarias, acaba desarrollándose la patología. 

Persona con más de 60 años, el nuevo perfil del paciente con EII

Es cierto que la EII afecta sobre todo a personas jóvenes de entre los 15 y 40 años de edad y se puede dar de igual forma en hombres y mujeres. Sin embargo, en los últimos años su incidencia está creciendo en otro perfil de población: entre el 15-20% de los nuevos casos tiene más de 60 años, por lo que se confirma que estas patologías no entienden de edad. Dependiendo de la misma, las características de la EII son distintas, si además el paciente cuenta con otras comorbilidades asociadas (como hipertensión, diabetes, cardiopatías, algún tipo de cáncer, etc.).
Pacientes muy jóvenes: pasan de un fenotipo inflamatorio en la enfermedad de Crohn a uno penetrante y estenosante y, por tanto, más agresivo. En este perfil influye más la genética para la aparición y desarrollo de la patología que los factores ambientales.
 
Pacientes de mayor edad: no suelen tener un perfil tan agresivo, ya que el factor genético es menos preponderante, a diferencia de los factores ambientales (tabaco, estrés, malos hábitos dietéticos y alteración de la microbiota) que sí predominan en este grupo etario. 
Desde la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), aseguran que como en otras enfermedades, la prevención y la adopción de hábitos de vida saludables (a través de una correcta alimentación, evitando el tabaco y el alcohol o realizando deporte) son claves para el control de la enfermedad inflamatoria intestinal. 

Cómo se trata la enfermedad inflamatoria intestinal 

Por lo general, los pacientes con mayor edad y con comorbilidades tienen una tasa de respuesta inferior a determinados fármacos biológicos que los de menor edad, además de presentar más efectos adversos (como las infecciones, por ejemplo). 
“Por ello, a este grupo de pacientes hay que tenerlos muy bien identificados y conocer qué grupos de fármacos son los más adecuados para tratar la enfermedad y controlar que no provoque efectos adversos, especialmente si presentan otras patologías asociadas”, asegura Federico Argüelles Arias, responsable del Comité de Relaciones Institucionales de la SEPD en una nota de prensa de la sociedad. En este sentido, el experto explica la importancia de los nuevos fármacos biológicos para el tratamiento de esta enfermedad en pacientes mayores y, además, con comorbilidad.
“Actualmente, para la EII disponemos de medicamentos más seguros que nos permiten adaptar el tratamiento al perfil del paciente”, explica Argüelles, quien añade que la adherencia a los tratamientos para este tipo de enfermedades suele ser mejor cuanta más edad. “El paciente recién diagnosticado con la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) con mayor edad es más consciente de las patologías asociadas con las que ya cuenta y la importancia de seguir las pautas del gastroenterólogo para conseguir un correcto seguimiento y control de la patología”, declara.  

El papel de la microbiota

La microbiota es un conjunto de microorganismos que cumple un papel esencial en nuestra salud mediante dos funciones: la metabólica, que es la encargada de procesar y digerir los alimentos, los medicamentos y fomentar la diversidad de bacterias en el intestino; y la relacionada con el sistema inmunitario. En este sentido, el 99% de los anticuerpos de la sangre depende del contacto que ha tenido el tubo digestivo con la microbiota.
Tal es su importancia en el organismo, que su cuidado y correcto mantenimiento está estrechamente relacionado con la aparición de la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa. Por esta razón, desde la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), ponen de relieve el papel que juega el especialista en aparato digestivo para mejorar la microbiota de los pacientes a través de la alimentación. 
“La mayoría de los alimentos que debemos ingerir deben ser de origen vegetal y no procesados porque, aunque por lo general este tipo de alimentos son más difíciles de digerir, se ha demostrado que tienen una relación directa con la diversidad de la microbiota intestinal”, explica Francisco Guarner, experto de la FEAD, quien recomienda seguir una dieta fundamentalmente mediterránea. 

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