“La sociedad de la nieve” recrea, por tercera vez, la conocida como Tragedia de Los Andes.
El 38° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata dejó atrás su primer fin de semana con una programación que da cuenta de un eclecticismo que el público está dispuesto a apoyar, tendiendo en cuenta que casi todas las funciones estuvieron llenas, desde la superproducción “La sociedad de la nieve”, de Juan Antonio Bayona hasta la cita inevitable para el público cinéfílo de “Cerrar los ojos”, del maestro Víctor Erice.Como todo certamen grande, el de Mar del Plata ofrece la posibilidad de trazar diferentes rutas, con varias opciones en su grilla, pero para el público habitual de festivales hay películas que por el tema que abordan, por su elenco, por el director o directora, e incluso, por su nivel de producción, no se pueden obviar.Tres de estos ítem se cumplen con holgura en “La sociedad de la nieve”, de la sección Autoras y Autores, en primer lugar por el interés que aún mantiene la historia del equipo de rugby uruguayo cuyo avión se estrelló en la Cordillera de Los Andes en 1972 cuando viajaban por un partido a Chile, una odisea que se extendió durante 72 días hasta que fueron rescatados 16 sobrevivientes de los 45 pasajeros que viajaban originalmente. José Antonio Bayona, la gran figura de este año en el festival marplatense. / Foto: Diego Izquierdo
El filme también cuenta con una gran producción del gigante de streaming Netflix -se estrena comercialmente el 14 de diciembre y el 4 de enero de del año que viene en la plataforma-, y claro, además tiene como director al español Bayona, que en su corta carrera estuvo a cargo de títulos como “Jurassic World: El reino caído”, “Un monstruo viene a verme” y “Lo imposible”.El director catalán, que es la figura central de esta edición del Festival de Mar del Plata, ayer estuvo en la presentación de la película en el Teatro Auditórium, colmado de espectadores que lo vivaron en varias oportunidades.”Este reconocimiento me llena de orgullo, yo siempre he hecho cine porque ha sido la rama del arte que me entendió mejor”, dijo desde el escenario cuando recibió Premio Astor a la Trayectoria, “me ha servido para defenderme, relacionarme y hoy me trajo a la Argentina y al Festival de Mar del Plata”, completó el realizador, que hoy al mediodía fue el protagonista de una de las “Charlas con Maestros”, en el Teatro Colón.Basada en el libro homónimo del periodista uruguayo Pablo Vierci, la nueva película sobre la tragedia, luego de “¡Viven!” (1993), de Frank Marshall y antes con “Supervivientes de los Andes” (1976), de René Cardona, “La sociedad…” pueda ser tomada como el relato que clausura el abordaje del cine sobre el accidente y las decisiones que tuvieron que tomar los jóvenes deportistas para sobrevivir.
Trailer “La sociedad de la nieve”
VER VIDEO El relato rescata la odisea que atravesó el equipo de rugby uruguayo Old Christians Club, que viajó a Santiago de Chile para jugar un partido amistoso, pero en el medio de la tormenta en el cruce de Los Andes, el avión cayó el 13 de octubre de 1972.La esperanza del rápido rescate, la incertidumbre sobre su destino mientras los días pasaban y no llegaba la ayuda, los heridos que lentamente iban falleciendo por falta de atención, son abordados por Bayona con destreza, en un relato que por supuesto, pone el dilema central de alimentarse de los cadáveres de sus compañeros, amigos y familiares o morir de hambre.Con el marco del cine catástrofe -la cámara tomando alternativamente la violencia del choque desde afuera y el desmembramiento de cuerpos adentro es apabullante-, también el cine de aventuras, con algunos personajes que se destacan y buscan soluciones, son géneros de acción pero en este caso, no pierden de vista la humanidad de todos y cada uno de los personajes, con sus dudas, grandezas y debilidades frente al gran tabú de comer carne humana, lo que da lugar a diferentes planteos morales y religiosos sobre lo correcto, que deja de ser tal ante la magnitud de la situación.
“Hoy que ya pasó la vida…”
También del apartado Autoras y Autores, se proyectó la esperadísima “Cerrar los ojos”, del avezado y veterano español Víctor Erice, que desde hace 30 años no presenta un nuevo trabajo.El destacado autor que en junio cumplió 83 años, estrenó este relato poco antes en la última edición de Cannes, una proyección a la cual no asistió porque según dijo a través de una carta abierta “lo natural hubiera sido el diálogo y la consulta”, refiriéndose a la inclusión del filme en Cannes Premiere, cuando el director quería que “se me diera la oportunidad de valorar y elegir entre las otras alternativas”.Más allá de la polémica con el festival francés, que sin duda le da a cualquier película una visibilidad única -aunque es cierto que las secciones también juegan un papel destacado dentro de esa notoriedad-, la posibilidad de ver el último opus de Erice en Mar del Plata adquirió un carácter de acontecimiento.El realizador, con una larga carrera pero escasos títulos como “El sol del membrillo” (1992) “El sur” (1983) y “El espíritu de la colmena” (1973), ofrece un monumental filme de despedida, en donde se aplica aquello del “cine más grande que la vida”. “Cerrar los ojos”, un gran trabajo de Víctor Erice y de Mario Pardo, una de sus figuras centrales.
Si de cine se trata y de las pasiones que desata, cerrar los ojos para recordar como una cinta infinita los cientos de películas que conforman la vida cinéfila de cualquier adulto, Erice lleva esa posibilidad a la pantalla, en donde la ambición del autor parece querer abarcarlo todo.La historia escrita por el director junto al guionista Michel Gaztambide, está impulsada por Miguel Garay (Manolo Solo), un director de cine que es convocado por un programa televisivo llamado “Casos sin resolver”, que está interesado en el destino de Julio Arenas, un célebre actor que desapareció y de quien no se tuvieron más noticias en medio del rodaje de una película de Garay -que nunca terminó- hace más de 20 años.De lo que se trata es de la memoria, entonces en la búsqueda de ese actor y amigo perdido, Garay indagará en los recuerdos de la hija de Julio (Ana Torrent, que aún niña fue figura en la ópera prima del director), el proyectorista Max (Mario Pardo), y Lola, una antigua amante (a cargo de la argentina Soledad Villamil).En las causas posibles de la desaparición de Julio y en su investigación Garay se imagina qué pudo haber pasado, entonces se ve al ausente mirando al mar y decidiendo un destino, cualquiera que le haya pasado por la cabeza, entonces deja sus zapatos, alentando alguna interpretación de suicidio.
Trailer “Cerrar los ojos”
VER VIDEO Inabarcable, con memorias a futuro que decantarán en los espectadores con el tiempo, Erice parece decir que todo puede ser contado, también los destinos imaginados por otros sobre su propia obra y en definitiva, sobre su vida, están ahí, cargados en su última película, como Garay, que funciona como su alter ego, alejado del cine, que de alguna manera cumple con una fantasía también hipotética, en la senda de “qué hubiera sido..:”.La multiplicidad de sentidos en esa búsqueda del actor que ya no quiso o no pudo, se van apilando referencias de la cinefilia, solo para mencionar un ejemplo, la hermosa versión que solo con una guitarra y a capela hace Garay de “Mi rifle, mi caballo y yo”, el tema incluido en la mítica “Rio Bravo” de Howard Hawks -solo para recordar que el western es el único género auténtico del cine-, un momento tan bello como nostálgico.Ese pulso también se aprecia cuando el director, a solas con Lola y reconstruyendo la relación que ambos tuvieron con Julio, le pide que cante “La canción y el poema”, de la uruguaya Idea Vilariño, que comienza con la estrofa “Hoy que el tiempo ya pasó, hoy que ya pasó la vida…”, versos cargados de sentido hacia el futuro, cuando ya no sea posible esperar la próxima película de Erice. Bayona: “Este reconocimiento me llena de orgullo, yo siempre he hecho cine porque ha sido la rama del arte que me entendió mejor” / Foto: Diego Izquierdo
Bayona: Los desafíos narrativos de contar a su modo la tragedia de Los Andes
El director catalán Juan Antonio Bayona, una de las presencias más destacadas del 38° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, encabezó hoy una charla en la que detalló los desafíos narrativos que debió atravesar a lo largo de diez años para dar forma a su última criatura, “La sociedad de la nieve”, filme que narra la tragedia sufrida por un equipo de rugby uruguayo en Los Andes en octubre de 1972.”El mayor premio para mí con esta película es que exista, porque es una rareza”, resumió Bayona, durante el encuentro que brindo en el Teatro Colón marplatense, horas después de una proyección a sala llena en el marco del festival.Entre los principales desafíos del filme, el director mencionó la dificultad de definir el ángulo desde el que debía narrar la historia, teniendo en cuenta sus propios objetivos y también la existencia de versiones previas, la más conocida de las cuales fue “Viven”, protagonizada en 1993 por Ethan Hawke.”Fue lo más difícil encontrar el ángulo desde el que contar la historia. El reto era hacerlo desde un lugar que tuviera sentido”, recordó.Bayona contó que varios guiones fueron a parar a la basura, hasta que “de poco a poco, de manera intuitiva, la película se fue desplazando hacia el foco que finalmente tomó”, con la narración a cargo de Numa Turcatti, uno de los rugbiers accidentados y el último en morir en la montaña.”Esta es una historia que se va a contar siempre desde el lugar de los vivos, de los que regresan, pero los que quedaron allí fueron fundamentales, y había muchas razones para que esta película se contara desde el lugar de los otros”, explicó.Acompañado en la charla por las productoras Belén Atienza y Sandra Hermida, y los protagonistas Enzo Vogrincic, Agustín Pardella y Matías Recalt, el director explicó que al igual que en otros trabajos, buscó que “la historia fuera la excusa para contar algo más, trascender la anécdota”.Aseguró que al igual que en “Lo Imposible”, su film de 2012 con Naomi Watts e Ewan McGregor sobre el tsunami que golpeó al sudeste asiático en 2004, “la historia de estas personas fue muy impresionante, y la vivencia es realmente muy notoria, pero sin embargo hay que trascender esa historia para contar algo que sea universal”.”Ahí es donde viene el trabajo de investigar, y ahí yo intento buscar un punto de acercamiento con los personajes, para entender qué hay de mí en esos personajes, o qué cosas tenemos en común que resolver y ahí empiezan las particularidades”, destacó.En ese sentido, contó que a lo largo de los diez años que llevó el trabajo en la película -atravesados por contingencias operativas, meteorológicas y hasta sanitarias como la pandemia-, su obsesión “era el relato”, ya que entendía que en otras recreaciones de este hecho “estaba muy simplificado, y por ahí solo se hablaba de héroes”.Su objetivo desde el primer momento fue que ninguno de los pasajeros del trágico vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya “se llevara el protagonismo absoluto por encima de los otros”.Tras su paso por Mar del Plata, “La sociedad de la nieve”, producida por Netflix, se estrenará comercialmente el 14 de diciembre y el 4 de enero desembarcará en la plataforma de streaming.