Realizar ejercicio físico en pareja permite multiplicar el rendimiento físico del entrenamiento, al que se suma además el beneficio psicológico, con refuerzo añadido de la conexión emocional. Hablamos con tres expertos para conocer en detalle las ventajas de entrenar en pareja y cómo planificar las sesiones para evitar que las excusas y la pereza lastren la motivación.
Mayor control de la técnica y la postura
Entrenar en pareja frente a hacerlo de manera individual aporta todos los beneficios de realizar ejercicio físico con la ventaja añadida de que permite asegurar un mayor control de la técnica y la postura, “dado que la otra persona puede advertirnos de errores de los que nosotros no somos conscientes, con lo que se evitan lesiones”, señala Margarita Alonso, fisioterapeuta, psicóloga y directora de la clínica Emendare Fisioterapia.
Ampliar los límites propios
Además, realizar ejercicio físico con otra persona permite conocer mejor los límites propios y, a la vez, ampliar los niveles de fuerza y flexibilidad con los que se trabaja habitualmente, al tiempo que favorece la realización del trabajo de equilibrio con más precisión, “realizando posturas o técnicas que de manera individual pueden generarnos más miedo o inestabilidad”.
Salir de la zona de confort: fuerza y flexibilidad
Otra ventaja está relacionada con el hecho de que cuando se realiza ejercicio físico con otra persona se propician sesiones más integrales en el sentido de que “es más fácil que salgamos de nuestra zona de confort. Cuando entrenamos de modo individual tendemos a repetir los mismos ejercicios pero cuando lo hacemos en pareja es más fácil complementar ejercicios, por ejemplo, de fuerza y de flexibilidad porque es más probable que a uno se le den mejor o prefiera unos y el otro miembro de la pareja otros”.
Mayor adherencia y menos pereza
Y otro amplio capítulo de ventajas están relacionadas con la esfera psicológica, dado que realizar ejercicio físico de modo habitual con otra persona mejora la adherencia al mismo, “sobre todo, en los momentos iniciales, cuando hay más riesgo de procrastinación, al ofrecer una motivación añadida. De hecho, según algunos estudios que cita Margarita Alonso, cuando se entrena en pareja se liberan más endorfinas.
El entrenamiento suele resultar además más divertido porque “se rompe la monotonía y es más probable que pasen cosas no previstas, anécdotas…”
Conexión emocional
Y con el entrenamiento en pareja también se refuerza la conexión emocional y la comunicación entre los dos miembros de la misma. Sin embargo, cuando de realizar ejercicio físico se trata es conveniente tener en cuenta algunas pautas o trucos para vencer las excusas o la pereza que pueden lastrar la motivación inicial.
Tips o recomendaciones
Noelia Belando, doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, profesora titular e investigadora en la Universidad Europea de Madrid, además de coach y personal trainer, y Ángel Ballester, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, entrenador personal y profesor en el máster de Prevención y Readaptación Deportiva en la Universidad Europea de Madrid, dan algunos recomendaciones:
Elige el momento realista: de los 2 o 3 días que quizá una pareja pueda tener disponible para realizar ejercicio físico escoger el hueco horario más favorable para destinar, al menos, 20 o 25 minutos a la práctica.
Prepara la ropa deportiva y el escenario donde se va a entrenar: esto permite evitar excusas de última de hora de la mente tipo “no es el lugar”, “no tengo suficiente espacio”, “no me apetece”, “solo tengo 15 minutos y no merece la pena”, “con los niños por aquí no puedo”, “tengo que hacer el desayuno”, “hay que preparar ya la cena”…
Adoptar un compromiso mutuo: que funcionará como una motivación extra, de tal modo que pase lo que pase será prioritario el compromiso adquirido con la otra persona y con el entrenamiento, de modo que aunque se esté de viaje, en un camping o ese día toque comida familiar se buscará el tiempo y el espacio para el ejercicio físico.
Estos expertos destacan además la conveniencia de contar con la supervisión y el asesoramiento de un entrenador personal que adecúe la dosis de entrenamiento (intensidad, volumen, densidad, frecuencia semanal) y que seleccione los ejercicios de cuerdo a los objetivos de salud física (condición física), composición corporal y bienestar emocional de la pareja que se planteen.