13 marzo, 2025

Estos son los problemas de encías más frecuentes en la infancia


“Las encías sanas son esenciales para una boca sana”, afirma Nagore Ambrosio, periodoncista, profesora colaboradora de periodoncia en la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA). Son el tejido blando que cubre y protege los dientes y proporcionan un sello hermético alrededor de cada diente. “Desempeñan un papel crucial en la salud bucal, ya que protegen las raíces de los dientes de las bacterias”.
Estructuralmente, las encías de niños y adultos son similares en composición y tipos celulares. Por ello, “los conceptos básicos del cuidado dental entre niños y adultos son los mismos”, indica esta experta, que ha sido una de las encargadas de impartir los talleres del  VIII Programa Educativo en Salud, organizado por CuídatePlus en colaboración con la Fundación Viatris y avalado por la Dirección General de Bilingüismo y Calidad de la Enseñanza, de la Consejería de Educación, Ciencia y Universidades de la Comunidad de Madrid.

La gingivitis no es solo cosa de adultos

Los niños, al igual que los adultos, pueden experimentar diversos problemas de encías que, si no se tratan a tiempo, pueden derivar en problemas dentales más graves. “Si bien los padres suelen centrarse en el cepillado y en la prevención de caries, a veces se pasa por alto la salud de las encías”, lamenta Ambrosio.
La enfermedad de las encías, también conocida como enfermedad periodontal, no es una afección que solo afecta a los adultos, contrariamente a lo que muchas veces se piensa. “También puede desarrollarse en niños, aunque suele presentarse en formas más leves, como la gingivitis”, aclara la experta. En todo caso, “es el problema de tipo periodontal que se observa con más frecuencia en niños y jóvenes”. 
La gingivitis es una inflamación de la encía que provoca enrojecimiento, sangrado (principalmente durante el cepillado), encías sensibles e, incluso, mal aliento. “Una de las principales causas de la gingivitis en los niños es la mala higiene bucal, dando lugar a la acumulación de placa o biofilm dental en los dientes (una película pegajosa de bacterias)”, resalta Ambrosio. En concreto, suele deberse “a una falta de cepillado, inadecuado uso del cepillo (ya sea la técnica o el tiempo), falta de repaso o supervisión por parte de un adulto o un uso inadecuado del hilo dental”. 
Para mantener unas encías sanas, la periodoncista recomienda: 
Aplicar unos buenos hábitos de higiene bucodental que garanticen la salud de los dientes, las encías y toda la cavidad bucal. Para ello, las técnicas de cepillado y uso del hilo dental son obligatorias. Esto ayudará a mantener la zona donde los dientes se unen a las encías libre de placa o biofilm dental. 
 
Llevar una dieta equilibrada. Una buena nutrición ayuda a las encías a combatir las infecciones. “Fomentar una dieta equilibrada rica en frutas y verduras ayuda a mantener la salud bucal en general y reduce el riesgo de problemas de encías”, subraya Ambrosio.
 
Acudir a revisiones periódicas en la consulta dental. 
 
En caso de gingivitis ya establecida, puede ser necesario realizar una limpieza bucal por parte del profesional de salud bucodental (odontólogo, odontopediatra o higienista dental).

Otros problemas de las encías durante la infancia

Algunos niños pueden sufrir operculitis o el desarrollo de un opérculo gingival, un problema asociado frecuentemente a la erupción de los dientes (especialmente los molares). “Se refiere a la inflamación de una pequeña porción de tejido gingival (encía) que recubre parcialmente la corona de un diente (especialmente los molares) que están en erupción”, relata la periodoncista. “Esto ocurre cuando el tejido gingival no se retrae completamente y deja una porción de encía sobre el diente”. 
La mayoría de las veces la operculitis no da lugar a problemas ni sintomatología y su resolución suele ser espontánea cuando el diente en cuestión termina de erupcionar totalmente. Por ello, argumenta, “en muchos casos no es necesario tratamiento y la actitud terapéutica será la de esperar a su resolución espontánea”. 
Sin embargo, “en ocasiones genera un cuadro clínico debido al mordisqueo continuo de esa parte de la encía que recubre el diente por la presión del diente superior”. Suele cursar con: incomodidad, dolor, enrojecimiento de la zona de la encía del diente afectado, molestias en la masticación, dolor a la apertura y cierre de la boca. El profesional de salud bucodental debe de revisar la evolución y, en ocasiones, “se puede proceder a la eliminación bajo anestesia local si fuera necesario”. 
Otra afección que se puede presentar es la gingivoestomatitis herpética, que es una manifestación del virus del herpes simple tipo 1 que cursa con lesiones en la boca. “Se caracteriza por fiebre, irritabilidad, falta de apetito o al beber, seguido de la aparición de lesiones bucales dolorosas tales como inflamación de las encías, erupción de lesiones ulcerativas dolorosas (úlceras) en las encías y la mucosa bucal y, a menudo, lesiones vesiculares (ampollas) en la zona de los labios”. Las úlceras y las ampollas suelen tardar entre 10 y 14 días en desaparecer. 
En lo que se refiere al tratamiento de la gingivoestomatitis herpética, Ambrosio apunta la importancia de “animar a los niños a beber la cantidad normal de líquidos para evitar que se deshidraten”. En caso de grandes molestias y dolor causado por las úlceras o ampollas, “puede considerarse el uso de analgésicos (paracetamol o ibuprofeno)” y en ocasiones especiales “son necesarios otros medicamentos, como antivirales, para aliviar el dolor”. 

Cepillo de dientes e hilo dental en niños

Una limpieza adecuada y frecuente de los dientes y las encías es fundamental para prevenir las dolencias previamente citadas y otros problemas. En este punto, la pregunta que se hacen muchos padres es la siguiente: ¿En qué momento de la infancia se debe iniciar el cepillado de dientes? “Tan pronto como aparezca el primer diente”, responde la experta, quien agrega que la pasta dental debe emplearse desde el principio. 
Es importante adecuar el cepillo a cada etapa de crecimiento. En términos generales, Ambrosio aconseja decantarse por “un cepillo de cerdas suaves, con cerdas de nylon, con múltiples filamentos o penachos y con un cabezal pequeño (adecuado a cada etapa de crecimiento), para que pueda llegar fácilmente a todas las zonas de la boca”.
Los padres deben animar a sus hijos a “cepillarse los dientes con suavidad y con movimientos circulares, prestando especial atención a la línea de las encías, donde la placa o biofilm dental tiende a acumularse”. Esto ayuda a eliminar las partículas de comida que pueden provocar enfermedades de las encías.
La experta también hace las siguientes recomendaciones a los progenitores:
Recuerda que el cepillo debe cogerse con la técnica del lapicero. 
 
Presta atención a que tu hijo no haga un cepillado enérgico, ya que puede dañar las encías. 
 
Es importante que en etapas tempranas el cepillado sea supervisado y repasado por un adulto. 

Otra pregunta que los padres se plantean con frecuencia es el tipo de cepillo más aconsejable en la infancia: ¿eléctrico o manual? En edades muy tempranas, indica Ambrosio, “hay que prestar especial atención a este aspecto, ya que en algunas ocasiones los cepillos eléctricos pesan demasiado para ellos y, por este motivo, el tiempo empleado en el cepillado suele disminuir”. Sin embargo, considera que son “una muy buena alternativa como repaso de la higiene por parte de los padres en edades tempranas”. 
En lo que se refiere al empleo de seda o hilo dental, la periodoncista es consciente de que “a mucha gente no le gusta utilizarlo”, pero señala que es “realmente esencial si quieres que tu hijo tenga una boca sana”. Por eso, insta a los padres a animar a sus hijos a que lo utilicen “al menos una vez al día, preferiblemente antes de acostarse”.
Se debe de comenzar a usar hilo dental “desde una edad temprana, a partir de 4 años aproximadamente, pero sobre todo cuando dos dientes comienzan a tocarse, es decir, cuando haya punto de contacto o unión entre ellos”. 

¿Cuándo utilizar enjuague bucal?

En palabras de Ambrosio, el enjuague bucal “puede ser un complemento valioso para la rutina de higiene en los niños, especialmente si están en una edad en la que pueden enjuagarse eficazmente sin tragar”. Pero hace hincapié en la importancia de tener en cuenta la edad: “Los bebés y los niños pequeños no deben utilizarlo, ya que podrían tragárselo”. Los que sí pueden hacerlo son aquellos niños de más edad que tengan “interiorizado el hábito de escupir bien”. 
En todo caso, no siempre es necesario echar mano de un enjuague, ya que su objetivo es “brindar protección adicional”. Por lo tanto, si un niño se cepilla los dientes dos veces al día y usa hilo dental, “es posible que no sea necesario el enjuague bucal, pero puede usarse como medida adicional, por ejemplo, de protección contra las caries”. Para ello, los productos con flúor pueden resultar especialmente beneficiosos.
En conclusión, resume la experta, “es importante seguir las recomendaciones proporcionadas por el profesional de salud bucodental de confianza, ya que el uso de enjuagues bucales no debe de estandarizarse a todos los niños y debe de utilizarse en aquellos casos en que sea necesario”. Además, hay que asegurarse de que se trate de productos aptos para niños.

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