La distancia entre Madrid y Valencia, unos 350 kilómetros, se puede recorrer dentro de París en bicicleta, en vías seguras y exclusivas, sin coches. Además, el tramo que equivale a la distancia entre Barcelona y París, poco más de 1.000 kilómetros, se puede hacer también a pedales, aunque en este caso compartiendo carriles de cuatro ruedas en algunas zonas. Son solo dos datos que ilustran la transformación en la movilidad urbana de la capital francesa y su apuesta por este medio de transporte.Más ejemplos del cambio. El pasado jueves circularon por la rue de Rivoli, frente al Ayuntamiento, 17.818 bicicletas, frente a solo 3.507 coches. Se sabe gracias a un contador de bicis que hay junto al Consistorio, además de en otro centenar de puntos de la capital y que sirven para medir el cambio.Hace 10 años, cuando se aprobó el primer Plan bici municipal, ir pedaleando a trabajar en un París congestionado y sin carriles aptos era casi un ejercicio temerario. Hoy, con el segundo Plan bici a punto de concluir, son los coches los que tienen dificultades para transitar en vías donde los ciclistas han tomado el poder. En estos dos planes quinquenales para priorizar las dos ruedas se han invertido más de 400 millones de euros. Ya hay más de 1.000 kilómetros de zonas ciclistas (señalizadas, pero no exclusivas) y 350 de ciclopistas, seguras.La rue Rivoli es una de las más representativas de este cambio, por lo céntrica y porque se han quitado carriles para coches para cedérselos a las bicis. Pero ya la mayoría de las vías en la capital son transitables para ambos. En 2007, se creó Velib, la red pública de bicicletas de alquiler, aunque el impulso de la bici llegó en 2015, con la socialista Anne Hidalgo en la Alcaldía, con el primer plan, que preveía una inversión de 150 millones de euros hasta 2020. El objetivo era crear pistas seguras para ciclistas, integrarlas las grandes avenidas y crear zonas para aparcarlas.Entonces, un informe proyectó, teniendo en cuenta los datos del periodo 2009-2019 y las inversiones ya realizadas, que el uso de la bici crecería entre el 19,6% y el 28,5% de cara a 2030. Hoy ya se impone al coche, con un 11% de los trayectos frente al 4,3% de los automóviles. “¿Quién iba a pensar, hace 10 años, que la bicicleta sobrepasaría al coche?”, se felicitaba hace poco, al conocer las cifras, David Belliard, responsable de Transportes del Ayuntamiento.El segundo plan bici (2021-2026), aspira al objetivo ambicioso de que París “sea 100% ciclista”. Casi se dobló la inversión con respecto al anterior, 250 millones de euros. Si en 2021 había 300 kilómetros de carriles bici, en 2026 se habrán sumado 130 kilómetros más, además de las 52 de pistas provisionales que se crearon en la pandemia, las “coronapistas”. En total, casi 500 kilómetros de ciclovías.También se ha desarrollado la Reve (red exprés de bicicleta, en sus siglas en francés), que une grandes avenidas, con carriles en ambos sentidos, como la que conecta las plazas emblemáticas de la Concordia y la de Bastilla, las de la República y Nación o todos los Campos Elíseos.Otro dato que ilustra esta explosión es que en el último año se vendieron 2,2 millones de bicis, frente a los 1,7 millones de coches nuevos. Esa cohabitación, a veces difícil, es la cara B de la ciclorevolución parisina. Beillard reconoce que “la transición en la movilidad “crea tensiones que no existían antes. Aunque hoy el uso del espacio público en París es más complejo, no es más peligroso”.