El deporte es salud, pero también conlleva sus riesgos. Las lesiones en los deportistas son más frecuentes que en la población general. La mayoría, eso sí, leves. Y, entre tanta disciplina deportiva que hay, ¿cuál es la que más peligro tiene practicar?
Sobre esta cuestión ahondó un grupo de investigadores, cuyas conclusiones publicaron en el British Journal of Sports Medicine. En concreto, el estudio realizó un seguimiento de 11.315 atletas que participaron en los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020 y concluyó que el deporte que mayor número de lesiones provocó fue el BMX. Se trata de una disciplina del ciclismo que se realiza con bicicletas cross y que se divide en dos modalidades: carreras y estilo libre, en la que se llevan a cabo acrobacias. La primera de ellas presentó mayor incidencia de lesiones (27%) que la segunda (22%).
El BMX es un deporte extremo que precisa de mucha seguridad. Por eso, quienes lo practican deben utilizar complementos como cascos, rodilleras o coderas. Aun así, los riesgos son innumerables y el ciclista puede sufrir desde lesiones comunes, como cortes o rotura de huesos; hasta cuadros más graves como conmociones cerebrales. En 2018, el holandés Jelle van Gorkom, subcampeón olímpico en los JJOO de Río de Janeiro quedó en coma (del que despertó , afortunadamente, ) tras una caída mientras entrenaba.
Ranking de otros deportes extremos
Foto: Alamy/ Cordonpress
Otros deportes con una elevada prevalencia de lesiones que reflejó la investigación fueron, por orden:
El boxeo.
El skateboarding.
El kárate.
El balonmano.
Sin embargo, existen otras modalidades deportivas, también extremas, no incluidas en las Olimpiadas, como:
El paracaidismo.
El puenting.
El salto base.
“Se consideran como deportes de alto riesgo porque se practican en entornos inhóspitos y tienen un nivel de peligrosidad alto. Aunque algunos ya están organizados, la mayoría se llevan a cabo en condiciones ambientales adversas sin ninguna reglamentación ni control médico, a pesar del elevado riesgo de lesiones graves e incluso la muerte”, detalla Miguel del Valle, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED-FEMEDE).
Según detalla el especialista en un artículo científico, “la mayor parte de estas actividades se practican a alta velocidad, altura o temperaturas extremas, lo que supone un peligro real o percibido y requieren un alto nivel de esfuerzo físico, con una sobrecarga de muchos órganos y sistemas”. Por todo ello, continúa, el nivel de concentración de estos deportistas ha de ser máximo ya que un solo error en algunas actividades, que puede ocurrir en centésimas de segundo, puede ser fatal.
Las lesiones más preocupantes son aquellas de cabeza y cuello, que con frecuencia se traducen en traumatismos craneoencefálicos (TCE) o lesiones medulares. Sobre las conmociones cerebrales, han aumentado de forma significativa en la última década, aunque la incidencia de las lesiones cerebrales traumáticas relacionadas con deportes graves y mortales no se ha incrementado de la misma manera. A pesar de que ninguna disciplina está exenta de riesgos, estos son mayores en aquellas de contacto (como el fútbol, el rugby o el hockey sobre hielo). Se estima que el 19% de este tipo de deportistas tiene una conmoción cerebral en el transcurso de una temporada.
El neurólogo Jesús Porta-Etessam, vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN), tiene claro cuál es el deporte que se situaría en la cúspide de un hipotético ránking de los que provocan más las lesiones cerebrales: “El primero, y con diferencia, es el boxeo”. En esta disciplina se describieron los primeros casos de lo que antes se denominaba demencia pugilística. “Incluso se ha relacionado con el desarrollo de parkinsonismos secundarios a los traumatismos continuos; un claro ejemplo es el de Mohamed Alí”, apostilla el experto.
El siguiente deporte en esa clasificación sería el fútbol americano, que se caracteriza por el contacto directo entre cabezas y produce microcontusiones que, a largo plazo, aumentan el riesgo de padecer deterioro cognitivo. Se trata de la denominada encefalopatía postraumática crónica, plasmada de forma muy certera en la película La verdad duele (título original: Concussion), protagonizada por Will Smith. Los síntomas que acaban presentando algunos jugadores de este deporte son muy similares a los del Alzheimer, y se plasman en problemas cognitivos como la pérdida de memoria. Lo determinante en este caso no es la intensidad de los golpes, sino la repetición de los traumatismos a lo largo del tiempo.
Cómo disminuir el riesgo en deportes extremos
“Hasta estos momentos los servicios médicos no han prestado la atención adecuada a todos estos deportes y existen muy pocas investigaciones científicas bien diseñadas sobre las lesiones relacionadas con ellos. Los especialistas en medicina del deporte tienen muy poca formación sobre los riesgos que conlleva la práctica de deportes extremos y de aventuras, aunque en algunos países existe una formación específica”, señala del Valle.
Por último, el experto informa de que los factores que causan lesiones en los deportes extremos dependen de muchas variables y sólo es posible intervenir sobre las controlables. Así, “introducir dentro de estos deportes una serie de medidas de seguridad evitaría muchas lesiones y accidentes”, insiste.
Entre las muchas que propone, destacan las siguientes:
Reconocimiento médico deportivo obligatorio para todos los que practican deportes extremos evaluando la aptitud de los deportistas para cada deporte específico.
También es importante mejorar la calidad de evaluación de los riesgos de cada deporte y realizar evaluaciones individuales.
Controlar la nutrición y suplementos nutricionales en función de las necesidades energéticas de estos deportistas.
Establecer unas limitaciones de edad para practicar estos deportes.
Vigilar los síntomas de fatiga y sobreentrenamiento ya que aumentan los riesgos de accidentes.