Hay que entrar: es un lenguaje diferente, que implica mucho de nosotros los actores, y que sorprende. Lo que a mi me pone contenta es que nadie se va indiferente a lo que ha visto” dice Carla Peterson. Y Marco Antonio Caponi asiente. Ambos hablan de la obra que junto con Nicolás García Hume, diego Cremonesi, Emilia Claudeville y Juan Isola los tiene de protagonistas: Reverso ¿qué es real y qué no?, que implica la presencia del creador, dramaturgo y director Matías Feldman en la Calle Corrientes. Es decir, implica el real retorno de una pieza diferente, excepcional en su salvajismo y que altera fórmulas para generar un teatro vivo, listo no tanto para sorprender (que lo hace) si no para alterar, para mutar, para no dejar nada como antes. Es el mismo Caponi quien deja en claro las reglas del juego y transmite cierta energía común al elenco a la hora de la pieza que puede verse en el Paseo La Plaza: “Es un espacio diferente. A mi me pone feliz acompañar. Más allá de lo que se ha generado con el grupo: de todas las formas que podría tener esta historia, esta forma confía plenamente en el teatro, en los cuerpos, en todo lo que nosotros podemos dar. Por eso uno lo vive de una forma tan feliz. El encuentro que se generó arriba del escenario cuando decidí volver al escenario a mi me pone extremadamente feliz. Es un equipo genial. Y sumar algo al circuito comercial, que uno tiene orgullo, que se siente nuevo, que al menos para los involucrados lo es, que tiene un elenco grande, de mucha gente, de muchos nombres. Todos buscamos lo mismo en esta obra, o al menos da esa sensación. Nos encontramos, sin dudas. Es una de las partes más lindas del teatro: cuando se confía en lo que vos podes entregar como actor”. —¿Qué descubrieron de la obra que no creía que estaba ahí? MARCO ANTONIO CAPONI: Creo que es una obra que la trabajamos mucho para llegar a un resultado que de alguna manera nos despejará las dudas. Lo que se empieza a descubrir es cuanto tiempo hay dentro del tiempo…Hay algo que es muy dinámico, pero con el pasar de las funciones, uno empieza a sentir que va ralentando un sistema que está armado por un tiempo, por una exactitud. Me sorprende eso, la profundidad que fue adquiriendo la misma pieza durante todo este tiempo, funciona función. Con mis compañeros fue espectacular desde el momento cero. La pieza para nosotros no tiene más sorpresas que la obra en sí.
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CARLA PETERSON: Sí seguimos descubriendo dentro de la obra, además de nuestro grupo, de las ganas de trabajar juntos, más allá de los momentos más difíciles. Que nos tenemos. Saber que nos encontramos acá es hermoso. Seguimos encontrando cosas, o tratando de no perder cosas que se habían descubierto, es una obra que tiene que ver con el tiempo y el espacio. Siempre el tiempo le hace bien al teatro, a las pasadas, y al público. Seguimos encontrando cosas, nuevos significados, cosas que se resignifican. —¿Qué representa para ustedes hacer una obra de teatro en este momento? PETERSON: Llevar una propuesta que generalmente no es la que estamos acostumbrados en esta oferta que existe. No fue tanto una apuesta, pero fue sí acompañar la mirada de Matías Feldman, que hace una propuesta diferente, que aborda de una forma única, algo que podría abordarse de manera…no sé si más simple… pero sí que Feldman es el único que podría abordarlo así. A mi me encantaba Feldman, tenía muchas ganas de trabajar con él, me gustaba su Proyecto Pruebas. Todo sale de la cabeza de Matías y nosotros acompañamos ese juego .Que una obra así se encuentre ahora en la calle Corrientes, en el Paseo La Plaza, que hayamos podido volver, que la gente responda, que se quede emocionada, o enojada, que reciba el golpe, es un montón en este momento, sobre todo considerando todas las preocupaciones que puede generar este momento de la Argentina. Yo leí lo que había hecho Matías y me encantó. Lo que nació como una incógnita, se ha convertido en un espacio de encuentro para nosotros, los actores, para el público. Todo permite un momento diferente, una obra distinta, y es algo que a nosotros nos pone contentos. Es una pieza que demanda mucho, de tiempos, de nuestros cuerpos, es muy física: no usamos nada de efectos para contar esos mundos virtuales, habilitamos el juego. —¿Cómo ven al teatro en Buenos Aires y su presente? CARLA PETERSON: Yo creo que tenemos uno de los mejores teatros del mundo, por eso cuando veo una gran actriz en un teatro argentino, en una obra, siento que estoy viendo, y estoy segura, una de las mejores actrices del mundo. CAPONI: Es que vos ves este lugar…el Paseo La Plaza, y lo cierto es que ves una parte. Pensas en lo independiente, en lo comercial, y lo que te sorprende es que siempre hay público. Un público que sabe. Amamos hacer teatro. Entonces, no importa el contexto, la realidad, o, mejor dicho, sí importan pero siempre habrá teatro. Si hay que juntarse en una casa, hacer una obra, y que vengan diez personas se hace igual. PETERSON: En un bar, con la luz, y listo, se hace. Eso algo que todos vimos. Hay muchos rincones en toda Buenos Aires, y eso ubica a la ciudad, y al país, en un lugar muy alto para el teatro mundial. Nosotros contamos mucho de lo que somos en el teatro, y siento que es algo que nos ha definido siempre, y hoy, incluso en este panorama, uno siente que eso no va a cambiar. Esta obra de Feldman, por ejemplo, es algo que sostenemos entre todos, todos los involucrados, con nuestros cuerpos, tiempo, confianza. Ha sido y es una alegría enorme generar esta obra de Feldman. Pero tener el mejor teatro, y como marca Marco, es también tener un público igual de bueno, que te sigue, que viene, que pregunta, que incluso cuando no le gusta es un público que importa. No vienen a aplaudir y listo, por el mero hecho de salir, de la salida. Tienen una cultura, entiende que hay grandes obras y grandes actores. Es difícil encontrar eso en otro lugar del mundo. Lo que hace el teatro independiente, sobre todo ahora que se anima a venir a la calle Corrientes, gracias a productores que creen en eso. Yo ví mucho de eso siempre. Mira… hoy somos muchos actores, muchísimos, que hacemos teatro, y todos sentimos, por suerte, que estamos parados en el lugar que nos gusta estar, no estaríamos haciendo otra obra: elegimos, los que podemos, y yo ahora elijo esta obra. —¿Qué implica el teatro para ustedes? CAPONI: Para mí es muchas cosas, pero principalmente es algo que me gusta mucho. Estar acá, como dijimos antes, en la calle Corrientes, es mucho. Al mismo tiempo, este elenco, y esto no lo digo para desmerecer a lo audiovisua, pero cuando filmo, salgo cansadol. A mi el teatro me da energía, yo salgo contento -y no es que salga mal de lo otro- pero quiero decir que incluso con la entrega que llevamos a cabo, que es mucha, me pone contento venir, ver a mis compañeros, lo que hacemos, me deja cargado de algo bueno. Y siento que eso se replica en todo el equipo. Eso no quiere decir que la obra no tenga sus exigencias, que son muchas, y que son notables, pero la verdad que sentir que contas algo distinto, de una forma distinta. PETERSON: Es una alegría, un desafío. Yo hacía un rato que no hacía teatro y fue muy bueno volver con Feldman y este elenco. Realmente nos encontramos, como ya dijimos, y eso es súper importante: el encuentro, el poder contar, la confianza del público. Todo genera muchas ganas de dar las gracias.