La cúrcuma es una especia de origen hindú conocida con el nombre de cúrcuma longa. Su color amarillo hace que se utilice mucho en la gastronomía hindú ya que, entre otras funciones, es el encargado de dar color al curry, un condimento muy utilizado en la cocina.
Pero, además de sus propiedades culinarias, la cúrcuma también tiene propiedades saludables. Cómo explica Milagros Olias, vocal de Plantas Medicinales del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, la parte medicinal que se utiliza es la raíz, tratada al vapor y desecada. Los efectos farmacológicos de esta planta se deben “a la presencia de los curcuminoides, en concreto de la curcumina, pero también de los aceites esenciales que contiene y del ácido caféico”.
La cúrcuma se puede tomar en cápsulas, como suplemento alimenticio, pero también en infusión. De hecho, su consumo de esta forma, cada vez es más habitual por la comodidad y por los beneficios, sobre todo, después de cenar ¿por qué?
Beneficios de la cúrcuma
La cúrcuma “genera una actividad antiinflamatoria, antibacteriana, hipolipemiante y antiparasitaria”, informa Jose Luis Berdonces, doctor en Medicina y autor del libro Plantas Medicinales. La salud está en la naturaleza. En él explica que “la cúrcuma es un potente calagogo que estimula la secreción de bilis pudiendo llegar a duplicar la cantidad secretada”. Esto, entre otras cosas, “provoca una disminución de la concentración de las diferentes sales biliares, lo que es beneficioso para favorecer la disolución de los cálculos de la vesícula”.
Si tomamos una infusión de cúrcuma después de cenar, “el primer beneficio que obtendremos se producirá sobre el hígado, mejorando la secreción de bilis y mejorando la digestión de las grasas”. Como informa el experto en plantas medicinales, “estudios en animales de laboratorio demuestran que añadir cúrcuma a la dieta, en forma de infusión o como condimento, reduce la cantidad y el tamaño de los depósitos de grasa intravasculares, dentro de las arterias o venas, llamas placas ateroscleróticas”.
Olias recuerda que “la EMA (Agencia Europea del Medicamento) “aprueba su uso tradicional para incrementar la secreción biliar y para el tratamiento de la indigestión, sensación de plenitud, flatulencias o digestiones lentas”.
Pero no sólo tiene este efecto, sino que la cúrcuma también se recomienda “por sus efectos antiinflamatorios”. Y es que, ya hay estudios que se están realizando “como remedio natural a considerar en casos de afecciones articulares y musculares”.
Las autoridades correspondientes, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y la European Food Safety Authority (EFSA), declaran que es segura y además descartan que sea tóxica. En cuanto a la cantidad recomendada, “la AESAN ha fijado una ingesta diaria admisible (IDA) para la curcumina de 210 mg/día en un adulto con un peso corporal de 70kg. Este dato es importante a la hora de comprar productos a base de cúrcuma”, destaca Marta Sala Climent, doctoranda en la Cátedra DeCo y Nutricionista graduada por la UCH-CEU.
Cómo tomarla para tener más efecto
Como se ha visto, lo habitual es tomar la cúrcuma como condimento, como infusión o en cápsulas, sin embargo, como señala Sala Climent, hay que tener en cuenta que “esta planta es muy inestable en los fluidos biológicos y además la disponibilidad de esta en el organismo es baja”. ¿Qué se puede hacer al respecto? Como informa la experta, “se ha comprobado que la piperina, componente presente en la pimienta negra, es imprescindible para aumentar de forma exponencial la absorción de la curcumina en nuestro cuerpo”. Por tanto, su consejo es tomarla en conjunto con la pimienta.
Efectos adversos y contraindicaciones
Antes de consumir este producto, ya sea en cápsulas o en infusión, “sería importante tener en cuenta que se trata de una raíz natural que puede interaccionar con determinados medicamentos, terapias o alimentos, por lo que su uso debería estar supervisado por un médico o un farmacéutico”, señala Climent. Además, añade, “la seguridad en mujeres embarazadas y lactantes y menores de 18 años no se ha evaluado, por lo que la AESAN ha declarado que lo mejor sería evitarla hasta que existan estudios concluyentes”.
Por otro lado, como apunta Berdonces en su libro, “la cúrcuma estimula la secreción de jugos gástricos y su uso puede provocar acidez en personas predispuestas. Por este motivo, tampoco se aconseja su uso en caso de úlcera gastroduodenal”.