La aplicación de luz de baja intensidad se perfila como una técnica no invasiva eficaz para tratar diversos trastornos neurológicos y psiquiátricos. Es lo que se conoce como fotobiomodulación, que se basa en el uso de luz láser o LED de baja intensidad. En la práctica clínica se utiliza para estimular la actividad de diferentes órganos del cuerpo, como los ojos -por ejemplo, para tratar la degeneración macular asociada a la edad o DMAE)- o la piel (frente a la alopecia o problemas de pigmentación, entre otras dolencias). Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) la ha utilizado por primera vez en el campo de la depresión para estimular de forma coordinada el cerebro y el intestino.
¿Por qué estos dos órganos? Porque en los últimos años se ha demostrado que el cerebro y el intestino se encuentran interconectados con una intensidad tal que se está convirtiendo en el punto de partida de un planteamiento terapéutico de los trastornos psiquiátricos o psicológicos totalmente innovador. El vínculo entre estas dos partes del cuerpo aparentemente tan dispares y alejadas se establece mediante una comunicación constante y bidireccional entre el tracto intestinal y el cerebro, que es posible en buena medida gracias a la microbiota (los millones de microorganismos que viven en nuestro organismo).
Tratamiento de las secuelas del estrés crónico
El nuevo estudio, basado en modelos animales de laboratorio y publicado en la revista Journal of Affective Disorders, revela cómo la fotobiomodulación aplicada al eje cerebro-intestino es eficaz para recuperar algunas alteraciones cognitivas y secuelas provocadas por el estrés crónico. El trabajo abre nuevas perspectivas para aplicar la técnica en futuras terapias para el tratamiento de enfermedades neurológicas en pacientes, según señalan sus autores, encabezados por Albert Giralt, de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud y el Instituto de Neurociencias de la UB.
En palabras de Giralt, “la fotobiomodulación es una tecnología no invasiva, muy bien tolerada por los pacientes y carece de los efectos secundarios de los tratamientos farmacológicos. Además, este avance también podría ser útil en el tratamiento de patologías sin cobertura médica clara o incompleta, como es el caso del subtipo de depresión resistente a tratamiento”.
Así actúa la fotobiomodulación
El nuevo trabajo profundiza en los mecanismos moleculares y muestra la forma en que la fotobiomodulación es capaz de revertir los efectos cognitivos del estrés crónico a través del restablecimiento de una ruta molecular, la vía SIRT1, que tiene implicaciones muy diversas: senescencia y muerte celular, modulación de un tipo concreto de células cerebrales (neuronas piramidales) y normalización de la diversidad en la microbiota intestinal, entre otras.
“Por otros estudios se sabía que la vía de la sirtuina SIRT1 está alterada en modelos preclínicos de estrés y de depresión. Sin embargo, todavía era una incógnita descubrir cuáles son los mecanismos por los que la fotobiomodulación ejerce efectos beneficiosos”, señala otra de las autoras del trabajo, Anna Sancho-Balcells, también de la UB. “En nuestro estudio constatamos que la vía de SIRT1 es la ruta fisiológica más alterada en determinadas regiones del cerebro en condiciones de estrés crónico y la fotobiomodulación tiene la capacidad de restablecerla”.
Al parecer, la fotobiomodulación podría activar cambios en la microbiota intestinal y los efectos serían mayores con la realización de una doble estimulación (cerebro-intestino), en vez de tratar solo el intestino. Los mecanismos celulares implicados estarían relacionados con la mejora de la neuroinflamación, que es un proceso inflamatorio que ocurre en el cerebro y que puede tener un impacto significativo en la salud y el funcionamiento del sistema nervioso central.
Fotobiomodulación combinada en pacientes con depresión
A la luz de los resultados obtenidos en esta nueva investigación, la fotobiomodulación constituye un potencial tratamiento coadyuvante para administrar de forma coordinada con la terapia farmacológica en pacientes con depresión grave. De hecho, los investigadores tienen previsto impulsar el desarrollo de ensayos clínicos para comprobar su eficacia en este tipo de trastorno mental.
“Es probable que la fotobiomodulación sea especialmente adecuada en formas específicas de depresión, como la depresión resistente al tratamiento. También queremos explorar la relación con los procesos de neuroinflamación: éste es uno de los parámetros mejor rescatados después de la fotobiomodulación, y la depresión resistente al tratamiento está muy asociada a la neuroinflamación”, subrayan.
Bibliografía
Anna Sancho-Balsells, Sara Borràs-Pernas, Francesca Flotta et al. (2024). Brain–gut photobiomodulation restores cognitive alterations in chronically stressed mice through the regulation of Sirt1 and neuroinflammation. Journal of Affective Disorders, 354, 574-588. https://doi.org/10.1016/j.jad.2024.03.075