28 mayo, 2025

Mª José Cachafeiro, farmacéutica experta en nutrición: “Comer bien no borra las arrugas pero sí ralentiza su aparición”


Comer bien no solo es importante para mantener el peso sino que la alimentación influye en muchos aspectos de la vida. Entre otras cosas, comer bien nos ayuda a prevenir enfermedades, a tener más energía durante el día y para dormir mejor por la noche pero ¿sabes que también puede ayudarte a prevenir las arrugas y a tener una piel radiante? Eso lo sabe muy bien la farmacéutica y nutricionista Mª José Cachafeiro, autora del libro Rejuvenece comiendo, una obra indicada para “cualquier persona que quiera envejecer mejor, cuidarse por dentro y notarlo por fuera, sin obsesiones ni dietas imposibles, entendiendo el envejecimiento como algo natural que es mejor transitar con salud y buena cara”. 
Como confiesa la farmacéutica, “llevaba años viendo cómo se repetían los mismos problemas de piel apagada, digestiones pesadas o cansancio y que todos ellos tenían un mismo denominador común, la inflamación silenciosa y una alimentación muy pobre en nutrientes de verdad”. La buena noticia es que comprobó que “pequeños cambios en la alimentación mejoraban mucho la salud de los pacientes, más allá de la piel, proporcionando más energía, mejorando el estado de ánimo y, por extensión, la salud en general”. Esto le impulsó a escribir el libro en el que se incluyen consejos, listas y recomendaciones que se pueden aplicar en el día a día, todo desde la ciencia. 

Un nuevo concepto: glicación

Entre los muchos asuntos que analiza la farmacéutica, llama la atención el apartado en el que habla de la glicación. ¿Qué es? “Se trata de un concepto aún poco conocido pero de gran importancia”, afirma y alerta que “lo que ocurre en nuestro cuerpo con el exceso de azúcar generalmente pasa desapercibido”. La glicación es como “rodear de caramelo nuestras proteínas, caramelizarlas, dañándolas y volviéndolas rígidas. En el caso de la piel se dañan principalmente el colágeno y la elastina, lo que favorece las arrugas. Pero la implicación va mucho más allá ya que influye en prácticamente todas las células y órganos de nuestro cuerpo”.
Y no se trata solo del azúcar que vemos, “también del azúcar añadido que está ahí aunque no lo veamos”. Para evitarlo, además de restringir el consumo de estos alimentos, también hay que prestar atención a “los métodos de cocinado que también influyen, y eso no se cuenta casi nunca”.
En este contexto, los alimentos que más afectarían a la piel son “aquellos que han sido sometidos a procesos de cocción intensos, como el asado, la fritura, el horneado y el tostado”. Aunque estos procesos son inevitables, la farmacéutica aconseja, “combinar con otras más amables con las proteínas y con la piel como cocinar al vapor, hervir o a fuego lento”. 

Relación entre piel y alimentos

Como hemos comentado al inicio de la entrevista, la alimentación y lo que comemos está muy relacionado con la salud de nuestra piel. Es, afirma Cachafeiro, “una relación total. La piel es un reflejo de lo que pasa por dentro y si comemos alimentos ricos en antioxidantes, omega-3, vitaminas, nuestra piel se mantiene más luminosa, más hidratada y más protegida frente al envejecimiento”.
Si, por el contrario, “nuestra dieta es rica en procesados, azúcar o alcohol, tendremos una piel más apagada, más flácida y más propensa a inflamarse o enfermar”.

Cómo mejorar la piel con la alimentación

Sin duda, comenta la farmacéutica, con la alimentación “no vamos a borrar arrugas como con una goma, pero sí podemos reducir su aparición, mejorar la textura, la elasticidad y prevenir brotes de acné, rosácea o dermatitis”. Y esto es así porque “los nutrientes que tomamos son los ladrillos con los que fabricamos colágeno, elastina, queratina… y porque podemos modular procesos clave como la inflamación o el estrés oxidativo a través de la dieta”. Con una buen alimentación podremos “ralentizar el envejecimiento”. 
“No se trata de evitarlo (porque eso no sería realista), sino de hacerlo más lento y saludable. De llegar mejor”. Comer bien, afirma, “no borra arrugas, pero comer de forma antiinflamatoria, con antioxidantes y con los nutrientes adecuados ayuda a mantener el colágeno, frenar el estrés oxidativo, cuidar la microbiota y reducir los factores que nos hacen envejecer más rápido”.
No se pueden eliminar las arrugas pero, asegura, “sí se pueden prevenir y atenuar. Una vez que una arruga se marca del todo, solo el bisturí o ciertos tratamientos médico-estéticos pueden borrarla, pero lo que sí podemos hacer con la alimentación es evitar que lleguen antes de tiempo, que se profundicen tanto o que vayan acompañadas de flacidez, manchas o deshidratación”.
Y ahí la alimentación es clave. “Si tu piel está bien nutrida, hidratada desde dentro, y protegida frente a la glicación y la oxidación, las arrugas aparecen más tarde, son más suaves y la piel envejece con más dignidad”, sentencia.

Los peores alimentos para la piel

Sin duda, los peores alimentos para la piel son “los ultraprocesados, el azúcar añadido, las harinas refinadas, las grasas trans y el exceso de alcohol”. Estos alimentos “alimentan la inflamación, el estrés oxidativo y la glicación y son como gasolina para el fuego que envejece nuestras células”. Por otro lado, comer estos productos “hace que desplacemos otros alimentos como frutas, verduras, fibra y antioxidantes”.
Por el contrario, ¿qué alimentos son los que más benefician a la piel? Sin duda, los mejores alimentos son “las frutas y verduras frescas y de colores vivos (por su carga antioxidante), el pescado azul (omega-3), los frutos secos, el aceite de oliva virgen extra, las especias como la cúrcuma y el jengibre”. Lo ideal, señala, “es que estén presentes en cada comida, tomarlos con frecuencia, combinados entre sí, cocinarlos suavemente (al vapor, al horno suave) o comerlos en crudo”.

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