Rutinas de entrenamiento, alimentación para rendir mejor, horas de descanso… son muchos los temas de los que se habla cuando a atletas se refiere. Sin embargo, ¿hasta qué punto puede afectar la boca al rendimiento deportivo?
La respuesta a esta pregunta es: mucho más de lo que pudiéramos imaginar. “El deporte y la salud bucodental están estrechamente relacionados. Juntos, forman una combinación esencial para alcanzar el máximo rendimiento”, explica a CuídatePlus Manuel Máiquez Gosálvez, presidente de la Sociedad Española de Odontología del Deporte (SEOD).
Con los Juegos Olímpicos de París 2024 en marcha no hay que olvidar que en 2016 la Federación Dental Internacional reconoció la Odontología del Deporte en 2016. “Los dentistas especializados están demostrando ser una pieza fundamental en el tablero del juego deportivo”, añade Máiquez.
De hecho los microorganismos que habitan en la boca cuando hay enfermedades periodontales (de las encías) pueden viajar por el torrente sanguíneo hasta músculos, tendones y órganos del cuerpo y producir otras afecciones. ¿Qué tipo de enfermedades? Ya se conoce que no tratar una periodontitis puede producir endocarditis bacteriana, disfunción eréctil, y agravar enfermedades respiratorias, así como un mayor riesgo de Alzheimer e ictus.
A tenor de este impacto, “la unidad de salud bucodental debe ser un must para cualquier club, federación o institución personalizada que pretenda optimizar el rendimiento de sus deportistas”, explica Máiquez.
Morder mal puede provocar lesiones
Además de las enfermedades orgánicas que pueden producir una deficiente salud bucodental, también las alteraciones en la mordida colaboran en la modificación de la posición de la mandíbula. “Esto genera una compensación escoliótica de la columna vertebral, donde los primeros implicados son los músculos cervicales, influidos en gran medida también por la posición de la lengua y del hueso hioides”.
Por eso Máiquez explica que, por ejemplo, si una persona mastica preferentemente por un lado y, además, practica un deporte como el tenis en el que por el propio ejercicio se desarrollan más los músculos de un lado del cuerpo, “una maloclusión puede ser el punto de partida para la aparición de lesiones en hombros, caderas, rodillas y tobillos, por la modificación de la pisada y la forma de caminar y/o correr”.
Como ejemplo de cómo impacta la salud bucodental en la carrera de un deportista, Máiquez explica cómo el campeón olímpico de 100 metros lisos en Tokio 2020, Lamont Marcell Jacobs, fue intervenido para extraer una muela del juicio -tercer molar- y correr mejor.
“Gracias a la tecnología pudieron comprobar que le producía una interferencia oclusal que hacía que su pierna derecha no fuese tan veloz como la izquierda. El propio atleta reconoció posteriormente que, después de dicha intervención, consiguieron solucionar este problema”.
Pero también las caries, las erosiones dentales, los golpes y otros problemas de salud bucodental pueden influir directamente en el rendimiento deportivo. Solo pensemos en un atleta que, por ejemplo, en plenos juegos olímpicos tiene un dolor en una muela a consecuencia de una caries y cómo eso puede afectar a su desempeño en la competición.