Los datos son abrumadores. Según informa a CuídatePlus Manuel Anguita, cardiólogo y portavoz de la Sociedad Española de Cardiología, “la mitad de la población española mayor de 45 años, es hipertensa, aunque de todos ellos, la mitad no estaría bien controlado”. ¿Por qué? “Porque muchos consideran que no son hipertensos, no se toman la tensión cuando deben tomarla y tampoco hacen un buen uso de la medicación”. Y es que la medicación para la tensión es un tratamiento crónico, que debe tomarse todos los días para notar los efectos en la salud cardiovascular de los pacientes.
El gran problema de la hipertensión es que es una enfermedad silenciosa y cuyas consecuencias dan la cara cuando ya es tarde y es cuando aparecen problemas graves e irreversibles. Por este motivo, el experto aboga por tener en cuenta esta variable en los chequeos que se realizan y dar la misma importancia a la tensión que al colesterol o al azúcar en sangre.
Esta recomendación sería importante, sobre todo, a partir de los 45 y 45 años porque “es raro ver pacientes hipertensos más jóvenes y en estos casos la hipertensión se debe a otras enfermedades que hacen que se descompense la tensión”. En ellos, informa, “hay que tratar la enfermedad de base para resolver la hipertensión arterial”.
¿Cuándo se considera hipertensión?
Es importante señalar que no todo es hipertensión y que no en todos los casos es necesario tomar medicación para controlar esta enfermedad. De hecho, como informa el cardiólogo, “muchos pacientes controlan su enfermedad solo cambiando la dieta y haciendo más ejercicio físico”. Estas dos variables, mejoran mucho las cifras de tensión arterial cuando la tensión no es muy elevada.
¿De qué cifras estamos hablando? En el último Congreso Europeo de Cardiología se ha presentado una última actualización de las guías de práctica clínica en hipertensión en la que se ve que han disminuido los niveles de presión arterial, sin embargo, como apunta, “seguimos creyendo que las cifras de hipertensión se marcan a partir de 140-90. De ahí para arriba, se considera hipertensión”. Si un paciente oscila entre estos baremos, hacia abajo, “las medidas de dieta y ejercicio funcionan para tener un control arterial bueno”. Si esto no funciona y si las cifras aumentan, entonces, sí se pauta tratamiento.
Cuándo es mejor tomar la pastilla
Tras la instauración del tratamiento para la hipertensión, son muchos los pacientes que tienen la duda de en qué momento del día es mejor tomarla para evitar problemas de salud cardiovascular a largo plazo. En opinión de Anguita, “la tendencia es recomendar una sola pastilla al día y normalmente por la mañana porque por la noche baja la tensión sola y es una forma de controlar la tensión durante el día que es cuando empieza a subir”.
Sin embargo, un metaanálisis reciente presentado en el Congreso Europeo de Cardiología, celebrado la semana pasada, concluye que da igual tomar la pastilla por la mañana que por la noche. El profesor Scott Garrison de la Universidad de Alberta, Edmonton, Canadá, explica la razón de ser de los ensayos: “Sabemos que la presión arterial normalmente sigue un ritmo circadiano que alcanza su punto máximo después de despertarse y su punto mínimo durante el sueño”.
En función de esto se creía que “los eventos cardiovasculares importantes, como el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular, se asocian más fuertemente con una presión arterial alta durante la noche” pero el estudio realizado no dice lo mismo. De hecho, han estudiado previamente si la reducción preferencial de la presión arterial nocturna podría reducir el riesgo cardiovascular sin obtener resultados concluyentes sino variables. Además, realizaron el ensayo BedMed en la población general de atención primaria y el ensayo BedMed-Frail en residentes de hogares de ancianos y, “aunque la dosificación nocturna fue segura, no aportó ventajas adicionales”, concluyeron.
“Hemos visto que la administración a la hora de acostarse frente a la administración por la mañana no produce ninguna diferencia en cuanto a eventos adversos graves (MACE), ni en posibles eventos hipotensivos, visuales, cognitivos u otros eventos de seguridad en una población general y, lo que es más importante, en pacientes mayores frágiles, un subgrupo que generalmente se excluye de los ensayos clínicos. Ahora podemos descartar el momento del tratamiento como importante y aconsejar a los pacientes que tomen su medicación para la presión arterial cuando sea menos probable que se olviden”.
Por tanto, “existen pruebas concluyentes de que no hay diferencia entre la dosificación matutina y vespertina”. En opinión del profesor y de Anguita, “los pacientes deberían tomar sus medicamentos para reducir la presión arterial una vez al día en el momento que mejor se adapte a sus preferencias y circunstancias”.
Bibliografía
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