La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) sigue en la sombra, a pesar de su alta frecuencia. Hay estudios poblacionales que estiman que afecta a alrededor del 10% de la población, con un infradiagnóstico superior al 74%. Según la encuesta Conocepoc 2019, solo en torno al 28% de las personas conocen esta enfermedad. Esta cifra supone una mejora respecto al sondeo realizado casi una década antes, pero es claramente insuficiente.
La EPOC es una dolencia respiratoria que causa síntomas persistentes, entre los que destacan la sensación de falta de aire (disnea) y la tos con expectoración (con flemas). Es una enfermedad inflamatoria crónica en la que los bronquios se obstruyen (bronquitis crónica) y el pulmón se destruye (enfisema pulmonar). Esa inflamación y obstrucción dificulta el paso del aire y, por lo tanto, la respiración. Es habitual que los pacientes tengan exacerbaciones -es decir, agudizaciones o brotes- y la enfermedad progrese y empeore con el paso del tiempo.
Una enfermedad que casi nunca va ‘sola’
Esta patología rara vez se presenta “sola” y suele acompañarse de otras enfermedades. Según han puesto de manifiesto los especialistas que han participado en la XVIII Reunión del Grupo de Trabajo de EPOC de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que ha tenido lugar en Málaga, más del 78% de los pacientes presenta al menos una patología asociada (comorbilidad), el 68,8% tiene dos y el 47,9%, tres o más. Entre las enfermedades que la acompañan con más frecuencia destacan las siguientes:
En especial, la relación entre la EPOC y los eventos cardiovasculares constituye “un aspecto clave que requiere una búsqueda activa de factores de riesgo y enfermedades cardiovasculares”, ha advertido Belén Alonso, coordinadora del Grupo de Trabajo de EPOC de la SEMI y del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín.
Actualmente, la atención de estos pacientes se centra en la personalización de un tratamiento holístico que incluye estrategias farmacológicas y no farmacológicas como la rehabilitación pulmonar y la suplementación nutricional cuando es necesaria, así como la mejora del diagnóstico y tratamiento precoz.
Síntomas de alerta de la EPOC
Los síntomas principales de la EPOC son la disnea (dificultad para respirar), tos y expectoración. La disnea sería el síntoma principal, pero a veces pasa inadvertida, sobre todo entre los pacientes de edad más avanzada, que con frecuencia adaptan su grado de actividad física para reducir la sensación de falta de aire.
La detección precoz sigue brillando por su ausencia. Lo más habitual es que el diagnóstico llegue cuando el afectado sufre infecciones respiratorias frecuentes con síntomas que en muchos casos requieren hospitalización o tiene una tos que dura más de dos meses al año, entre otras señales de alerta. Se trata de signos de enfermedad avanzada.
Personas con más riesgo de EPOC
El principal factor de riesgo de EPOC es el tabaquismo. En concreto, el 80% de los casos podrían estar causados por el hábito de fumar. También pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad crónica la exposición prolongada al humo de segunda mano, la contaminación del aire y la exposición a polvo y productos químicos en el lugar de trabajo.
Cómo lograr un diagnóstico precoz
Esta enfermedad no se cura, pero se puede prevenir (sobre todo, alejándose del tabaquismo) y tratar de forma efectiva, siempre y cuando se trate en sus fases iniciales. La única forma de llegar a tiempo para frenar la EPOC, con medidas tanto farmacológicas (broncodilatadores y corticoides, sobre todo) como no farmacológicas (rehabilitación o fisioterapia respiratoria, entre otras), es diagnosticarla cuando apenas da síntomas.
La clave está en la medición periódica de la función pulmonar en quienes llevan años fumando de manera intensa o han estado expuestos al humo de tabaco u otros tóxicos inhalados. La herramienta que se utiliza para ello es la espirometría, que mide el aire que entra y sale de los pulmones y a qué velocidad puede hacerlo. Es completamente indolora, no requiere preparación y tiene una duración de aproximadamente diez minutos.