14 octubre, 2024

Paula Martín, nutricionista: “Estas son las diferencias entre las cerezas y las picotas”


La sandía y el melón no son las únicas frutas de los meses más calurosos del año. Sobre el mantel veraniego, otros alimentos ayudan a refrescarnos y a soportar mejor los grados de fuera. Uno de los que no falta en el bodegón es la cereza, a la que se suele llamar también picota. Pero, ¿es lo mismo? La nutricionista Paula Martín, conocida en Instagram como @farmanutribypaula, explica a CuídatePlus en qué se diferencian estos pequeños frutos tan sabrosos. 
“Las picotas son una variedad específica de cereza, conocida también como cereza de Jerte”, indica la experta, quien aclara que, generalmente, las cerezas tienen un tamaño mayor y una forma más redonda. Además, pueden tener un color que varía del rojo claro al oscuro, e incluso al negro. En cuanto a la picota, “es más pequeña y de un color rojo oscuro. Una característica distintiva es que no tiene rabillo”. Por otra parte, “el sabor de la picota es más dulce que el de la cereza ”, agrega 

8 beneficios de las cerezas

Las cerezas son una fruta con grandes propiedades nutricionales. De acuerdo con la Fundación Española de Nutrición (FEN), se trata de un alimento rico en hidratos de carbono, principalmente azúcares simples como fructosa, glucosa y sacarosa. Aporta cantidades considerables de fibra y, respecto a su contenido en vitaminas, están presentes la vitamina C, tiamina, folatos y provitamina A. Asimismo, son ricas en potasio y, en menor proporción, en magnesio, hierro, fósforo y calcio. 
Paula Martín destaca 7 ventajas de incluir este alimento en nuestra dieta por sus múltiples beneficios sobre el organismo: 

Acción antioxidante y antiinflamatoria

Las cerezas ayudan a combatir el daño oxidativo en las células, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas. Por otro lado, consumirlas reduce la inflamación y, como consecuencia, mejora aquellas patologías que cursan con este síntoma, como la artritis y la gota.

Correcto descanso

Las cerezas contienen melatonina, una hormona que juega un papel clave en el sueño, por lo que pueden venir bien en casos de insomnio.

Salud cardiovascular

El consumo regular de cerezas está asociado con una mejor salud cardiovascular. En concreto, las antocianinas ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL (el “malo”) y la presión arterial, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardíacas.

Recuperación muscular

Los antioxidantes y compuestos antiinflamatorios en las cerezas ayudan a minimizar el daño muscular y la inflamación.

Control del peso

Estas frutas son bajas en calorías y ricas en fibra, lo que favorece la sensación de saciedad y contribuye al control del peso. Además, su contenido en agua también promueve la hidratación y el equilibrio de electrolitos.

Salud digestiva

La fibra también facilita una digestión saludable y previene el estreñimiento. De esta forma, consumir cerezas mejora la salud intestinal y ayuda a mantener una microbiota equilibrada.

Piel 

Los antioxidantes y las vitaminas en las cerezas pueden mejorar el tono de la piel, dándole un aspecto más radiante y uniforme. Gracias a sus propiedades antiinflamatorias, pueden influir en el tratamiento de muchas patologías de la piel, además de mantenerla hidratada.
Paula Martín apunta que este fruto también interviene en la salud ocular y en el fortalecimiento del sistema inmunológico. 

Bibliografía

Fuente

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