Se habla mucho de la menopausia, pero no tanto de la perimenopausia, que se puede prolongar bastante en el tiempo. La menopausia es una fecha, la de la última menstruación, que marca el fin de la etapa reproductiva de la mujer. Tal y como señala el Ministerio de Sanidad en la campaña que ha lanzado recientemente para mejorar el conocimiento sobre esta etapa y aclarar los mitos y prejuicios en torno a ella, “la menopausia no es una enfermedad ni un trastorno, pero puede venir acompañada de cambios físicos y emocionales que pueden afectar la calidad de vida de las mujeres”.
Se considera que una mujer ha llegado a la menopausia cuando ha transcurrido un año completo sin que haya tenido la menstruación. Algunas mujeres alcanzan este punto sin pena ni gloria: simplemente, dejan de tener la regla. En cambio, muchas otras experimentan en mayor o menor medida diversos síntomas.
Síntomas de la perimenopausia
La perimenopausia o transición menopáusica es un periodo impreciso en la vida de la mujer comprendido entre el momento en que aparecen las primeras alteraciones en el ciclo menstrual y el año siguiente al cese definitivo de la menstruación, que es la menopausia propiamente dicha.
Por lo tanto, la principal característica de esta etapa son los trastornos del ciclo menstrual que, tal y como apunta la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) en la Menoguía Perimenopausia, resultan “de la disfunción del ovario, donde la producción hormonal no sigue las pautas cíclicas de la vida fértil y expone al endometrio a estímulos discordantes/desequilibrados de estrógenos y progesterona”.
Junto a la irregularidad en el sangrado, comentan los expertos de la sociedad científica, “y por el mismo desgaste de la función ovárica, muchas mujeres se quejan también de sofocos y otros síntomas”. Además, “la mayoría de ellas se muestran preocupadas por las repercusiones futuras que estos hechos puedan ocasionar en su salud”.
En resumen, estos son los principales síntomas de la perimenopausia:
Sofocos
Los sofocos suelen comenzar como una repentina sensación de calor en la parte superior del pecho y la cara. Posteriormente se disemina por todo el cuerpo y tiene una duración de dos a cuatro minutos. Algunas mujeres sudan durante el sofoco y luego sienten escalofríos y tiemblan cuando finaliza el sofoco. También es habitual experimentar una sensación de ansiedad o palpitaciones del corazón.
Sudoración nocturna
Cuando los sofocos ocurren durante el sueño se denominan sudores nocturnos. Pueden suceder una o más veces cada noche y dificultan el sueño reparador porque provocan despertares debido al exceso de frío o calor.
Trastornos del sueño
Los problemas del sueño durante la perimenopausia no siempre se deben a los sofocos. Pueden hacer que la mujer se sienta cansada al día siguiente.
Sequedad vaginal
A medida que disminuyen los niveles de estrógeno en sangre, los tejidos de la vagina se hacen más finos y secos. Esto puede llevar a sentir sequedad e irritación vaginal, así como dolor y sequedad durante el coito.
Depresión
Durante la transición a la menopausia, algunas mujeres desarrollan problemas relacionados con el estado de ánimo, como tristeza, dificultad para concentrarse o desinterés por las actividades normales.
Cuándo empieza la perimenopausia y cuánto dura
La duración de la perimenopausia es muy variable. En España, la menopausia se produce, de media, a los 51,4 años, pero el periodo previo de irregularidad menstrual y otros posibles síntomas puede prolongarse durante 2 y hasta 5 años.
¿Cuándo consultar al médico?
Como ya se ha dicho, la menopausia y el periodo previo, la perimenopausia, no son enfermedades, sino etapas vitales. Dado que algunos de los síntomas que se producen en este periodo pueden ser molestos, no está de más acudir al médico cuando se considere que afectan a la calidad de vida. En todo caso, es conveniente consultar ante la aparición de síntomas de alerta, como cuando las últimas menstruaciones sean muy abundantes, duren más de lo normal (una semana) o cuando se produce sangrado entre ellas.
Sanidad alude en su campaña informativa sobre la menopausia a unas profesionales sanitarias que muchas personas solo asociamos con el embarazo y el parto: las matronas. En realidad, también cumplen otras tareas preventivas muy importantes. “Esta es una excelente oportunidad para que las matronas accedan a las mujeres y, a través de preguntas sobre su menstruación, cambios o molestias, puedan obtener una historia clínica más completa”, aseguran desde el ministerio. Además, “pueden explicar a las mujeres lo que es normal y lo que no, es decir, lo que es fisiológico frente a lo patológico, y derivarlas a otros/as profesionales si es necesario”.
¿Es posible quedarse embarazada en la perimenopausia?
Sí, la gestación entra dentro de lo posible. Según se recoge en la guía de la AEEM, “aunque la mayoría de las mujeres tienen menos probabilidades de quedarse embarazadas (sin tratamiento de infertilidad) después de los 45 años de edad, todavía es posible”, especialmente si se tienen períodos menstruales regulares y se mantienen relaciones sexuales con regularidad. Por lo tanto, a las mujeres que no desean quedarse embarazadas durante este periodo se les aconseja continuar usando alguna forma de anticoncepción hasta la menopausia. “Una vez que se alcanza la menopausia, no es posible el embarazo”, aclara la AEEM.