18 enero, 2025

Por qué el reloj interno es clave para mejorar los tratamientos contra el cáncer


Todos poseemos un reloj interno que regula los cambios físicos, mentales y de comportamiento que experimenta el cuerpo en el ciclo de 24 horas que rige nuestra vida. Se trata de los ritmos biológicos o circadianos, modulados principalmente por la luz y la oscuridad, que afectan al sueño, la temperatura del cuerpo, las hormonas, el apetito y muchas otras funciones. Su influencia es tan amplia que se podría decir que afectan a prácticamente todos los ámbitos. Por eso, no es de extrañar que también incidan en el desarrollo del cáncer, algo que los científicos intentan aprovechar para mejorar los tratamientos.
El momento del día en el que se administran las terapias puede ser clave para detener el crecimiento tumoral, según se ha constatado en diversas investigaciones científicas. Es lo que se conoce como cronoterapia, que tiene como objetivo comprender el impacto que los ritmos biológicos tienen sobre la respuesta a una terapia para optimizar su acción, maximizar sus beneficios y minimizar los posibles efectos adversos.

Impacto de los ritmos circadianos en el cáncer

El sistema circadiano de un individuo se puede alterar por diversos motivos y tiende a funcionar peor a medida que envejecemos, lo que se relaciona con numerosas patologías asociadas a la edad y otras alteraciones que podrían contribuir al desarrollo del cáncer. 
En concreto, el ritmo circadiano regula la mayoría de las funciones celulares implicadas en la progresión del cáncer y, por lo tanto, “su explotación abre nuevas direcciones prometedoras en la lucha contra la metástasis”, según los autores de una revisión científica publicada en Trends in Cell Biology. Influye en la expresión génica, la función inmune y la reparación celular, entre otros cometidos. 
Para que se produzca la metástasis, las células deben desprenderse del tumor primario, entrar en el torrente sanguíneo y, finalmente, viajar hasta un nuevo órgano e infiltrarse en él. Se ha podido apreciar que la velocidad a la que las células cancerosas se desprenden del tumor primario y entran en el torrente sanguíneo oscila rítmicamente a lo largo del día y es distinta según el tipo de tumor. Así, por ejemplo, es más probable que el cáncer de mama produzca metástasis durante la noche, cuando dormimos, mientras que el cáncer de próstata y el mieloma múltiple alcanzan su pico más propicio para la metástasis en otros momentos durante el día.

Cronoterapia frente al cáncer

La información sobre cómo influye el reloj interno en el desarrollo del cáncer y la metástasis se podría aprovechar para administrar tratamientos como la quimioterapia o la inmunoterapia en el momento óptimo. 
Diversos estudios revelan que la cronoterapia puede reducir la gravedad de los efectos secundarios y aumentar la eficacia del tratamiento. Por ejemplo, un ensayo reciente mostró que los pacientes con melanoma a los que se administraba la inmunoterapia antes de las cuatro y media de la tarde tenían casi el doble de probabilidades de sobrevivir que quienes recibieron este tratamiento más tarde. Hay que tener en cuenta que los beneficios de la cronoterapia pueden verse afectados por factores como el sexo del paciente y sus características genéticas.

Efecto del cáncer en los ritmos del sistema inmunitario

La cronoterapia centrada en el sistema inmunitario es el campo de actuación de la investigadora María Casanova-Acebes, directora del Grupo de Inmunidad del Cáncer del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Este equipo ha comprobado que las células tumorales distorsionan el ritmo circadiano del sistema inmunitario -el sistema de defensa natural del organismo- para tratar de burlar su ataque. Según sus estudios, el sistema inmunitario de los ratones -una especie nocturna- está más activo durante la noche, lo que implica que durante el periodo nocturno habría más oportunidades para actuar contra el cáncer. Sin embargo, las células tumorales consiguen anular esa ventaja emitiendo señales que distorsionan el ritmo circadiano del sistema inmunitario, favoreciendo su crecimiento. 
Casanova-Acebes y su equipo están analizando los ciclos de actividad de las células tumorales, del sistema inmunitario y de los fibroblastos, que son células del microambiente tumoral que regulan la actividad del sistema inmunitario. Los datos obtenidos se integrarán en un modelo inteligente que permitirá, según expone la científica, “entender los mensajes temporales en cada uno de los tres bloques implicados en el microambiente tumoral”. El objetivo último es identificar las “ventanas temporales en que el rendimiento terapéutico es mayor”, para así poder ajustar la aplicación de los tratamientos a estos horarios y aumentar su efectividad.

Bibliografía

Diamantopoulou, Zoi et al. (2023). A new time dimension in the fight against metastasis. Trends in Cell Biology. DOI: 10.1016/j.tcb.2023.02.002

Fuente

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